Quién lo diría, pasaste de ser aquella mujer que huía del espejo a la que abraza su imagen. Después de tantas lágrimas e inseguridades, entendiste que no es sano compararte con las otras, porque todas son hermosas. Es tu esencia la que envuelve y tu belleza resalta cada vez que sonríes. Esa eres tú, la loca que baila a mitad de la noche, la que ríe hasta que le duele el estómago, la que tiene un montón de poesía acumulada en el pecho. Eres la que se ilusiona y también la valiente que huye de los amores secos. Te costó muchísimo levantar la cabeza y aceptar lo que vales, pero ahora te ves más bonita que nunca y enamoras más.
En tu mirada hay tanta honestidad que hasta se puede apreciar el brillo de la Luna. Me encanta que te la creas, que seas capaz de romper con tus miedos y te des cuenta de que nadie tiene derecho a tratarte como si te estuviera haciendo un favor. Te ves más bonita porque has descubierto que eres más que tu cuerpo. Es la manera en la que tu alma se apropia de cada sitio que pisas. Ahí está tu belleza.
Mujer, enamoras más
Un día decidiste soltar el llanto, limpiarte el rostro y ponerte linda. Pero mientras maquillabas tus pestañas, también arropaste cada una de tus grietas y descubriste que el mejor regalo que te puedes dar es abrazar tu bienestar emocional. Tu autoestima importa mucho más que la manera en que luce tu figura. A estas alturas ya no estás para cumplir con estereotipos absurdos. Sentirte hermosa está en ti y ahora que tienes el control no vas a permitir que nadie te humille.
No eres el largo de tu cabello ni el tamaño de tu cintura, tu feminidad va mucho más allá de todo eso. Tampoco eres la que siempre tiene que ser dulce y delicada, también tienes un lado salvaje, duro y muy determinante. Sin duda, ha sido complicado, pero has aprendido a aceptar cada uno de tus defectos y también tus virtudes.
Cuando te ves más atractiva
Definitivamente, enamoras más porque todos los días estás ejercitando tu autoestima. Estás construyendo una nueva versión de ti, porque ya te diste la oportunidad de indagar hasta tus oscuridades. Y estas señales lo comprueban:
Sonríes más
Cuando sonríes tu feminidad se eleva a otro nivel, la gente te percibe como alguien más bonita, porque los contagias de tu felicidad y al mismo tiempo abres la puerta a la interacción, porque te ves más amigable. De hecho, por instinto el ser humano se siente mucho más cómodo con aquellos que tienen un estado de ánimo positivo.
Rompiste la coraza
Por mucho tiempo te metieron la idea en la cabeza de que ser dura es sinónimo de llamar la atención, pero no, no necesitas hacerte la irresistible para encantar a los demás. Ahora, prefieres apostarle a tu lado empático, es el que decide cómo desenvolverte con los demás y eso te ha ayudado a atraer a las personas correctas, desde la comprensión y el amor.
Te haces presente
Ya no te piensas callar, quieres que tu opinión sea escuchada aquí y a mil kilómetros. Tu tono de voz ya cambió. Ahora, tus palabras son directas, no entrecortadas y te da igual si cumples o no con las expectativas de los demás. Ya fuiste la mujer que bajó la mirada, a la que insultaron, menospreciaron y le dijeron que no lograría nada. Esa versión de ti ya quedó atrás, la soltaste con todas esas personas que sólo te rompían. Ahora, te quedas contigo y nada más. Si alguien no respeta tu esencia, que se vaya.
Los chistes son tus aliados
Sin duda, el sentido del humor te vuelve una persona más bonita. Entre más divertida eres, más deseada. Todos se sienten más cómodos con alguien que los hace reír, eso te vuelve como un imán. Además, la ciencia sostiene que las personas que hacen chistes suelen ser más inteligentes y creativas.
Ayudas a los demás
Es claro que una de las lecciones más gratificantes que has aprendido en este descubrimiento, es ponerte en los zapatos de los demás. Tu amabilidad se roba miradas, porque te nace del alma ayudar a quien lo necesita y eso hace que te perciban como una mujer bonita.
Una pausa al estrés
Por supuesto, que sigues viviendo momentos en los que no sabes qué hacer con tu vida. Las preocupaciones, los pendientes y las tantas obligaciones de tu día, hacen que el estrés se vuelva tu mejor compañía, pero al menos ya has aprendido a buscar soluciones y no engancharte con aquello que no puedes solucionar. Ver la vida de esa manera te vuelve inspiración para muchos y eso atrapa.
Te enorgullecen tus curvas
No hay nada más bonito que una mujer que asimila cada parte de su cuerpo, no le importan las medidas, simplemente goza y agradece todo lo que le ha permitido. Esa eres tú, la bonita que aceptó que sus curvas no son perfectas, pero precisamente eso es lo que las vuelve más hechizantes.
Más que el maquillaje
No tienes problema en ponerte un poco de carmín en los labios y aplicar maquillaje en tu rostro. Te gusta ponerte bonita en ese sentido, pero le has encontrado el lado bueno a tu toque natural y no te molesta ver una que otra imperfección en el espejo. Ahora, sabes que no estás aquí para complacer a nadie y si decides invertir en tu apariencia es por ti y nada más.
Valoras a los tuyos
Una vez que sabes lo que quieres, que te rodeas de las personas correctas y luchas por tus objetivos, tu brillo se empieza a notar. Eres la mujer bonita que sabe que sus seres queridos importan y por eso inviertes tiempo de calidad a su lado. Esas carcajadas, conversaciones largas y salidas inesperadas, son sinónimo de calma y bienestar. Te ves más hermosa cuando estás con los tuyos.
Confía en ti
Mujer, por favor, confía en lo que eres, porque estás hermosa, enamoras más y ahora que te recuperaste, te pido por favor que no te dejes escapar. Tienes el don de reconfortar a muchos, de sacar sonrisas y demostrar que con resiliencia todo es posible. Es tu lealtad y consistencia la que te distingue del resto, no pierdas eso.
Sé tú, no dejes que nadie entorpezca tus pasos, dalos firmes y sin miedo, porque es tu honestidad la que encanta. No dejes de mirar así, profundamente y con el corazón, es lo que te ayuda a conectar con el otro. Qué más da si dicen que eres emocional, intensa y loca, que lo digan con todas sus letras, porque ya entendiste que una vida, sin eso, no vale nada.
Quédate con la persona que lo entienda, que abrace tu alma, que no le asuste amar fuerte y sin medida. Alguien que sea capaz de quitarte hasta la última prenda de tus pensamientos. Un corazón valiente, noble, que no huya cuando se hagan presentes las grietas de tu pasado. Ahí quédate, porque esa es la persona que merece la versión más bonita de ti.
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