¿Qué es lo primero que piensas cuando hablan de una madre? ¿O de una madre tóxica? Quizás creciste con esta idea de que madre solo hay una, que hay que idolatrarla por encima de todo, que gracias a ella estás aquí. A ver, no te estoy diciendo que cambies tu discurso y te vuelvas el hijo más malagradecido de este mundo, es cierto, el respeto hacia ella es esencial, pero ya es tiempo de que la bajes de ese pedestal, porque hay momentos en que ponerla ahí duele y mucho. La única manera en la que vas a poder sanar de verdad la relación con tu madre es viéndola como una persona más, alguien que también guarda muchas heridas, que quizás no tuvo la infancia más bonita, pero de todas maneras se esforzó para darte su mejor versión. Entonces, ¿Cómo identificar a una madre tóxica y perdonarla sin sentir lástima por ella?
No es saludable ver a tu madre por encima de lo que te duele. Es decir, no vas a guardar rencor, pero tampoco justificar sus acciones para victimizarla. Simplemente, es tiempo de que abras los ojos, nadie asiste a una escuela para ser una buena madre, es sinónimo de enfrentarte a tus miedos, tus carencias y las tantas ganas que tienes de salir huyendo. Sí, a veces, las madres ya no pueden más, se sienten asfixiadas y buscan huir, no porque no quieran a sus hijos, probablemente, lo piensan porque los quieren demasiado y les aterra lastimarlos. Es complicado mantener el equilibrio emocional y establecer relaciones sanas, cuando nadie te lo enseñó.
¿Cómo fueron tus primeros años de vida?
La manera en la que te relacionas con el resto de las personas, sean: pareja, amigos o conocidos, tiene que ver con tus primeros años de vida. Incluso con el estado de ánimo de tu madre durante la gestación y la relación que ella tenía con su madre. Es una cuestión que está comprobada científicamente, la carga genética puede determinar tus carencias y también lo que abunda en ti. ¿Cómo fue tu contexto?, ¿Hay algo que hubieras querido que fuera diferente? Que quede claro, que esto no es para echarle más leña al fuego, no se trata de volver a abrir tus heridas, simplemente, es para que vayas al fondo de todo. Dime, ¿Qué hubieras hecho tú en los zapatos de tu madre?
Estoy seguro de que ella hizo lo mejor que pudo, no sabes lo fuerte que fue superar algunas manías de su pasado, tiene debilidades que hasta la fecha hacen que se derrumbe de vez en cuando. Sin embargo, ha avanzado, está evolucionando con base a su generación anterior y tú también lo harás. La clave está en comprender a tu madre, no necesitas justificarla, es el perdón el que te va a sanar, el que te hará sentir que todo está bien y podrás darle vuelta a la página. ¿De qué te sirve reprochar o quejarte? El pasado ahí está, no puedes cambiarlo, pero sí puedes mejorar tu futuro. ¿Quieres construir una relación sana con tu madre? Haz las cosas diferentes. Aunque es muy válido si tu intención es cortar el lazo de una vez por todas.
Una madre tóxica…
Si decides que convivir con tu madre te daña mucho más de lo que te beneficia, mereces poner límites. No tienes que tolerar críticas que no pides ni ningún tipo de maltrato. Tampoco te corresponde a ti cambiar a tu madre, no te quedes a su lado si tu intención es salvarla. La persona que tiene que mejorar eres tú, ser un mejor hijo (a), tú eres quien debe decidir qué tipo de relaciones te benefician y cuáles no.
Lo cierto, es que la sociedad ha pintado una idea de la madre perfecta y si no cumple con esas características la definen como una madre tóxica. ¿Basta con eso? Dicen que la madre es el pilar de todos, influye a tal grado que hay adultos que no pueden hacer muchas cosas sin su aprobación. En ese caso sí conviene ir hasta el fondo, porque es probable que se trate de un apego no trabajado. De alguna manera, ella se esfuerza en hacer todo lo que sea posible para que el hijo no sea independiente, quiere sentirse necesitada, porque no se siente segura en su círculo. Es una cuestión de falta de amor propio y descarga todos sus vacíos en el hijo.
En el momento que se crea un lazo tan negativo desde la crianza, el concepto de amor se ve influenciado y la manera en la que das y recibes afecto, suele ser poco saludable. Es cierto, tu madre pudo haber cometido muchos errores, pero esa no es razón suficiente para que te hundas en lo malo, culpar y culpar, no te llevará a nada bueno.
Una madre es nociva cuando…
A veces, una madre puede ser demasiado cerrada, lo que quiere es imponer su manera de ver la vida y punto. Busca inculcar los roles de género que se le mostraron en su infancia, aunque sabe que eso le hizo daño, repite los patrones y asigna a sus hijos tareas exclusivas para mujeres y otras para hombres. Dejando de lado las emociones de cada uno, su objetivo es que cumplan con sus órdenes y punto.
Por lo regular, es la misma madre que no puede relacionarse sin controlar, su figura es la máxima autoridad y pobre de aquél que no cumpla con sus peticiones, porque claramente se va a encontrar con su lado chantajista. No quiere que sus hijos tomen decisiones por sí solos, busca la manera de demostrar que su compañía es indispensable, si algo no está aprobado por ella, simplemente, no funciona. Esto impide que los niños sean autónomos, salen inseguros al mundo y con la necesidad de que mamá les cuide las espaldas todo el tiempo.
