¿Pasar de página? A veces, no te queda más que arrancarla desde la raíz, porque hay amores que no se van del todo. Te sigues despertando a mitad de la noche con esa sensación en el pecho de que ya nada volverá a ser igual. Quieres avanzar, pero al mismo tiempo quisieras que te llame para decirte que todo fue una equivocación. Tus pensamientos no se detienen, te hacen recordar esos momentos bonitos que viviste a su lado y ahí es cuando te preguntas, ¿Cómo saber si ya superaste a tu ex de una vez por todas?
Sé que estás desesperada, que te enoja no poder soltar todas esas emociones y encima te duele verlo tan feliz, como si lo suyo no hubiera sido importante. Bueno, en primer lugar, cada ser humano vive el duelo a su modo, el hecho de que él siga su vida no significa que no le duela. Sin embargo, es en ti en quien te tienes que concentrar. No es saludable que te obsesiones con el pasado, incluso si fue bonito. Despedirse de su olor, sus carcajadas y sus manías, es bastante doloroso, pero es la única manera en la que vas a volver a empezar.
Date la oportunidad de vivir la ruptura
Por ningún motivo, intentes suprimir el dolor, son tus emociones, incluso las negativas son esenciales para soltar. Estás dando un paso enorme, quizás por tu malestar, no te des cuenta, pero lo estás logrando. El dolor no es opcional, pero el padecer sí y tú no estás aquí para culparte todo el tiempo. Lo estás haciendo bien, pero no te presiones, dejar ir no es un asunto de la noche a la mañana.
Lo estás soltando…
Al principio, parecía que la tristeza sería eterna, te viste ahí llorando en cada rincón que pisabas, tuviste que esconderte muchas veces. De pronto, tus inseguridades te gritaban todo el tiempo que no eras suficiente y esa ansiedad de volver a sus brazos te atormentó día y noche, pero poco a poco, el estrés ha ido desapareciendo. El deseo de vengarte también y ahora estás más enfocada en tu bienestar.
El duelo no ha sido fácil, lo aceptas, pero cada vez te sientes mejor contigo misma. Es tu autoestima la que se ha convertido en tu prioridad y te quieres ver bien por encima de todo. Tu reflejo frente al espejo ha ido cambiando, ahora te sientes suficiente, valiosa y hermosa. Estás recuperando a la mujer segura que se había opacado entre tantas lágrimas, quieres verte divina por dentro y por fuera. Eso es de valientes, de las que no huyen cuando su corazón se rompe.
Te costó muchísimo llegar a la fase del duelo en la que entiendes que el pasado allá se debe quedar y te liberaste de culpa. Las cosas sucedieron tal y como debían pasar, no pudiste haber hecho ni más ni menos, hiciste justo lo que tu nivel de conciencia te permitió y eso está bien. Las preguntas que te angustiaban dejaron de molestar y ahora respiras el doble de paz que antes. Estás más enfocada en vivir el presente y en las metas que tienes planeadas a futuro. Tienes muchos proyectos por cumplir, no te piensas detener por un corazón roto, prefieres ir sanando conforme avanzas. Quieres ser la mujer que no conoce negativas, la que quiere viajar, reír, gozar, cantar y bailar.
Ya no te vas a esconder
Por un tiempo te sentiste tan mal que decidiste alejarte de todos, te hundiste en tus miedos, la soledad y el dolor. Sin embargo, poco a poco, tu ánimo ha ido volviendo. Desde luego, eso no significa que no tengas momentos malos, esto no se trata de un proceso lineal, los bajones repentinos todavía llegan, pero no te quedas por mucho tiempo ahí. Deberías estar muy orgullosa de ti, estás manejando muy bien situaciones en las que antes te desmoronabas y eso es sinónimo de que tu madurez emocional está más presente que nunca. Ahora, acudes a tu red de apoyo: amigos y familiares, que no te sueltan y que te quieren ver bien.
Tu expareja ya no es tu prioridad, has estado tan ocupada trabajando en tu mejor versión, que ni siquiera te diste cuenta de que ya no te interesa lo que haga. Tus propósitos cambiaron y claramente él no está en la lista. Te sientes tan bien, que ya no implica un problema emocional verlo de nuevo. Antes te daba vueltas la cabeza, porque la angustia y el dolor te nublaban, pero eso ya quedó atrás.
Qué bonita es la indiferencia
Sin duda, uno de los alivios más sagrados después de terminar una relación, es recuperarte. Ya te diste cuenta de que eres una mujer inteligente, bella, con tantas cualidades que encantas a cualquiera. Tu amor propio te está tomando tan fuerte de la mano que en este tiempo has descubierto cosas de ti que no conocías, nuevos intereses han surgido y eso te hace sentir muy orgullosa.
Tu corazón todavía no está listo del todo, hay grietas que siguen abiertas, pero ya diste grandes pasos. No estás cerrada al amor, sabes que puedes volver a entregarte de verdad, pero no llevas prisa. Ahora, entiendes que primero tienes que estar bien contigo misma para poder amar de verdad.
Hoy es buen día para verte frente al espejo y decirte lo orgullosa que estás de ti. ¡Felicidades!
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