Ahí estás, esperando verte al espejo para hacerte pedazos, te has acostumbrado a encontrarte hasta el más mínimo defecto, porque si no es así, no tomas como válido el día. ¿En qué momento te convertiste en tu peor enemiga? Ya nada de ti te satisface, te quejas de la manera en la que luce tu cabello, tu rostro, tu cuerpo y hasta las palabras que se te escapan. La vida se ha vuelto bastante pesada y ya no sabes cómo parar. Te has convertido en la mujer que se siente fea, pero que en realidad enamora a muchos.
¿Cuántas veces no te has hecho llorar con comentarios que te rompen? No te sientes bonita, porque todo el tiempo te estás comparando con mujeres que lucen perfectas en redes sociales. Te haces pequeña con todo ese montón de capas que te has puesto encima y que no permiten que tu brillo se vea. Hoy, quiero decirte que eres suficiente, pero en verdad quiero que te quede claro, porque lo eres.
Eres mucho más que el estuche
Te mereces una pausa, liberarte de todos esos reclamos que no te permiten aceptarte y que te dicen que no eres hermosa. Quizás, creciste con la presión constante de que tu cuerpo tenía que ser perfecto, la nariz pequeña, los ojos bonitos, el cabello de anuncio, ¿Qué más? La celulitis, las estrías, las cicatrices, no te perdonas nada, porque quieres lucir como una muñeca, sin una sola marca. Te enseñaron que maquillarte es la única manera en la que los demás pueden apreciar tu belleza, que necesitas un par de accesorios para no verte simple, que un buen sostén hará la diferencia en tu pecho. Te enseñaron que el gimnasio te hará más bonita y que si tienes la talla de las pasarelas, la vida te sonríe.
Dime, ¿Quién te habló de la esencia? Eres una mujer que se roba las miradas y ni siquiera lo notas, porque estás demasiado enfocada en demostrarle a los demás que no vales nada. Puedes lucir bellísima por fuera, pero si no te la crees, nadie lo va a notar. Porque la manera en que caminas, en la que hablas, en la que te escondes, te nubla. Estás apagando lo más bonito de ti. Lo que no se compra con nada, ni siquiera con las cirugías más costosas. Lo que se lleva en el alma, la manera en la que tratas a las personas, tu amor, tu encanto.
Enamoras a muchos
El tema con tu apariencia es algo que debes soltar, no estás para cumplir con los estándares poco saludables que te exige la sociedad. Eso te hunde, te hace sentir inferior, débil y vulnerable. No se vale que expongas tus emociones ante esa situación tan angustiante. Estás cargando con demasiado dolor. Tú puedes ganarle a la lucha de aceptarte tal y como eres.
Definitivamente, no eres fea y no tienes que cambiar por nadie. Si a ti te nace empezar a hacer ejercicio, cambiar el color de tu cabello, vestirte diferente, entonces hazlo. Pero por favor, jamás te obligues a encajar. Porque te vas a convertir en alguien que no eres y, por lo tanto, vas a atraer al tipo de persona que no quieres. Tú te mereces estar con un amor que te quiera por la manera en la que sonríes, por tus manías, tus arranques, tus bajones. Alguien que te quiera cuando tu niña interior toma el control y cometes una travesura tras otra. Mientras tú seas leal a ti misma, el resto de las piezas se van a acomodar de la mejor manera.
Eres única
Si pudieras verte como lo hace el resto, te darías cuenta de que hay muchísimas mujeres admirando tus pasos y hombres que quisieran darte lo mejor de su mundo. Eres una mujer única, bonita, inteligente, con un montón de defectos, sí, ¿Y qué? Eso ya no te debería de preocupar, mejor acepta tus demonios, suelta las heridas del pasado y recupera tu autenticidad, porque eso es precisamente lo que te distingue del resto en todos los sentidos. Has pasado tanto que sería muy absurdo darle importancia al físico cuando hay cosas mucho más importantes.
El día que te des cuenta de que abrazarte en los momentos más oscuros, te llevará a los más luminosos, vas a entender que hay lágrimas que no valen la pena. Es mejor guardarlas para cuando en verdad duela el corazón, por ejemplo, ver partir a alguien de tu vida. Sin embargo, no inviertas tiempo en llorar por comentarios crueles de gente que ni siquiera te conoce, que lo único que ve es lo que hay por fuera y por supuesto lo hace desde el prejuicio. Recuerda que lo que dice la otra persona de ti, habla más de ella que en lo que en realidad eres tú.
Por qué te empeñas en ser una rosa
Te has esforzado tanto en ser alguien que no eres, que terminaste cansada, decepcionada y detestando el reflejo de tu imagen. Mujer, la belleza es relativa, eso es precisamente lo bonito de la vida. Serás hermosa para la persona correcta. Quizás todo este tiempo te has empeñado en ser una rosa, en tener ese color vibrante, en ser más estilizada y con esos pétalos que envuelven. Pero, ¿Qué tal que tú eres un girasol? Tienes esa belleza pura, la que resplandece con los rayos del sol. Eres la flor que sabe que los días no pueden ser perfectos, hay unos muy nublados y tristes, pero al final te das cuenta de que la gente correcta no te va a soltar.
Hoy, estás hermosa, más que nunca, porque estás alerta, trabajando en tu mejor versión. Tienes el valor de ir hasta lo más profundo de tus miedos, ¿Te das cuenta? Son contadas las personas que lo hacen, pero tú no te rindes. Estás bonita, mucho más allá de la vanidad, son los latidos de tu corazón los que te hacen sobresalir. Escúchate, ¿Qué quieres?, ¿Cuáles son tus sueños?, ¿Qué es lo que has dejado empolvado en el pasado? Tus miedos te han llevado a esconderte, como si hubiera algo malo en ti cuando no es así.
La vida es demasiado corta, te lo digo en serio, no pierdas el tiempo en superficialidades. Eres mucho más que tus curvas o lo terso de tu rostro. Estas para que te presuman, te tomen de la mano y te digan que todo va a estar bien. Ya te has prohibido un montón de cosas, por intentar darle gusto a personas que ni siquiera les importa cómo te sientes. Vive hasta que las carcajadas te hagan doler el cuerpo.
Sal a dar ese paseo, mete los pies a la arena, compra el agua de sabor que tanto te gusta, muerde esa fruta, canta hasta que se te cierre la garganta, camina descalza, baila, escribe, pinta. Deja que tus emociones se desborden y qué más da si la gente te llama loca, si estar loca es aceptarte y gritarle al mundo lo mucho que vales, entonces deja que te lo digan, que lo griten fuerte, por si un día se te olvida lo bonita que eres. Que te quede claro, tú estás para elegir, no para conformarte con alguien que no sabe estar con una mujer tan bonita como tú.
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