Discúlpame que te lo diga, pero ya es tiempo de que te quites esa venda de los ojos, porque no te va bien ser la ingenua del cuento. Eres una mujer que ama desde las entrañas, no te asusta reclamar lo que te mereces y haces todo lo que puedes para arreglar las cosas, pero toda tu energía se está yendo a la basura. Ese hombre infiel no va a cambiar, al contrario, se ha vuelto un experto en usar su catálogo de mentiras. Te está viendo la cara y después llega y te besa, como si no doliera sentir tanta traición en sus labios. Aparenta ser fuerte, pero hay cosas a las que le tiene miedo y jamás lo admitirá.
Quizás es su ego, ese delirio de sentirse superior o quizás son sus vacíos emocionales. Puede ser una herida no sanada o un fantasma del pasado que viene arrastrando. Sin embargo, tú como mujer no debes permitir que sus cicatrices te hieran. No estás para soportar malos tratos ni agobios constantes. Si no tiene los pantalones de respetar su relación, no lo hará con nada. No te quedes al lado de un infiel, porque él siempre encontrará un nuevo abrigo y tú estarás cada día más rota. Él no se atreve a irse de tu lado, por esto:
Ni una ni otra: Un hombre infiel no tiene idea de lo que es el amor propio. En su cabeza vive un machito al que le hicieron creer desde pequeño que tener más de dos mujeres está bien. Por supuesto, su infancia no es justificación, son muchos los que han tenido que desaprender para quedarse al lado de la mujer que aman. Sin embargo, el infiel se siente asustado, no quiere quedarse sin ninguno de los dos lados de la moneda. Para él es un logro mantener lazos románticos al mismo tiempo. Porque no sabe estar con él mismo, su compañía le resulta tan terrible que tiene que esconderse en alguien más.
Miedo a conectar: A veces, no te das cuenta o prefieres no darte cuenta. Pero un hombre infiel no siempre deja que descubras sus emociones. Es posible que pases años a su lado y que nunca lo conozcas del todo, porque es excelente en manipular la situación y sabe muy bien cómo darle vuelta a la página antes de sentirse frágil. Le da miedo que sus sentimientos vayan más allá, por eso mantiene una distancia con la amante y también con la esposa. Sólo hace lo necesario, pero controla cada detalle para no terminar devastado. Huye del dolor, pero al mismo tiempo no está viviendo, no está amando.
Que le paguen con la misma moneda: Por ahí dicen que el león siempre cree que todos son de su condición. Eso es precisamente lo que sucede con un hombre infiel. No es casualidad que se vuelva un loco controlador, ni que se invente historias para centrar la atención en ti y lavarse las manos de su falta de lealtad. Se sumerge tanto en sus mentiras que se las termina creyendo. Es alguien que no confía ni en su sombra, sabe de lo que es capaz y por lo mismo le da mucho miedo que le sean infiel. Una parte de él no quiere verse sumergido en el drama y huye de eso.
Arrepentirse de algo: Si tenías duda de cómo funciona la mente de un infiel, seguramente este punto te ayudará a abrir un poquito el panorama. Lo que no quiere es sentirse decepcionado el día de mañana, ya con unos años encima, por algo que no hizo. Esa es la lógica que aplica cada vez que termina en nuevos brazos. No quiere perderse de nada y es peligroso, porque las emociones de sus parejas le importan poco. Es su egoísmo el que decide por él y se siente cómodo con ello.
Decir la verdad: Es mucho más fácil vivir de apariencias, al menos eso parece. Aunque el hombre infiel también termina angustiado entre cuatro paredes, porque llega un momento en el que sus mentiras lo ahorcan y no encuentra como ponerle punto final a tanta suciedad. Le aterra mucho confesar que realmente nunca ha sido feliz del todo, que tiene que ir rompiendo corazones para sentirse importante y que ignora el dolor, porque enfrentar sus demonios nunca ha sido una opción. Así que prefiere ser inmaduro el resto de su vida.
En conclusión, eres una mujer tan valiosa que alguien así no merece tu compañía. No se vale que vivas con la incertidumbre y que todo el tiempo quieras huir, pero no puedas. Deja de justificar a un mal amor. Eso no es sano, tu salud mental importa y se está yendo en cada tontería que te hace. Esto no se trata de soportar y soportar, no estás para eso.
Lee bien, si te quedas ahí, no existirá un sólo día que su infidelidad no te pase por la cabeza. Vas a dudar del sabor de sus labios, el perfume extraño en su camisa y de cualquiera de sus excusas para llegar tarde. La confianza se rompió, esa nunca se vuelve a reparar igual. Te lo digo de corazón.
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