Las personas tóxicas, como su propio nombre lo indica, son dañinas, despiden algún tipo de daño a las demás personas sin compasión alguna. No les preocupa el bienestar ni las emociones de otros. Solo quieren obtener lo que desean y ya, ese es el motivo de todas sus acciones. No saben diferenciar entre el verdadero aprecio y el aprovechamiento.
Una persona tóxica te destruye emocionalmente, te hace perder tu concentración y tu rumbo. Si estás con alguien que te hace sentir presionada, molesta y sin ánimos, seguramente se trata de alguien tóxico. Y puede serlo cualquiera, un amigo, un compañero de trabajo, un familiar muy cercano o tu pareja. De las personas tóxicas es esencial tomar distancia.
Si no estás segura de si se trata de una persona tóxica, estas son 12 señales que lo afirman:
Siempre es la víctima. Una persona tóxica siempre será la víctima. Si te hace daño, busca la manera de manipularte emocionalmente para hacerte creer que es tu culpa que él te haya hecho daño. Él siempre será la víctima.
Interrumpe constantemente. Interrumpe tus argumentos en medio de una discusión todo el tiempo porque es que no quiere escucharte, la verdad, no le interesa. Siempre quiere hacerse escuchar él porque lo que desea es que la atención siempre esté en él.
Jamás admite que cometió un error. Nunca, como te expliqué, siempre es una víctima, si la equivocación fue muy obvia, entonces encuentra la forma de zafarse delegando la culpa a alguien más o como si el error haya sido provocado por la acción de otra persona.
No sabe escuchar. Jamás te escucha, no quiere saber tu opinión, ni siquiera quiere saber cómo estás. Por el contrario se molesta si tú no lo escuchas y le ofreces tu entera atención.
Potencia su propio ego. Sí, una persona tóxica alimenta su propio ego frente a los demás. Le encanta vociferar sus logros, sus méritos, todo de sí mismo. Y cuando ya no le queda nada más de qué hablar se inventa historias donde él es el héroe.
Siempre quiere toda la atención. En las conversaciones grupales mueve todas las fichas para que cualquier hilo de conversación siempre termine en él. Y en cualquier circunstancia hace exactamente lo mismo.
Siempre juzga a los demás. Le encanta hacer de juez frente a las acciones y decisiones de otros. Si tienes una persona tóxica como pareja, siempre reprochará cosas de tu pasado y hasta le molestará todo movimiento que hagas en el presente. Todo te lo cuestiona, todo le molesta.
Es superficial. Es capaz de juzgar a otros por cómo se visten o cómo es su aspecto físico. También le importa demasiado cómo se ve y cómo se presenta en su mundo; así que siempre está pendiente de su físico, de su ropa y critica a otros por no ser como él.
Es irrespetuoso con todos. A todos les falta el respeto sin que se den cuenta, los manipula para que el insulto que les dé los haga sentir terrible sin que duden de la buena voluntad de él. Es descabellado y horrible.
Abusa de otros, física y emocionalmente. No solo lo hace contigo, trata de manipular emocionalmente a todos los que puede. En su mayoría a los más amables, las personas compasivas y empáticas. Con cada uno juega un papel diferente, tiene muchas máscaras para sus propósitos.
No asume sus responsabilidades. Jamás lo hace. Todo lo malo que hace, lo hace a propósito y tiene formas de ganarse la inocencia y salir victorioso. Aunque alguien se dé cuenta de su error, él lo hace ver como una fortaleza, o como si no fuera su culpa. Jamás dirá que es su culpa.
No tiene compasión. En definitiva no tiene compasión por nadie, es un tiburón que ataca sin dudarlo, sin temor y apuntando directo a lo que desea. Todo lo que hace tiene un trasfondo para obtener un beneficio.
¿Tienes en tu vida a una persona tóxica?
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