Se cayó, quedó ahí, tendida entre sus emociones y la vida, gritándole que no se puede detener. Ella te entregó todo, lloró por ti, se rió contigo, se enamoró hasta olvidarse de su esencia. Lo hizo por ti, te amó como seguramente nadie más lo hará y no es por ego, tampoco quiere que regreses. Simplemente, hay veces en las que se vale volver un poco al pasado, para acariciar lo que duele. Es una manera en la que recuerda lo que vale. Cuando el reloj marque que le toca jugar a ella, te juro que te vas a arrepentir.
Definitivamente, eres el hombre que se acostumbró a ver su cielo. Ese lado dulce, el que siempre abriga y es capaz de sanar a cualquiera a su alrededor. Ella te mostró lo que es el significado de hogar, de sentir un refugio y dejarse llevar por la nada. Sus manos tibias y suaves, te devolvieron el aliento cada vez que sus dedos se entrelazaron en lo grueso de tu cabellera.
Tal vez, creíste que habías ganado, que sería absurdo que un día se levantara y dijera ‘ya no más’. Lo sé, es que es tan intensa, que parece que no puede entregarle el alma a otro. Te lo diré, la subestimaste, ella se enamora hasta que el último de sus huesos se rompe, pero también es capaz de arrancarte a suspiros. De repente, tocó fondo y ahí es cuando se dio cuenta de que no vales la pena. Te cansaste de jugar con sus sentimientos, a pesar de verla llorar y eso no lo vas a terminar de pagar ni aunque el karma se ponga cruel contigo.
Cuando el reloj marque que le toca jugar a ella, vas a sentir que te tiembla el cuerpo entero. En serio, no estoy exagerando, en el momento que decide volver a levantar la mirada, rompe la página en pedazos y no vuelve nunca más. La hiciste trizas, no puedes esperar que se ponga de nuevo con los brazos abiertos. Te juro que te vas a arrepentir, pero no te asustes, ni de broma se va a ensuciar las manos con alguien como tú.
Por lo pronto, puedes respirar profundo, porque ella no te hará daño, ni física, ni emocionalmente, no tiene tiempo para rebajarse al nivel de un amor que no sabe ni lo que significa el dar. Te juro que te vas a arrepentir, porque cuando recoja sus cenizas se volverá su versión más bonita. Ahí es cuando su esencia va a brillar, será mucho mejor que antes.
Te vas a arrepentir, porque la verás más compleja, más loca, más bonita, más inteligente. La vas a ver más ella, pero menos tuya. Te vas a dar cuenta de que no sólo la tuviste en tus manos, sino también en tu corazón y ahí será demasiado tarde. Porque cuando una mujer decide poner el punto final no hay ninguna palabra que la haga regresar. Se te acabó el tiempo, ya no quiere que le ruegues ni que cambies. Haz lo que quieras de ti, pero lejos de ella.
Cuando el reloj marque que le toca jugar a ella, vas a suplicar volver atrás. En ese instante tu memoria te va a traicionar y vas a buscar hacer lo que sea con tal de entrar de nuevo en su vida, pero ya no podrás. Ella se marchó mucho antes, te diste cuenta, pero no hiciste nada para detenerla, porque tu ego pensó que volvería como la primera vez.
A veces, me sorprende tu ingenuidad, no vales la pena y ya se dio cuenta. No quiere a alguien que le prometa una historia bonita si no hace nada para escribir la primera página. Para esos amores ausentes, reprimidos y secos, mejor se queda sola. Le toca a ella, llegó su turno, de bailar, de gritar, de cantar, de vivir, de gozar hasta que quede rendida en la cama para al siguiente día volver a empezar.
Te juro que te vas a arrepentir, porque la vas a echar de menos cuando otros labios busquen tu aliento. Ahí te vas a dar cuenta de que tuviste la magia tan cerca y por cobardía se te fue.
Ya para qué te arrepientes, ya es muy tarde…
Texto orinal: albertespinola.com © Todos los derechos reservados.