Es cierto, a la familia no puedes elegirla, pero eso no significa que debas justificar sus malas actitudes. Hay personas que crecieron contigo y que no tienen ningún cuidado con tus emociones, son egoístas y crueles, haciendo comentarios que claramente no pides. ¿Respeto? Es algo que nunca han empleado y la verdad es que a estas alturas ya no estás para esperar a que cambien o no. Llega un punto en la vida en el que te das cuenta de que puedes amar a alguien, porque es parte de tu historia, pero quieres que esté lo más lejos posible. Estas son señales de que tus familiares son tóxicos y lo mejor es alejarte, pero ya.
La cuna en la que creciste esconde tus raíces, todos esos problemas emocionales que has ido guardando durante años, porque no te atreves a enfrentarlos y eso se ha vuelto un obstáculo en tu crecimiento personal. El hecho de que lleven el mismo apellido, compartan rasgos y un montón de anécdotas, no les da derecho de ser destructivos contigo. Deja de normalizar las actitudes que te hieren y rompen con tu autoestima. Veamos:
Solamente cuidan de ellos mismos
Un familiar que carece de empatía no es alguien que deberías tener en tu vida. Es verdad, es absurdo esperar que el otro actúe como tú lo haces, pero eso no significa que debas preocuparte e invertir tu tiempo en personas que no conocen lo que es un lazo recíproco. Alguien que es egoísta, que se acerca a ti cuando te necesita, claramente sólo está interesado en utilizarte para lo que te conviene. Es el tipo de persona que cuando te caigas no estará ahí para darte una mano.
La amabilidad no es lo suyo
Hay personas que te hacen sentir tan inferior, que quieren hacerte creer que es un privilegio que te den las migajas de su tiempo. Eres tú quien siempre tiene que bajar la cabeza cuando tienen un comportamiento grosero, no tienen idea de lo que es la amabilidad y mucho menos el respeto. Confían en que hagan lo que hagan, siempre vas a estar ahí, a sus pies. ¿Hasta cuándo?
El drama es necesario en su vida
Sin duda, vivir en el caos es algo que los hace sentir vivos. Están acostumbrados a hacerse las víctimas en todo, quieren ser el centro de atención a como dé lugar y por eso tienden a exagerar sus emociones. A ellos les pasa todo, necesitan todo, sufren por todo. Son los protagonistas de una historia en la que los demás deben hacer lo que sea para salvarlos y por eso se aprovechan de tu bondad.
Su lado controlador los delata
Cuando un familiar tiene deseo de controlar, no hay poder humano que interfiera en sus planes, lo único que quieren es manipularte, están acostumbrados a que los demás sigan sus órdenes y esa es la razón por la que si alguien se les revela, le ponen punto final a la relación. O bien, si van perdiendo, buscan la manera de hacerte sentir culpable para que no te alejes.
La agresividad es su mejor presentación
¿Cuánto más vas a tolerar? No hay justificación para que te traten con la punta del pie. Los malos tratos son inaceptables, sea cual sea, la situación. Si una persona te grita, te humilla, te levanta la mano y te critica, no debería estar cerca de ti.
Gozan cuando te avergüenzan frente al resto
Se supone que tus familiares deberían ser un pilar, ese apoyo que te levanta el ánimo cuando todo se está derrumbando. No se vale que te hundan cada vez que pueden. Se han atrevido a ridiculizarte con cosas que te duelen. Una persona que conoce tus debilidades y que las usa para hacer bromas sobre eso, es cruel, no hay más. No te conformes con relaciones tan vacías.
No respetan tu esencia
Los familiares tóxicos no siempre son obvios, a veces, se comportan de una manera meticulosa para lastimarte. Por ejemplo, quieren que sigas una línea, que seas lo que ellos quieren y si no estás de acuerdo te llaman la oveja negra de la familia. Están tan contaminados que quieren que sientas la necesidad de que te aprueben en todo. Entonces, opinan sobre tu pareja, tu trabajo, tu casa, tus amistades, todo.
La sobreprotección también daña
Los miedos de los familiares también hacen daño, porque te cortan las alas en cada paso. No toleran verte independiente cumpliendo con tus sueños y ahí es cuando hacen lo que sea para sobreprotegerte. Eso te llena de inseguridades, es decir, tienes que ir saltando un obstáculo tras otro, pero también luchar contra su dependencia. Te están manipulando y quizás ni te has dado cuenta.
La indiferencia rompe
Es posible que hayas crecido con la idea de que hay temas de los que no se hablan. Que lo importante es levantar la mirada después de cada caída y nada más. Sin embargo, guardar las emociones es lo peor que puede pasar. El silencio dice mucho más de lo que imaginas y esas actitudes te afectan a la hora de relacionarte con los demás. Te vuelves la persona que siempre acepta todo, la que no puede decir que no, aunque por dentro es lo que más quieres.
Ausencia de límites
Este punto está más relacionado con los padres. Si durante la crianza no establecen límites de una manera clara, difícilmente van a criar adultos que prefieran la estabilidad. Alguien que crece con la idea de que todo el mundo tiene que estar a sus pies, va a vivir frustrado. Son adultos que creen que lo merecen todo y que cuando algo no sale como ellos quieren, se alteran, porque no saben perder.
En conclusión, si un familiar se siente con el derecho de contaminar tus emociones, no merece estar en tu vida. Ten en cuenta que tu prioridad es tu estabilidad y estás en todo tu derecho a poner límites. Por supuesto, eso no significa que no quieras a esa persona, pero tu amor no es suficiente para controlar su mala actitud y tú no debes tolerarla. Si te hace sentir culpable, ahí no es. A veces, alejarte de un familiar es de las cosas más valientes y sagradas que puedes hacer por ti.
¿Te hacen sentir así? Si crees que ya lo has intentado y no puedes soltar, quizás es momento de pedir ayuda psicológica. Un profesional de la salud mental puede ser el empujón que necesitas para liberarte de todo eso. Una vida en la que te hacen sentir horrible, no es vida.
Es absurdo, la familia debería ser tu refugio, un sitio que abrace tus raíces y que te recuerde que eres capaz de muchas cosas a pesar de tus inseguridades. La familia no debería competir contigo ni verte como una amenaza, eso no tiene nada que ver con el amor. El problema es que creciste con la idea de que debes perdonar porque es tu papá, tu mamá, tu hermano, tu tía, tu primo. ¿Y qué? Si alguien es tóxico, es tóxico y si tú no te sientes feliz con ese tipo de relaciones en tu vida. ¡Qué se vayan!
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