Es frustrante cuando alguien no comprende tu punto de vista, cuando tratas de explicar una alternativa más viable mientras que la otra persona está completamente cerrada. A veces esa misma frustración nos puede llevar a la ira, la decepción y el fracaso. Nos amenaza emocionalmente, incluso si solo se trata de una discusión trivial sobre un tema general. Hay quienes simplemente no les interesa saber las opiniones de los demás, y aun si saben que pueden estar equivocados, se aferran a su orgullo.
Pues es vital que aprendas cuándo dejar de discutir, cuándo dejar que esa otra persona simplemente se quede con esa idea errada que tiene en su cabeza y seguir adelante sin atormentarte.
Debes entender que a veces las personas no les interesa otro punto de vista porque ya tienen uno y no saldrán de ahí ya sea por temor o costumbre.
No te aferres a discutir con alguien que claramente no va a cambiar de opinión ni teniendo la verdad de frente. Alguien así tiene su mente cerrada, alguien así puede ser sumamente tóxico. No te aferres, no pierdas tu tiempo discutiendo con esas personas testarudas que ni siquiera se abren a la posibilidad y a analizar lo que tú tienes para decir.
¿Qué debes hacer? Tomar una respiración larga y profunda, abrir tú tu mente, entender la personalidad de quien tienes en frente y dar por perdida la batalla. ¿Por qué? Porque es una batalla innecesaria, que en vez de beneficiarte o de al menos dejarte una lección si la pierdes, desgasta tus principios, agota tu paciencia y te pone de mal humor.
No caigas en discusiones absurdas, cuando veas que esa persona ni siquiera quiere escucharte, que le molesta que le hables, que haya pasado de ser amable a un completo tirano porque le estás llevando la contraria con fundamentos, entonces corta por lo sano, aléjate aunque parezca algo rudo. No sigas discutiendo y empieza a dudar de esa “amistad” o de “esa pareja”.
Nadie que no esté dispuesto a escucharte y tomarte en cuenta es sano para tu vida. Nadie.
Piensa primero siempre en tu bienestar, ¿para qué perder tu tiempo? ¿Para qué llenarte de ira? No insistas, hay personas en las que no puedes influir de ninguna manera, con las que ni siquiera puedes conversar. Seguro conoces a alguien así, alguien con la que iniciar una conversación siempre termina en un campo de batalla. No permitas que entre a tu mente energías negativas de otros.
Es vital aprender cuándo dejar de discutir con las personas y dejar que sigan con sus ideas erradas, no es tu trabajo hacerles entender, no es tu responsabilidad las consecuencias de sus acciones si se cierran a las alternativas. Concéntrate en ti mejor. Solo puedes ayudar a quienes estén dispuestos a recibir ayuda, a quienes te valoren como persona y valoren tus consejos y opinión.
Tampoco tendrás la razón siempre y es evidencia de madurez darte cuenta de ello, si esa otra persona no lo hace, entiende que no es tu trabajo hacer que madure, tu trabajo es mantenerte positivo y saludable. No te dejes absorber por comportamientos tóxicos, aléjate.
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