A veces, no te dan ganas de nada, te cuesta levantarte de la cama y hasta la luz que entra por la ventana se convierte en una piedra en el zapato. No te culpes, los bajones aparecen sin previo aviso y te desequilibran hasta que las lágrimas te corren por el rostro. Te frustra, lo sé, pero en esos días toma las cosas con calma, porque vas a recuperarte, ningún mal rato dura para toda la vida y hay ejercicios emocionales que te ayudan a sentirte bien contigo misma. Son pequeñas cosas que la mayoría del tiempo ignoras, pero hacen una gran diferencia. Date tiempo de respirar hondo y sumergirte en lo más profundo de tus pensamientos. Es tu alma la que necesita una pausa y está bien. Empieza con esto:
Ve por aire libre: aunque te cueste mucho levantarte de la cama, haz el esfuerzo de salir. Es indispensable que conectes con la naturaleza, respirar hondo le devuelve el equilibrio a tu mente. Deja que el sol te cierre los ojos al acariciarte el rostro. Te lo mereces, no lo dudes.
Haz una lista de notas: quizás te urge un poco de organización, recuerda que sí puedes con todo, pero no con todo al mismo tiempo. Una lista se vuelve tu guía para establecer prioridades, ya sean a corto o largo plazo. Si vas marcando tus pendientes, cada acción se vuelve más interesante y te motivas sin darte cuenta.
Limpia lo que ya no sirve: cuando te sientas perdida y te falte esa motivación por ti misma, es tiempo de que regreses a lo básico. Empieza por limpiar tu casa, no sólo lo de siempre, haz una limpia profunda, seguramente hay cosas que no usas desde hace años. Es tiempo de que las sueltes para que entren nuevas.
El ejercicio es clave: no necesitas ir a un gimnasio si no es lo tuyo. Hay muchas otras actividades que te ayudan a combatir la depresión y la ansiedad. No dudes en bailar, correr, caminar, nadar o cualquier otra cosa que implique movimiento. Inclusive basta con salir a pasear a tu mascota. Empieza con 15 minutos al día y ve aumentando.
No te quedes callada: te entiendo, no es fácil abrir tu corazón, pero si no te sientes bien contigo misma es necesario que lo digas. No sirve de nada que te tragues tu dolor o angustia, ve con alguna de tus amistades o simplemente envíale un mensaje. A veces, lo único que necesitas es que te escuchen.
Escríbelo: bien, si no te sientes cómoda hablando con alguien más, está bien, no te obligues a nada. Sin embargo, puedes escribirlo, no importa si después lo rompes y lo tiras, pero no te lo guardes.
Salir de la rutina: no hay nada más gratificante que despejar la mente. Quizás es tiempo de volver a ver esa película que tantas carcajadas te robó. Prepara tu botana favorita y disfruta, te lo mereces.
Echa afuera esas lágrimas: no hay nada más cierto, de vez en cuando sólo necesitas una lloradita y continuar con tu vida. Las lágrimas tienen el poder de limpiar tu alma, no lo olvides.
Escuchar música: la mente y el corazón son muy curiosos, no necesitan mucho para estar tranquilos. Una buena manera de calmarlos es por medio de la música, date el tiempo de sentarte y disfrutar la que más te gusta.
Entra a la cocina: no importa si lo tuyo no es cocinar, intenta seguir alguna receta y deja que los aromas te envuelvan. Sobre todo, si se trata de algún postre, no hay nada más relajante que moldear la masa y perderte en las texturas.
A meditar: por supuesto que un ejercicio emocional para estar bien contigo misma, es la meditación. Es una manera de conectar con tus pensamientos, emociones y sentimientos. Recuerda que es mucho más que sentarte con las piernas cruzadas, hay muchas otras maneras de ir a tu interior y despedirte del estrés. Comienza respirando profundo, inhala 7 segundos, sostén y suelta en 7 segundos también. Repite 7 veces y notarás la diferencia.
Frente al espejo: este ejercicio es un clásico, lo único que necesitas es pararte frente al espejo y mirarte durante un par de minutos. Ahora, sonríe, la sonrisa le da la bienvenida a las endorfinas y ayuda a que tu cerebro cambie el chip de lo malo que estás viviendo.
A leer: otra manera de encontrar la paz es dándole la oportunidad a un par de buenas líneas. Toma un tiempo del día para leer lo que te gusta, con un buen libro las penas siempre saben mejor.
No ignores tus emociones: si en verdad quieres estar bien contigo misma, deja de querer tapar el sol con un dedo. Esto es así, habrá días buenos y otros no tanto, pero lo importante es que te permitas experimentar tus emociones. Recuerda que hasta el enojo tiene algo que enseñarte.
Menos queja más acción: no se trata de que siempre veas positivas las cosas. Sin embargo, evita quejarte por todo y mejor pregúntate para qué te está sucediendo esto. Vas a notar como empiezas a ser más rápida a la hora de buscar soluciones.
Finalmente, no desistas, te mereces tiempo alejada de todos. Es una manera muy saludable de volver a ti, reconstruirse es de valientes y tú lo estás haciendo muy bien. Mientras tú confíes en ti, que el mundo ruede. Créelo, vas a sanar.
Texto orinal: albertespinola.com © Todos los derechos reservados.