Por otro lado, está la madre tóxica que se empeña en cumplir sus sueños a través de sus hijos, los ve como una extensión y por eso quiere que asistan a actividades en las que no se sienten cómodos ni felices, pero ellas sí. Es como si trajeran un reloj gritando en su oído siempre. Se les acaba el tiempo y eso las vuelve ansiosas, exigentes y crueles. En realidad, no saben canalizar sus emociones y no han superado las heridas del pasado.
Ni amigos puedes tener
Una madre tóxica es aquella que desconfía de todos, protege a su hijo de una manera poco racional, argumentando que no quiere que lo lastimen. Es por ello que las prohibiciones se hacen presentes, todo lo que hacen o dicen los amigos le parece extraño y poco saludable. Sin embargo, la única lección que el hijo recibe es que tiene que esconder sus emociones y a las personas que considera importantes en su vida.
Entonces, entran en una dinámica pasivo-agresiva, mamá está bien, siempre y cuando, cumplas con todas sus exigencias. De lo contrario, se frustra y te muestra su indiferencia, para que cambies de actitud y la complazcas. Lo que claramente provoca ansiedad en el niño, pues nada de lo que le pase por la mente, lo puede hacer sin pensarlo dos veces. No quiere decepcionarla.
Son madres no perfectas…
Sin duda, una de las cosas que más le pesa a una madre, es esta idea de que todo lo que haga le tiene que salir a la perfección. Idealizar la maternidad sí es demasiado tóxico, porque ven a la madre cuidadora, atenta, dulce, tierna e incondicional, como la que todos deberían tener, pero, ¿Qué pasa cuando no es así? Entonces, piensas que creciste con una mala madre.
Tu madre es tu conductora, no la responsable de tu vida
Ciertamente, en algunos casos resulta casi imposible desarrollar un vínculo saludable con tu madre, sin embargo, esa no es razón suficiente para que no hagas cambios en tu vida y le eches en cara lo poco que has avanzado. Si en verdad quieres mejorar como persona, tienes que empezar por entenderla, tomar conciencia de que te dio su mejor versión, aunque para ti no haya sido suficiente.
Te pregunto, ¿Cuál es tu imagen de madre ideal? Si la tuya no cumple con esas características, lo mejor que puedes hacer es juzgarla, porque no es fácil ser empático e intentar entender de dónde viene su comportamiento. Aunque te cueste comprenderlo, el único responsable de lo que te sucede en la actualidad, eres tú mismo. El resentimiento no te llevará a nada bueno, sólo se convertirá en un obstáculo más, para que por fin puedas soltar lo que te hiere. Tu responsabilidad es salvarte a ti, trabajar en tu bienestar y poner los límites que te brinden paz.
Con esto quiero dejar claro que una madre tóxica no siempre es la mala de las películas que te pintan, a veces, se trata de su ausencia, la que te hizo daño, quizás ese bloqueo es el que no te deja avanzar y te hace sentir menos todo el tiempo.
Sálvate a ti, no hundas a tu madre
Por supuesto, como ya te mencioné, el ambiente emocional que tuviste en tu infancia influye en tus relaciones adultas, pero son precisamente tus carencias en las que debes enfocarte para sanarlas y darle vuelta a la página. Una vez que te conviertes en adulto, eres el único responsable de lo que quieres seguir escribiendo en tu historia, si te enganchas en el pasado, te vas a quedar ahí, sin avanzar y sufriendo. La vida no se trata de padecer, el objetivo de las experiencias duras es aprender y nada más.
Para poder hacer un cambio genuino en tu comportamiento, necesitas reconocer aquello que te hace sentir mal, lo que te mueve una parte de tu interior y te invita a querer salir huyendo. Eso es justo lo que no debes hacer, ya es tiempo de afrontar el presente y canalizar tus emociones de una mejor manera. Los conflictos que se te presentan día a día, son la prueba de lo que necesitas trabajar.
Se trata de tomar conciencia, sin juzgarte ni tampoco a tu madre, es el problema en el que te debes enfocar. Eso se define como madurez emocional, es decir, no normalices sentirte inferior cuando realizas una actividad o te dicen que no eres suficiente en algo. Una persona que está bien consigo misma, difícilmente se siente ofendida por la opinión ajena, pero si necesita sanar, la herida se hará más presente que nunca.
¿Qué hacer si tu madre sigue siendo tóxica?
Desde luego, esta posibilidad es muy alta, los seres humanos no cambian de la noche a la mañana y menos si no hacen trabajo de introspección y asisten a terapia. Así que lidiar con una madre tóxica toda la vida puede ser muy cansado, sobre todo, si no sabes poner límites. Mira a esa mujer como un regalo que te da la vida para recuperarte a ti. Pregúntate, ¿Qué es lo que te molesta de ella?, ¿Cuáles son las acciones que te ponen los pelos de punta? Si no corresponde a tu afecto, si te manipula, si quiere controlarte.
Ya lo tienes, ahora, ¿Qué haces tú para ponerle un alto? No necesitas ser grosero, para establecer que no te gusta alguno de sus comportamientos, eres un adulto, estás en tu derecho. Por supuesto, si hace caso omiso, puedes alejarte, porque si sigues ahí, alimentando su actitud. ¿Quién es el tóxico? Vamos, eso no significa que la dejes de querer o que te alejes para siempre, marcar límites también es amar, sólo piénsalo.
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