Una relación es sana siempre que se mantengan límites establecidos y existan valores mutuos como confianza, honestidad, respeto y afecto. Siempre se debe mantener una valoración real del estado de la relación. Sin embargo, está la posibilidad de desarrollo de apego emocional, esto es un comportamiento tóxico que afecta a ambos en la relación.
Ese apego se transforma en una dependencia, es decir, sientes que siempre debes estar cerca de la persona, no porque la extrañes sino porque es una necesidad que no puedes controlar. Sientes que de lo contrario la perderás, se le acabará el amor o conocerá a alguien mejor que la alejará de ti. Podría no pasar nada de eso, pero demostrar ese apego tóxico sí es seguro que acaba con una relación y de forma desagradable.
La dependencia emocional se manifiesta en personas inseguras y con baja autoestima. Para una pareja debe ser esencial tener confianza y seguridad el uno al otro, si no todo se va perdiendo. Si sufres ese apego tóxico, tienes que actuar por tu propio bienestar y para evitar perder para siempre a tu pareja.
Las siguientes son señales de que sufres un apego tóxico hacia tu pareja:
Necesidad imperiosa de estar cerca de la persona. Experimentas una necesidad desesperante de estar siempre cerca de tu pareja. Recuerda que la libertad individual también es parte de una relación sana. Todos necesitan un tiempo para sí mismos y para enfocarse en sus metas personales o las cosas que le gustan.
Ansiedad o desasosiego cuando no se tiene cerca. Cuando no estás con tu pareja manifiestas síntomas de ansiedad como desesperación, movimiento incesante, ingesta de alimentos, preocupación. Sientes un vacío en el pecho que te lleva a esa necesidad imperiosa de estar cerca de tu pareja.
Acciones compulsivas. La incapacidad para evitar esos síntomas de ansiedad y desesperación te llevan a tener acciones compulsivas y tóxicas. Tienes arranques de ira y de desconfianza. Crees que por no estar cerca te engaña o cualquier cosa similar, así que faltas al trabajo, evitas otras cosas para poder estar con tu pareja.
Demasiado esfuerzo mental y físico para mantener cerca a la persona. Te agotas física y emocionalmente por el enorme esfuerzo que haces tratando de no perder a alguien sin razón alguna. Analizas cada situación, cada movimiento suyo, cada movimiento tuyo. Piensas que debes hacer cosas fuera de lo normal para que siempre se quede a tu lado y terminas sin fuerzas y agotada.
Comportamiento controlador. Adoptas comportamientos obsesivos y controladores para estar pendiente de todo lo que él hace. Quieres tenerlo amarrado, quieres saber cada paso que da y por qué lo da y con quién lo da. Revisas su teléfono, revisas su correo, su ropa, todo.
Dificultad para conectar con otras personas. El apego y la obsesión hacia tu pareja te imposibilitan socialmente. No puedes conectar con nadie más, no estableces nuevos vínculos ni amistades. De hecho te alejas de las personas que más te valoran por estar más al pendiente de tu pareja.
Reducción de actividades sociales, laborales o recreativas. Dejas de asistir a los eventos que comúnmente ibas, no te interesa salir con amistades, ya ni siquiera tomas tiempo para hacer las cosas que a ti te gustan porque quieres estar siempre con tu pareja. Abandonas tus sueños, abandonas tu trabajo por aferrarte a alguien más.
Baja autoestima. Una baja autoestima es un disparador y una señal. La baja autoestima inicia ese apego porque no confías en ti misma. No crees ser suficiente para que tu pareja desee permanecer a tu lado. Y a medida que pasa el tiempo empeora, puedes llegar al punto de suplicar a tu pareja que no te abandone.
Negación y dependencia. Si tu pareja te hace daño más allá del daño que te haces a ti misma por ese apego tóxico, lo niegas. Nada de lo que él hace te puede hacer alejarte de él. Y aun cuando él ya no soporta la situación y quiere alejarse, lo niegas. Niegas que haya dejado de amarte, niegas tu apego, niegas tu realidad.
Depresión. La falta de éxito en tu imaginación, la creencia constante de que tu pareja te va a dejar y la desesperación de estar cerca todo el tiempo y no lograrlo, te someten. Esa dependencia y ese comportamiento pueden desarrollar depresión. Te aseguras a ti misma que va a ser un fracaso y sufres por ello incluso mucho antes de que algo realmente malo pase entre los dos.
Debes quererte más que cualquiera. Mientras mantengas de pie y más fuerte el amor por ti misma, el amor de otros siempre será dispensable porque velarás primero por tu bienestar.
Texto original: albertespinola.com