Hay momentos en los que no tienes otra opción, algo en tu interior te dice que no puedes permitir que te sigan humillando a su antojo y tienes que levantar la mirada para demostrar quien eres. Puede que hayas insistido en quedarte al lado de alguien que no tiene ni la menor idea de lo que es el amor genuino, pero no es algo que decidas para siempre. Tú sabes que es mejor enfrentar la despedida aunque te duela. Mírate, no estás para soportar los malos tratos de nadie. Eres una mujer libre, bella, inteligente, hay cosas que tu dignidad no aguantará de un hombre. Ya lo hiciste una vez, pero no se volverá a repetir.
El control: No toleras la mínima manipulación por parte de un hombre. Ya fuiste la mujer que no dijo nada cuando criticaron su manera de vestir, los amigos con los que salía, lo que hacía con su tiempo. Ya no, esa mujer quedó en el pasado y no estás dispuesta a volver a ceder por nadie. Si alguien no te acepta como eres, que se vaya, tu libertad no tiene precio.
La agresividad: A la primera te vas, eres una mujer a la que le ha costado muchísimo que respeten todo lo que tiene que decir, como para permitir que alguien te ponga un dedo encima. No hay justificación para que un hombre te trate mal, ni física ni verbalmente. Un hombre que le falta el respeto a la mujer que dice amar no vale nada.
Falta de honestidad: La verdad es que ya te da pereza tener que andar rogando a un hombre para que te diga las cosas. Si no te hace sentir cómoda y tampoco te da confianza, no tienes nada que hacer a su lado. Definitivamente, ya no quieres ser la mujer que vive preocupada porque su pareja sale a algún sitio, sólo porque no tiene la madurez emocional de respetar una relación.
Juega con tus emociones: Si hay algo horrible en las relaciones, es estar con una persona que un día te hace sentir la más amada y al siguiente te rompe con la misma intensidad. Ya te agotaste de eso, no quieres ser parte de la lista de sus chantajes. Ya no estás para conformarte con un amor tan insano, su comportamiento tóxico no será bien recibido. Si empieza con eso, mejor que se vaya.
Burlas sobre tu cuerpo: Te ha costado mucho aceptarte tal y como eres. Fuiste la mujer que se aferró a los estándares de belleza, la que se puso en riesgo para satisfacer necesidades que no eran suyas. Y todo porque un patán te hizo sentir acomplejada e insegura. Tú no tienes la obligación de llenar sus absurdos vacíos, por favor, no lo dudes.
La indiferencia: Es muy triste ver que te desvives por una pareja, quieres llenarla de detalles y tratar de verte lo más linda para que se vuelva loco, pero lo único que recibes es lo frío de su indiferencia. Si un hombre te hace sentir despreciada no encaja con tu dignidad y punto. Cada vez que él te ridiculiza su ego crece el doble, deja de alimentarlo. Vete.
Los celos: Un trayecto largo fue el que tuviste que recorrer para entender que celar al otro no es amar. Al principio no te diste cuenta, porque adornaste las banderas rojas cuando te decía que eras suya. Luego, empezó a sentirse mal si alguien más te veía. Sin embargo, todo se incrementó y se volvió una obsesión. Un fastidio constante en el que dudaba de ti cada segundo. Eso no es amor.
Discusiones: A ver, es completamente normal tener diferencias en la pareja. Eso me queda muy claro, pero normalizar y hasta echar de menos las discusiones, no es saludable. Mucho menos si no buscan la manera de solucionar el problema de raíz, porque eso al final se volverá a repetir una y otra vez. Un círculo vicioso que te amargará los días.
Infidelidades: La vida es demasiado corta como para quedarte al lado de alguien que tiene vínculos en secreto todo el tiempo. No se vale que te trate como si fueras el plato de segunda mesa. Le estás dando todo de ti y le da igual, porque siempre hay alguien en quien se pueda refugiar. No, tú ya no te vas a rebajar a ese nivel, quieres exclusividad y punto.
Te corta las alas: Hay hombres que no están listos para verte volar, son inseguros y sienten que si te pones más bonita, más inteligente, más exitosa, te van a perder. Así que buscan la manera de encerrarte en una jaula y decirte que así te ves mejor. Alguien que trunca así tus proyectos, no te merece.
Por amor puedes hacer muchas cosas, pero las de esta lista no las volverás a repetir ni una sola vez. Ahora, valoras tu paz por encima de cualquier cosa, no quieres enredarte con un hombre caótico, de esos que se te presentan con cara bonita y al final te terminan pisando el alma. Por fortuna, ya aprendiste a curarte tú solita, pero es mejor cerrar las puertas a los malos amores. Ya no quieres verte llorar igual, quieres verte confiar en ti, vivir cada momento y no aferrarte a nada. Eso quieres.
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