Lo sé, aquí nadie te va a juzgar, sé que te sientes estancada, que no sabes qué hacer con tu vida y la presión de la gente sólo ha ido formando nudos en tu garganta. Hay muchas cosas que quisieras gritar, pero callas por miedo a que minimicen por lo que estás pasando. Algo no anda bien, es tu mente la que no se pone de acuerdo con tu corazón y eso te tiene muy frustrada. Quizás, estás atravesando por una crisis existencial y no te has dado cuenta, estas señales son la prueba de que no sólo te sientes perdida, estás perdiendo.
Lo primero que quiero decirte es que no hay nada de lo que tengas que sentirte avergonzada. Son muchas las personas que luchan contra el estrés, la ansiedad o la depresión. Esos enemigos que se meten a tu vida como la humedad y hacen un nudo terrible con tus emociones. Si tus actividades diarias ya se vieron afectadas, es momento de que tomes cartas en el asunto. Esa pregunta te tiene muy mal, ¿Qué demonios estás haciendo con tu vida? Sé que te da vueltas en la cabeza.
¿Cuál es el propósito de que tú estés aquí? Es muy normal que te cuestione ese tipo de cosas, pero el hecho de no tener una respuesta que te dé satisfacción, te puede llevar a una confusión grave. Pues hace que entres en un conflicto interior y poco a poco tu sonrisa se va a apagar. Estas 5 señales te pueden ayudar a entender lo que estás viviendo:
1 – Permites que el otro decida por ti
Si últimamente te ha sentido desmotivada, con ganas de que el otro solucione tus problemas y no te apetece mover un dedo, tal vez estás viviendo una crisis existencial. Te has vuelto conformista, no te importa compartir tus ideas y decir que sí, a todo, ya es parte de tu lista de pasatiempos. De alguna manera, quieres aparentar que todo está bien y por eso termina cumpliendo las expectativas de todos, pero, ¿las tuyas para cuándo?
2 – Te sientes muy inquieta
A ver, nadie te enseñó a mantener un equilibrio en tus emociones, es muy duro darte cuenta de que llega un punto en el que todo se te sale de las manos. Sin embargo, el hecho de pasar de un estado triste a uno extremadamente feliz, no es normal. Es muy probable que estés disfrazando tu preocupación, porque te parece insignificante todo ese cúmulo de dudas que se atraviesan por tu mente. No quieres que piensen que estás loca, así que consideras que es mejor guardarte lo que te rompe.
3 – Intentas disimular la envidia
Dicen por ahí, que las personas felices no tienen tiempo para experimentar sentimientos negativos por nadie. En el momento que la envidia se vuelve parte de tus secretos, es indispensable que busques ayuda. Alguien que pueda entenderte y no te juzgue. No eres una mala persona por sentir envidia, pero si no haces nada para modificarlo muy probablemente te vas a convertir en tu peor versión. Pues, no sólo te va a molestar la felicidad del otro, también te vas a hundir en el lago de la amargura.
4 – Nada te llena
De pronto, te ha vuelto una experta es menospreciar todo lo que te sucede. Las actividades que te regalaron sonrisas ya no te provocaron nada. Te sientes aburrida, desmotivada y con esa sensación de insatisfacción constante. Incluso parece como si no fueras tú , estás perdido, sintiendo y de todas maneras te niegas a pedir ayuda. ¿Hasta cuándo te vas a seguir castigando así? El futuro te da miedo, no ves las cosas claras y eso te está llevando a tirar la toalla.
5 – El silencio de tu soledad
No eres malagradecida, sabes muy bien que a tu alrededor hay gente buena, que te impulsa, te llena de cariño y quiere verte triunfar. Sin embargo, aunque están a tu lado, sientes ese vacío, como si en realidad nadie pudiera ponerse en tu lugar. ¿Ha intentado hablar con alguien sin filtros? Dilo, di que te sientes sola, triste, decepcionada y que también hay días en los que quisieras descargar todo ese coraje que te está rompiendo por dentro . No quieres estar así, pero es algo más fuerte que tú.
Estás cambiando, la crisis existencial se está robando hasta la última gota de tu esencia . Sin embargo, la manera en que puedes afrontarla es mediante el descubrimiento personal, volver a ti, ahí está la clave. Necesitas cambiar todos esos pensamientos mentirosos que te están haciendo cada vez más pequeña. Tú tienes la llave para abrir de una vez por todo ese candado. Un terapeuta puede servir como guía, pero está en ti dar el primer paso. Quédate con la gente que te apoya a recuperar tus expectativas, la que te inspira y te levanta.
No estás sola, hay muchos que son capaces de ayudarte a limpiar las cenizas, porque les importa qué fue lo que utilizó el incendio. Sé paciente contigo mismo y recuerda que el único camino es hacia adelante. ¡Sé que lo vas a lograr!
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