Esto para el padre que perdió la custodia, el que tuvo que hacerse un nudo fuerte en el alma y seguir sonriendo para no preocupar a su pequeño. Sin embargo, aquel día en el que el juzgado dictó a favor de la madre se rompió. Vamos, que no quería quedarse con todos los derechos, pero al menos tenerlos un poco más hubiera estado mejor. Él no quería que le dijeran nada más la cantidad mensual que sus hijos necesitan. Él es de los padres que sí quieren jugársela por ellos, es de los que no huyen de sus responsabilidades y disfrutan cada minuto a su lado. Ese padre, hoy merece leer estas líneas, porque se ha callado un montón de lágrimas y no se vale. Son palabras que su hijo también se ha guardado.
Papá…
Quiero decirte que te echo mucho de menos, pero no te preocupes, estoy bien. Es sólo que hay momentos en los que mi mente me traiciona, no sé cómo lo hace, pero me lleva a imaginar que tú y mamá vuelven. Sé que cada uno decidió hacer su vida, pero sin previo aviso te imagino como antes, en el sofá, viendo ese programa raro que sólo a ti te gusta. A veces, subo la escalera y volteó ligeramente a la habitación de mi madre, algo me dice que tal vez están tus sandalias en la entrada, pero no.
Entonces, entro a mi habitación y siento esa pesadez en el pecho, me duele algo, pero no sé qué es. Quisiera contarte tantas cosas, por ejemplo, hoy en el colegio conocí a un par de chicos, no asisten ahí, fueron de visita, a un concurso de química. ¿Recuerdas cuando hicimos aquel experimento y que resultó ser un desastre? Ya me va mucho mejor, tal vez lo podamos intentar en una de las próximas visitas.
Hablando de las visitas, debo confesarte que se me hacen eternas, me enoja ver el calendario avanzar tan lento, pero cuando estoy contigo se va más rápido, creo que algo tiene en mi contra. Papá, me encanta compartir el día con tus locuras y esos abrazos que no te pido, pero que siempre me das. Los extraño mucho cuando cae la noche. El beso de mamá antes de dormir es lindo, pero siempre me faltas tú.
A veces, lloro…
Aunque, tengo que decirte que también la extraño cuando estoy contigo. Lo sé, ni yo me entiendo, si alguien me diera la oportunidad de pedir un deseo, pediría poder verlos a los dos las veces que yo quiera. Es muy difícil papá, pero creo que lo estoy haciendo bien, hasta siento que me he vuelto más fuerte. Sin embargo, hay momentos en los que ya no puedo más, me rompo, lloro con tu canción favorita y también con la mía, porque con las dos me acuerdo de ti.
Papá, nunca dudes de lo que siento por ti, porque tú ya tienes ganado un espacio en mi corazón. Pueden pasar años sin verte y ese sitio seguirá intacto. Eres tú el hombre al que quiero seguir llamando papá por el resto de mi vida. Nunca dudes de lo mucho que te quiero, porque haría lo que sea por vivir más aventuras a tu lado. Sé que también me extrañas, lo noto cuando me ves y, muchas gracias por eso.
Te amo papá, siempre lo haré, a pesar de que te sienta tan lejos. Siempre estás, en las canciones, cuando miro al cielo, en la brisa, en la mañana, al caer la noche, en la Luna. Si sientes que el viento te acaricia, seguramente soy yo, me gusta decirle que no hago otra cosa más que extrañarte.
Papá, siempre estás en mi corazón…
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