Llega una edad en la que ya no buscas un amor perfecto, quieres algo genuino, alguien que sea capaz de enfrentarte a tus sombras y al mismo tiempo abrazarlas. Es duro, porque te metieron la idea de que amar es padecer y que el amor todo lo puede. No hay nada más falso que creer que con eso basta para permanecer juntos. Se trata de algo más que la pasión, eso no ayuda cuando las malas rachas se hacen presentes. Si esa persona no tiene responsabilidad afectiva no te sirve de nada y estas señales son la prueba de que tú y tu pareja no durarán mucho tiempo.
Las relaciones afectivas son complejas, no puedes seguir andando con una venda en los ojos, por miedo a descubrir quién es la persona con la que compartes tu vida. Es tu pareja, debería ser tu apoyo, no un constante estrés. De hecho, asimilar la realidad es de las cosas más difíciles, porque es sinónimo de quitarle todo lo que idealizaste a su lado. En tu mente las cosas son muy bonitas, pero no es justo que vivas de tu imaginación. A veces, hay que exigir más acciones y menos cuentos. Ya, date cuenta, estas señales lo gritan todo.
No discuten, pero tampoco hablan. El hecho de que el silencio se haya vuelto su válvula de escape, no significa que está bien. Para construir relaciones sanas se requieren conversaciones incómodas, no se trata de pelear, pero tampoco de evadir. Eso sólo hará que acumulen cosas que al final los romperán en pedazos.
La cama se enfrió. Deja de creer que las relaciones bajo las sábanas no son importantes. Eres un ser humano y mereces satisfacción en ese sentido. No hay nada más triste que estar con alguien con quien no tienes afinidad, esa falta de conexión sólo te hará sentir el ser más vacío de este mundo. No te acostumbres a no sentir nada.
Ahora son algo más. Le pasa mucho a las parejas que tienen hijos, dejan que sus prioridades se conviertan en otras. De pronto, ya no existe lo suyo, ese amor que los unió al principio. Ahora son los padres y nada más. Es uno de los errores más graves, la paternidad te puede arrancar tu autenticidad, no lo permitas. Recupera esa parte de ti de la que se enamoró tu pareja.
Te ignora. Esta actitud pasivo-agresiva es de las más hirientes en las relaciones de pareja. El enemigo silencioso que permite tener el control. Se da cuando haces algo malo y la persona te deja de hablar como castigo, un abuso que deja huellas imborrables en el alma.
Las críticas ya son normales. Por supuesto, que nadie es perfecto y es saludable cuando tienes la confianza de decirle a tu pareja algo que no te gusta o sugerirle que puede mejorar en algún área. Sin embargo, cuando las críticas son muy frecuentes e hirientes, es señal de que la cosa va mal. No olvides que hay palabras que duelen más que los golpes.
¿Hay secretos? A ver, está bien que cada uno respete su individualidad, hay cosas que no le cuentas a tu pareja, pero si lo haces por miedo a su reacción algo está mal. La honestidad no es un juego, no mentir es la clave de todo. Si no te inspira confianza, ¿por qué seguir ahí?
Reproches que rompen. Dejar ir, se escribe fácil, pero es la razón por la que muchas lágrimas se han hecho presentes. No se vale que tu pareja todo el tiempo te esté reprochando cosas del pasado, no tienes que sentirte culpable por algo que no fue en su tiempo.
Minimiza tu dolor. Es claro que una de las cosas más tristes es quedarte al lado de alguien que no toma en cuenta tus emociones. Todo lo que piensas y sientes es importante, que nadie te haga creer lo contrario.
No se pone en tu lugar. La empatía no es una opción, no es gracia que un día tu pareja sea considerada y al otro no. De nada sirve que te diga que te ama o te llene la bandeja de mensajes, si cuando te sucede algo no logra comprenderlo y cree que exageras.
Un futuro incierto. A ver, nadie sabe qué sucederá en un tiempo, lo sé. Sin embargo, es bonito cuando tu pareja te empieza a incluir en sus planes a futuro. No se trata de presionar, simplemente te considera por voluntad y eso dice mucho. Aunque te duela, alguien que no te quiere bien, no te tomará en cuenta.
Recuerda que quedarte en tu zona de confort no es sano. El hecho de que conozcas algo de toda la vida no lo hace más valioso. A veces, el sentido de tu esencia es para el otro lado y alejarte es la prueba de que te quieres lo suficiente como para no quedarte con quien te hace daño. Toma fuerza, vístete bonito y date un baño de perfume, porque vas a salir de esta.
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