A veces, para poder tener tranquilidad tienes que dejar ir cosas que amas, pero que te hacen daño. A veces, para poder ser feliz en el camino tienes que deshacerte de ataduras que te dejan marcas, que aunque duelen estabas aferrada, y una vez que se van te rompen en mil pedazos, pero sabes bien que con el tiempo podrás encontrar paz. No es sencillo decidir qué es lo mejor para tu alma cuando tu corazón está tan lleno de muchas cosas.
Bien sabes que la vida no es tan sencilla, pero sí sabes que es muy bonita, y es mucho más hermosa cuando eres libre, libre de ser quien eres, de hacer lo que deseas, de estar con quien quieras, de soñar tan grande como quieras. Pero como ya agregué antes, la vida no es tan simple, viene con retos, con equivocaciones, muchas equivocaciones, lecciones que aprender y decisiones difíciles que tomar.
Muchas veces nos sentimos en un punto cómodo en nuestras vidas y nos mantenemos allí por la seguridad que nos brinda, pero a medida que pasa el tiempo ese punto deja de ser cómodo para transformarse en un constante dolor, pero lo seguimos arrastrando porque como en algún momento nos hizo tanto bien nos aferramos a creer que cambiará, que volverá a ser lo que fue antes. Pero solo nos mentimos para mantenernos atados, porque perder aquello a lo que te acostumbraste puede romper en mil pedazos tu corazón.
Es cuando entonces debes tomar decisiones difíciles, decisiones que te van a romper el corazón, pero que seguramente le van a brindar paz a tu alma. Son signo de madurez emocional, te cuesta mucho darte cuenta de tu realidad, pero una vez que lo deduces y te decides, lo haces sin arrepentirte. Y no temas, sabes que haces lo correcto aunque te duela, si tienes esa sensación, de que es lo mejor a pesar del dolor, estás haciendo un bien para tu vida.
Le estás brindando a tu alma la paz que necesita para restaurarse, para reenfocarse en lo que realmente quiere y en la forma que deseas vivir tu vida. Está en ti aprender las lecciones, observar desde diferentes perspectivas, tomar decisiones y vivir la vida que quieres. Tú eres el navegante de tu vida, tienes en tus manos el timón y lo mueves a donde quieras; en medio de una tormenta aunque tengas que sacrificar algo debes tomar la mejor decisión que saque de peligro lo mayor posible de ti. Debes resguardar lo más que puedas y pensar a futuro.
¿Qué quieres lograr con tu vida? ¿Cuáles son esos planes por los que sueñas en las noches, pero que hay algo que los evita, o alguien? Allí entran esas decisiones difíciles, te puedes romper el corazón, hasta se lo puedes romper a alguien más, pero sabes que con el tiempo no habrá duda que fue la mejor decisión porque además de darle la paz a tu alma que necesitaba, también se la ofreces a alguien que igual que tú no quería ver su verdad.
Sí, algunas veces tienes que tomar decisiones que rompen tu corazón, pero que le dan paz a tu alma. No lo olvides.
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