Te lo voy a decir con todas sus letras, no hay justificación, si creciste en un hogar en el que el abuso y las críticas eran constantes, los abrazos escasos y decir te quiero nunca fue normal, entonces, cambia. Lucha contra lo aprendido y busca la manera de hacer las cosas distintas, duele, pero el tiempo ya no lo puedes echar atrás y ese pequeño no merece la peor versión de ti. La versión que no se controla, la que intenta cubrir sus vacíos por medio de la agresividad, la que rompe y no ama. Un hijo no merece eso, necesita a alguien que abrigue su infancia, cuide sus pasos y lo llene de amor. Alguien que fortalezca su autoestima y no quien la fragmente cada día. Dime, ¿Te has preguntado cómo se siente un niño golpeado?
No estás siendo maduro por seguir patrones, no porque tus padres o tus abuelos lo hayan hecho es correcto. Si en verdad diéramos lo mejor para proteger la inocencia de un niño, no andarían por ahí un montón de adultos rotos, inseguros y tristes. La infancia deja un antes y después en tu vida, no puedes huir de ella, cada cicatriz te acompaña para siempre y está en ti tener el valor de abrazar tus heridas y no descargar tu furia en un ser inocente. ¿Crees que porque a ti te golpearon eres un gran ser humano? Déjame decirte que pudiste haber sido mejor, no le causes tanto dolor a alguien que te ve como su todo.
Ese niño te ama
Por un momento, ponte en sus zapatos, ese niño te ama por encima de cualquier cosa y le estás enseñando que la persona que lo ama tiene derecho a humillarlo, a decirle palabras hirientes, a hacerlo menos y a rechazarlo cuando más necesita amor y comprensión. Ese niño no te va a dejar de querer, incluso si eres un monstruo, pero, ¿Sabes qué va a pasar? Se va a dejar de querer a sí mismo, cada día un poco menos.
¿Crees que lo estás corrigiendo por ponerle una mano encima? Le estás diciendo que haga lo que haga, no importa lo que sienta, porque es tu palabra la que se tiene que respetar. Cada que lo agrades no sólo lo lastimas físicamente, también emocionalmente. Sí, tal vez la próxima vez lo piense dos veces, se volverá más callado, más nervioso, porque no quiere despertar tu furia. Esa herida se hará más grande y con el paso del tiempo no se borra, al contrario, es más difícil de sanar.
Eres su guía
Los padres deberían ser pilares, alguien en quien puedes confiar y al mismo tiempo respetas. Si usas la fuerza para lograrlo, lo único que vas a conseguir es que llegue un punto en el que te desprecie. Ahí es cuando la distancia emocional se va a crear, será tan evidente que cuando crezca se va a sentir muy incómodo al tenerte cerca.
Cada vez que le pones una mano encima a un niño, le estás diciendo que es válido dañar al otro para conseguir lo que quieres. Así que, luego, no te sorprenda que lo use como uno de sus métodos favoritos a la hora de relacionarse. ¿Qué estás buscando? Si quieres que sea una persona saludable y fuerte, déjame decirte que estás agudizando sus inseguridades, haciendo que su alma se sienta temerosa.
¿Qué es lo que hace que no te detengas? Pregúntate, por qué hay tanta oscuridad en tu corazón, no controlas tus impulsos y por eso cuando te sientes frustrado lo único que quieres es sacar todo con un pequeño inocente que no se puede defender. Además, es absurdo, no vas a conseguir el resultado que quieres, está demostrado que los niños se comportan mucho mejor cuando los padres son pacientes y empáticos. Un niño amado, protegido y comprendido, siempre tendrá la intención de seguir los consejos de sus padres.
Cada vez que lo agredes lo vas perdiendo
Ese niño es fuerte, pero con tus gritos, tus golpes, tus insultos, le vas quitando la confianza y siente que no vale nada, se culpa, se repite una y otra vez esa frase que no le dejas de decir ‘Eres un tonto’. Ya se dio cuenta de que no importa lo que haga o deje de hacer, siempre encontrarás un pretexto para desvalorizarlo y eso lo hace sentirse angustiado, la ansiedad llena su cabeza de un montón de pensamientos horribles.
Llega un punto en el que se siente tan triste, que no le encuentra sentido a estar aquí, piensa que sería mucho mejor si no existiera, así no sería un problema. Cuando lo lastimas, se siente asustado, quiere huir, no confía en ti. Le aterra darse cuenta de que la persona que dice amarlo es capaz de lo peor y por eso no piensa creerle a los demás. Y sí, puede que con el paso del tiempo se acostumbre a sentir el dolor en su cuerpo, pero, ¿Qué me dices de su corazón?
Los moretones se van, el dolor desaparece, pero las cicatrices se quedan en lo más profundo de su alma. No importa lo que hagas, esas ya no se van. Al contrario, se vuelven fantasmas que aparecen cuando quiere lograr algo, pero no se atreve, ¿Cómo podría triunfar alguien tan insignificante como él? Eso es lo que le has hecho creer. De nada sirve que frente a la gente le aplaudas y digas que te sientes orgulloso, porque los hechos lo dicen todo. Eso que sucede al cruzar la puerta, el infierno que lo haces vivir en la misma habitación en la que está su juguete favorito y el personaje que admira. Tú eres el villano de su historia.
No hay justificación
Deja de justificarte, diciendo que es por su bien y que necesita firmeza en su vida. Lo que necesita es que su madre y su padre sean personas sanas, que tengan la madurez emocional para criar desde el amor. No estás siendo un gran padre, lo estás llenando de miedos, estás arruinando su valentía y cada día lo haces sentir más miserable. No te engañes, no te respeta, te tiene pánico, quiere que la pesadilla termine y sueña con el día en el que crezca y pueda apartarse para siempre de tu lado.
¿Cuál es tu pretexto?, ¿Tus padres fueron así? Te faltó un abrazo, un beso en la frente, una caricia, ¿Eso? Te estás vengando con alguien que te ama. ¿Qué pasaría si te trataran igual?, ¿Te darían ganas de correr a los brazos de esa persona? No lo harías, pero a tu hijo no le queda opción, es muy pequeño, es frágil, no es nada ante tus brazos llenos de furia.
¿Qué harías tú, si tuvieras que callar lo que sientes por miedo a que alguien te haga daño? ¿Cómo te sentirías si la persona que amas se burla de tu cuerpo y tus sueños? Si minimiza cada una de tus emociones y te denigra con chistes abusivos. ¿Qué harías? Date cuenta, ponte un momento en su lugar y descubrirás que se siente agotado, desesperado. Ese niño está tan fracturado que si no haces algo ahora, mañana será como tú.
Dime, ¿Quieres que sea como tú?, ¿Te sientes orgulloso cada vez que le levantas la mano?, ¿Verte al espejo te satisface? Si la respuesta es no, ya sabes lo que debes hacer… o más bien, lo que no debes hacer.
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