A veces, como madre, puedes creer que lo estás haciendo bien, porque claro, es un rol complicado, nadie te enseña a desarrollarlo a la perfección. Eres tú tratando de dar lo mejor con lo que aprendiste en tu infancia. Y eso puede ser muy doloroso, porque hay muchas niñas que crecieron con carencias, miedos y un montón de inseguridades que se hacen presentes en la edad adulta a la hora de lidiar con sus hijos. Sin embargo, hay cosas con las que tienes que romper, aunque te cueste el doble. Estas 10 señales prueban que eres una madre tóxica y todavía estás a tiempo de hacer un cambio
El amor de madre e hijo no es sinónimo de críticas, golpes ni ofensas. La toxicidad existe y la maternidad no se salva de ella. Hay madres que son amantes del control, que no dominan sus emociones y abusan de sus hijos de una manera tan cruel que no se dan cuenta de que están arruinando un corazón puro, el de alguien que espera lo mejor de ellas, pero están entregando su versión más rota.
Nadie quiere a una madre tóxica
Lo peor de todo esto es que hay niños que no tienen otra opción, crecen en un hogar tóxico y cuando llega la adultez se marchan desesperados de casa. Esa es la razón por la que no vuelven a la vida de su madre. Es tanto el resentimiento emocional que el lazo se acaba, por más que quieras acercarte a tu hijo, no podrás. Así que mejor cambia estas actitudes, antes de que sea demasiado tarde.
No respetas su privacidad
Te guste o no, tu hijo no es tu pertenencia, no puedes pretender manipular su mundo a tu antojo. Es cierto, tu deber es guiarlo, aconsejarle sobre lo bueno y malo de la vida, pero va a llegar un momento en el que no podrás hacer más. Si tu hijo confía en ti, respeta los límites, no andes contando sus cosas, invadiendo su privacidad o haciendo comentarios que sabes que lo lastiman.
Haces todo por él
A veces, las madres están tan aterrorizadas por no ser valiosas, que se conforman con ser necesitadas. Es por ello, que crean un lazo dependiente con sus hijos, les hacen creer que no son capaces de nada. Cuando el hijo intenta a hacer algo por sí solo, minimizan su avance y son ellas las que se ponen por encima de su independencia. ¿Mamá es la que hace todo siempre?, ¿Te das cuenta? Necesitas algo para quejarte y por eso no permites que tu hijo se desenvuelva haciendo actividades básicas, como: recoger su plato o su habitación.
Tú siempre tienes la razón
Sí, eres su madre, pero eso no es sinónimo de que eres perfecta. A ver, todos en algún momento se equivocan y está bien. La vida es así, tiene sus altas y bajas, son necesarias para aprender y mejorar tu calidad humana. Sin embargo, los niños también piensan y te abren los ojos muchas veces. El hecho de no permitir que se expresen y que les digas que tú siempre tienes la razón por encima de sus propias emociones, es muy hiriente y manipulador.
No sabes lidiar con lo que te quiere decir
¿Cuándo fue la última vez que hablaste con tu hijo sobre su sentir? El hecho de que una madre haya crecido en un hogar en donde la comunicación no existía, no significa que no tenga la capacidad para romper con esos patrones. ¿Cuándo los vas a romper? Las necesidades de los hijos se toman en cuenta siempre. Si está triste, enojado o frustrado, merece ser escuchado y acompañado. Ese es el papel de una madre, alguien que decide estar con su hijo en las buenas y en las malas.
Nada de lo que hace es suficiente
¿Por qué no eres capaz de aplaudir sus logros? Una madre tóxica es la que está pendiente de que sus hijos no avancen. ¿Suena cruel? Es la realidad, hay madres que sólo están esperando que su hijo tenga éxito para contaminarlo. Te esfuerzas en minimizar todo lo que hace. De esta manera, creas una nube de miedos e inseguridades. Tu hijo ve a mamá, una de las personas que más ama y admira, es la misma que se encarga de hacerlo sentir que no vale nada. ¿Te imaginas? Ponte un momento en sus zapatos.
Comentarios que están de más
¿En qué momento se convirtió una lucha entre madre e hijo? Sueña extraño, pero hay madres que vienen arrastrando tantos fantasmas emocionales del pasado, que lo mejor que pueden hacer es mirar por encima del hombro a sus hijos. Es decir, todo lo que hacen ellas es perfecto, pero sus hijos son incapaces de estar a su nivel. Esto crea en los niños una necesidad de aprobación constante. Así que, se creen eso de que si la persona que los ama no es capaz de quererlos, tampoco lo hará el resto.
Minimizas sus preocupaciones
Lo peor que puedes hacer cuando tu hijo decide contarte sus cosas es minimizar sus problemas. Es muy inmaduro de parte de una madre decir que eso es insignificante, no puedes comparar tus problemas con los de un niño que apenas está intentando lidiar con los cambios de su edad. No se vale que hagas que sienta que está exagerando, que lo ridiculices o le digas que no tiene ni idea de lo que es sufrir.
La culpa es tu mejor arma
Hay madres que se han vuelto expertas cuando se trata de tomar el papel de víctima, da miedo la manera en la que manipulan a sus hijos diciendo que no valoran todo lo que hacen. Está bien, sí quieres que tu hijo se haga más consciente del valor de las cosas, pero no es pretexto para echarle en cara todo. Eso lo frustra, lo hace sentir como una carga, lo estás alejando.
Decirle que exagera por todo
Sin duda, el peor error que puede cometer una madre es pensar que su hijo va a ser igual que ella. Cada cabeza es un mundo y cada corazón sabe con qué emociones está lidiando, pero como madre no tienes el derecho de ignorar los sentimientos de tu hijo. No se merece que le digas, que exagera, que no llore, que se calle, que no se exprese. ¡Por Dios! Es un ser humano, lo estás hundiendo.
Tu hijo no es tu felicidad
Sé que tal vez te molesta leerlo, pero no hagas sentir a tu hijo responsable de la sonrisa que hay en tu rostro. Tú has tomado tus propias decisiones, si decidiste abandonar tus sueños para enfocarte en la maternidad, asume las consecuencias de tus actos y no le reproches a un inocente que no te pidió a hacer eso. Estás poniendo una carga en sus hombros tan grande, que terminará convirtiéndose en tu marioneta.
Este artículo no es para que te des golpes de pecho, la idea no es hacer sentir culpable a nadie. Simplemente, se trata de abrir el panorama, sé que hay muchas cosas en las que te desenvuelves muy bien en tu papel como madre. Sin embargo, estás a tiempo de hacer un par de modificaciones y darle la versión más bonita de ti a tu hijo, no se merece menos. ¡Tú puedes!
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