Quiero que empieces estas líneas repitiendo esto: Me merezco a alguien que se alegre al verme, que se preocupe por mí, que no minimice mis emociones ni critique mis pasos. Una persona que valore lo que doy y que no se aburra al escucharme.
Dicho esto, nunca dudes de que uno de los actos de amor más grandes que puedes hacer por ti mismo es irte de donde no te quieren. Si hay algo que no te gusta, no tienes que forzarte a aceptarlo. Estos pasos te van a ayudar para que la gente te dé el sitio que te mereces y deje de tratarte con la punta del pie.
Es indispensable que vuelvas a tu lado más profundo, en donde habita tu amor propio y tu autoestima. Son dos escudos que te darán bienestar emocional y te mantendrán al pie del cañón. No vas a lograr que nadie te respete, si tú no te respetas y te aceptas primero. Veamos más a detalle:
Tu lenguaje corporal habla: Las inseguridades gritan a través del cuerpo. Lo peor que puedes hacer es querer pasar desapercibido. Si tomas una actitud tímida, hablas con un tono de voz muy bajo y tratas de esconderte en los demás, nadie te va a respetar. Levanta la cabeza con orgullo, mantén el contacto visual, mejora tu postura y di lo que sientes de manera contundente, esto hará que las personas te tomen en serio y te abrirán paso en lo que sea.
Encuentro de miradas: Te decía lo de mantener contacto visual, la gente que es cruel es capaz de detectar la vulnerabilidad y aprovecharse de ella. Si miras hacia los lados o bajas la mirada, es señal de que te sientes poco seguro. Cambia eso, cuando miras a los ojos le estás diciendo a la otra persona que te importa. Eso automáticamente te dará su atención.
Aplaude los logros ajenos: Sé que cuando te sientes frustrado no es fácil reconocer el éxito en los demás, pero si te enojas lo único que estás dejando claro es que te sientes sumamente inferior. Inclusive, te pueden definir como alguien envidioso. Olvídalo, difícilmente te van a respetar con esa actitud. Si te alegra que el otro suba un escalón, la vida te va a regresar el doble, no lo dudes.
Complacer a todos: El peor error que puedes cometer. No sólo porque los demás no te van a admirar como esperas, también porque intentar darle gusto a todo el que te rodea es sumamente desgastante a nivel mental, emocional y muchas veces hasta físico. Cuando tú intentas complacer y complacer, el resto te ve como alguien sumiso a quien pueden tratar a su antojo y no dirá nada.
Date tu lugar: Es muy común que cuando estás diciendo alguna frase, la gente se acostumbre a interrumpirte e incluso a cambiar de tema, como si lo que estuvieras diciendo no fuera importante. Tienes que intervenir, dile que si por favor te deja concluir e incluso deja claro que te interrumpió y no te sientes cómodo con ello. Desde luego, no tienes que ser maleducado, simplemente déjale claro que tu conversación es tan importante como la suya.
No dejes que el entorno te controle: Por ningún motivo sigas a la manada, no permitas que lo que hacen o dicen los demás te afecte. No te precipites, piensa en calma y después ejecuta. Si dejas que los demás decidan por ti, les darás el mensaje de que no estás listo para tomar un cargo alto. Sé el que toma el mando, no el que se deja manipular.
La psicología del éxito: Aquí aplica el dicho de que como te ven, te tratan. El punto no es caer en la superficialidad, pero debes tener claro que no todos tienen una mentalidad espiritual y que hay veces en las que no queda más que conocer bien las reglas del juego para ganar. Si te ves bien por fuera, la gente se dirige a ti con más respeto.
Dile a tu rostro que sonría: 4 de cada 10 personas se sienten atraídas por aquellas que muestran una sonrisa. Desde luego, no caigas en exageraciones, porque lo forzado te puede hacer quedar como alguien pesado e incluso hipócrita. Si en verdad quieres dominar a quien te rodea, invierte en tu sonrisa, no sólo te hará sentir bien por dentro, también por fuera y eso la gente lo aprecia.
Marca tu espacio: Estás aquí, eres único, tienes un espacio en el Universo y mereces ser visto. Que no te dé pena mostrarte tal y como eres, no estás para hacerte pequeño. Entre más te des a notar mejor y sin necesidad de humillar a nadie. Déjate ver, eres un ser bello, cuando lo aceptes el resto lo hará.
Ahora bien, no te presiones, no te obligues a cambiar todo esto de la noche a la mañana. El respeto se gana a largo plazo, necesitas mantenerte firme y ser constante. El objetivo ya lo tienes, ahora no quites el dedo del renglón. Quizás tengas recaídas, es normal, no se trata de un proceso lineal, pero por favor no tires la toalla.
Es cierto, hay muchos asustados por tu potencial y tú dudando de ti. Confía en ti y lograrás lo que sea.
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