Es una desgracia, pero una realidad que nunca terminamos de conocer a las personas. Sus verdaderos colores podrían no ser los que te muestran, así que siempre tenemos el riesgo de que nos sorprendan de buena o terrible manera. Las personas pueden ser tan inteligentemente falsas que no sabrías si son honestas o si te aprecian en verdad. Las amistades son una fortuna que pueden ser positivas o no.
Es cuestión de suerte, es cuestión de malicia. A veces vas por la vida sin tener idea, y ni siendo la persona más astuta te enteras de si alguien es un engaño o no en tu vida. Pues la forma de averiguarlo es sencilla, en el momento que dejes de ser un beneficio para alguien más, ese día sabrás de qué está hecho, cuáles son sus sentimientos hacia ti, su lealtad y su nivel de empatía.
A tu vida llegarán muchas personas que no serán significativas, pero algunas querrán serlo solo por interés. Por la única razón de que tu presencia en sus vidas les beneficia de alguna forma. Si tienes personas en tu vida que dependen de ti como económica, emocional o laboralmente, toma en cuenta que podrías no estar seguro de la veracidad de esa relación interpersonal. No será hasta el momento que ya no te necesiten en que te darás cuenta cuáles son los verdaderos colores que tiene.
Las relaciones interpersonales se forjan desde la honestidad, pero siempre está el riesgo de cruzarse con personas narcisistas que no sienten empatía por nadie y que solo quieren hacerse su éxito a cuesta de alguien más.
Son muchas las señales que te ayudan a ver si esa persona que está a tu lado de verdad se preocupa por ti o si solo finge; sin embargo, siempre hay riesgos. Una persona que te valora se queda a tu lado en tus peores momentos, sin importar que ya no le aportes lo que siempre le aportas. El interés real lo ves en los momentos de dificultad porque es cuando se revelan sus colores. Quien te ama y le importas se mantiene a tu lado, quien no, simplemente se va.
Pero tristemente no lo sabrás hasta llegar a esas circunstancias. No sabes qué hay de verdad dentro de las personas hasta que llega el momento de coyuntura. Cuando la cosa se pone más apretada y ya no puedes satisfacerle con ese beneficio que recibía, ese es el momento cumbre. La hora de la verdad. Cuando finalmente conoces a las personas que tienes a tu lado.
Allí vas descartando, empiezas a alejar personas de tu vida con las que no puedes contar. Personas que solo están a tu lado para aprovecharse y salen huyendo cuando les necesitas. Es en esos momentos que nuestro círculo de amistades se va reduciendo y es al final cuando te observas y a tu lado hay apenas un par de personas. Solo que ese par son las mejores amistades que jamás tuviste, los que debes valorar, los que debes cuidar.
Conocidos son muchos, amistades también muchas, pero son más las falsas y pasajeras que las reales y eternas.
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