No hay duda, la infancia marca gran parte de tu camino, si dos hermanas crecen en un hogar en el que no se les inculcó el amor, difícilmente podrán expresarlo entre ellas. La manera en que recibieron cariño y atención, influye demasiado en sus relaciones. Es por ello que cuando se presentan las primeras señales de envidia, los padres tienen que poner límites y modificar la dinámica familiar para no crear rencores. Por ejemplo, ¿Cómo una mujer puede gestionar los celos que siente cuando su pareja está cerca de su hermana?
Mientras una niña se desarrolla, percibe a su hermana como una competencia. Hasta cierto punto esto se puede considerar como normal, lo malo es cuando esas rencillas se intensifican y con el paso de los años crean una enorme barrera entre ambas. Por lo regular, la hermana que tiene sentimientos más nobles y que no canaliza bien los cambios, se sentirá inferior a la que puede hacerlo.
Los celos normales
De acuerdo, a estudios en edades tempranas, los celos son tolerables, porque los niños apenas están aprendiendo lo que significa compartir, sus padres no les pertenecen y eso los hace entrar en conflicto. Sin embargo, los adultos son quienes deben establecer la igualdad entre ambas, porque hacer distinciones las marca para el resto de su vida. En este caso, si una de las hermanas se sintió poco querida y valorada, en comparación con su hermana, generará un rechazo automático hacia ella. ¿Por qué tú sí y yo no? Una pregunta que puede rondar en su cabeza hasta la adultez.
Esta frialdad entre ambas se percibe a simple vista, incluso si se siguen frecuentando, porque son huellas del pasado que no han sanado y que con el paso del tiempo aumentan la distancia. Un resentimiento evidente del que nadie habla. Crecen con la idea de que la otra es su competencia, una enemistad que surgió porque no les enseñaron a ser empáticas entre las dos. Sin embargo, eso no significa que no se amen, es sólo que no saben qué hacer con las emociones negativas.
El favoritismo es lo peor que los padres pueden emplear con sus hijos. Es algo que irremediablemente daña la salud mental y emocional del niño. Esto provoca que se sientan celosos, solos, confundidos y con una ira que ni siquiera saben explicar y que al mismo tiempo los hace sentirse culpables.
Cómo afrontar la rivalidad entre hermanas
Por lo habitual, la competencia entre hermanas, cuando la pareja de una de las dos está presente, se debe a que nunca trataron su distanciamiento y esto provoca que la tensión se haga presente. ¿Qué aprendieron? Las dos están desesperadas por mostrar que merecen un mejor trato que la otra. Entonces, cualquier persona que se atraviese en su camino se convierte en su foco de atención, ellas lo necesitan, llegando al grado de ignorar el lazo que representa. Es decir, es la pareja de su hermana, pero no respeta los límites o la otra hermana siente que no lo está haciendo.
La hermana, que es pareja de esta persona, se siente angustiada, porque todo el tiempo creció pensando, ¿Seré más bonita?, ¿Más inteligente? El más y más, le sacude los pensamientos. Hace que se sienta inferior en un instante, porque sabe que la relación con su hermana, se trata de ganar o perder, nadie les enseñó que podían amarse y nada más.
Tienes que sanar
Si te sientes incómoda cuando tu hermana está cerca de alguien que amas, es momento de volver a tus raíces, ¿Qué te causó tanto dolor en la infancia respecto a ella? Ahora, eres una mujer madura, si algo te remueve el pasado, es tiempo de que tomes conciencia. Si confías en tu pareja, ¿Por qué te sientes tan insegura con tu hermana? Porque no te pasa con otras mujeres. Se vale reconstruirte y sanar.
Lo que necesitas es volver a ti, recuperar tu autoestima por completo, mientras seas una mujer segura de tus cualidades, nada te hará sentir menos. La mujer de al lado no es tu enemiga, mucho menos si es tu hermana. Sé tú la que pone un alto, la que ya está cansada de esta rivalidad absurda que sólo les amarga la vida. ¡Suéltala!
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