¿Eres feliz?, primero responde… luego lee el texto y vuelve a responder la misma pregunta.
No busques la felicidad en ninguna parte. ¿Para qué la vas a buscar? ¿qué es lo que percibes como felicidad? ¿qué es aquello que te hace creer que tú no eres feliz y los demás sí?
Mira, tu motor de vida no debería ser una búsqueda incesante de algo que tal vez ya tienes en en ti. Tú amaneces todos los días y te castigas, te torturas, diciendo que no eres feliz, pero en realidad ya lo eres, porque estás aquí para contarlo.
El mero de hecho de vivir y poder contar que estás viviendo ya es motivo de alegría y es un motivo que te garantiza que a ratos, momentos o días, serás feliz seguro.
Piensas que la felicidad es una estado de vida y no es así, tú tienes una forma de vida que a momentos te dará felicidad, entonces no debes preocuparte en buscar algo que lo tendrás en muchos momentos y que además, llega sin ser esperado. La felicidad llega cuando llega y de este modo es cuando la puedes valorar, apreciar y disfrutar. (MENOS ES MÁS)
Piensas que la felicidad es un modelo de vida que sueñas y que no tienes, pero si llegaras a conquistar dicho modelo de vida, después te darías cuenta de que no eres feliz como pensabas y seguirías como ahora, anhelando la felicidad nuevamente, porque a la felicidad no se llega, ya que no puedes llegar a un lugar que ya estás.
¿Cómo vas a llegar a tu casa, si ya estás en ella?
Debes preocuparte por tu bienestar diario, en sentirte bien y, porque no, en ser una persona soñadora. Al ser soñador obligas a que la felicidad viva en ti. Y podríamos decir, que esta sí es una forma de ser feliz más constantemente.
Cuando tienes ilusiones, la felicidad va de la mano de este don, el don de soñar, y de aquí pasas a ser una persona más alegre, más agradecida y más dichosa.
Valoras las pequeñas cosas con humildad, sin esperar grandes fortunas espirituales o emocionales y empiezas a ver que son aquellas pequeñas grandes cosas las que realmente dan satisfacción y bienestar.
Comer, reír, soñar, hablar, compartir, proyectar, amar, ilusionar, conseguir, proponer, vivir, etc. Son cosas que las dejas de lado y crees que eso ya es algo que debes de tener porqué sí y por supuesto dejas de valorarlas.
Si agradeces más tocando de pies al suelo, verás que el sencillo hecho de tener hambre e ir a comer, es un buen e increíble motivo para ser feliz, porque de no ser así la hambruna te daría infelicidad y dirías:
¡Ohhh, lo que daría por un pedacito de pan!
Si ese pedacito de pan llegara, la felicidad supuraría por tus poros y te sentirías la persona más dichosa del mundo. “Con tan solo un sencillo trozo de pan”.
La felicidad no la encontrarás en ninguna parte porque no se encuentra, no la has perdido ya que esta ya está en ti. Sólo depende de que cambies la forma de ver las cosas. No pases la vida buscando un árbol de cerezo en medio de un bosque lleno de árboles… disfruta de tu existencia dentro del bosque, disfruta y valora los demás arboles y el día menos esperado el árbol de cerezo aparecerá y te sorprenderá.
Mientras disfruta de tu paseo por el bosque y sé feliz, porque un fruto diferente al del cerezo, puede llegar o ha llegado a tu paladar.
La cereza llegará y luego te hará feliz de la misma forma, no más. Degusta la vida que tienes y valora el aire que respiras. Respirarás la felicidad.
Autoría, Edición y publicación: Albert Espinola Todas las imágenes de We Heart It