El sufrimiento de un hombre por una mujer es devastador, aunque no lo creas. La mujer después de una ruptura sufre muchísimo, le duele demasiado, pero en poco tiempo ella se recompone. En cambio, los hombres después de la ruptura podrían no demostrar tanta tristeza o decepción por ello, pero eventualmente caen en cuenta de lo sucedido y el sufrimiento permanece en ellos por muchísimo más tiempo en comparación con ellas.
Cuando un hombre sufre por el amor de una mujer, se encierra en una habitación sin salida, le cuesta mirar hacia adelante y no cree tener motivo para seguir. Si además después de muchos intentos de reconquista no lo consigue, el sufrimiento es mayor. Su autoestima baja y se siente insignificante. También desarrolla una profunda frustración por no creerse lo suficiente para conquistarla de nuevo.
Se avergüenza de haberla herido, de haber actuado mal, él sufre de verdad una vez que aprende la lección, una que entiende que cometió un grave error que le costó perderla. Muchas veces los hombres cierran los ojos frente a su realidad y omiten las cosas que deben hacer, en algunos casos les importa muy poco lo que suceda, pero en otros, cuando el hombre de verdad ha desarrollado sentimientos por esa mujer, sufre mucho después de perderla. Se culpa y con razón, pero la culpabilidad puede llegar a extremos.
Cuando un hombre sufre por una mujer, se le nota. Lo lleva pintado en la cara, su mirada se mantiene perdida pensando en qué habría sucedido si tan solo no hubiera errado, si hubiese hecho las cosas diferentes. Divaga entre pensamientos por estrategias para remediar lo sucedido. No pone atención a sus tareas habituales y se le dificulta concentrarse.
Tal vez le cuesta aceptarlo y decirlo a otros, no admite que esa mirada perdida sea a causa de una mujer, pero la verdad, no hace falta que lo diga. Al igual que una persona llena de preocupaciones que se pierde entre sus pensamientos, él experimenta ese letargo que lo deja fuera de sí mismo, y adicional demuestra profunda tristeza.
Puede tratar de ocultarlo con chistes sin gracia, sonrisas falsas y frases astutas, pero no podrá camuflar ese sufrimiento. Un hombre que sufre por una mujer pierde las energías que lo mantenían activo, y puede tardar mucho tiempo en volver a sentirse como antes. Siente la necesidad repentina de estar con esa mujer que vive en su mente y la frustración de no poder hacerlo lo atormenta más.
Cuando un hombre sufre por una mujer padece un arrebatamiento en vida. No sabe cómo actuar, no sabe cómo explicar las cosas, se confunde con facilidad y pierde la motivación.
Los errores de la vida un hombre también los padece, y para él la sensación es más dolorosa porque en su calidad de hombre se le dificulta expresar lo que siente. Así que lo mantiene oculto por mucho tiempo y lo va oxidando, lo va desgastando mientras no lo deje salir.
Un hombre puede sufrir mucho más que una mujer en una ruptura amorosa. Padece por más tiempo ese duelo y afecta más su día a día.
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