Cuando una mujer despierta pasión en un hombre cambia la visión que tenía sobre las relaciones en él. Cambia toda perspectiva y toda teoría que él tenía sobre el amor. Muchos hombres van por la vida a la deriva, sin acercarse mucho, sin mantenerse lejos. No están seguros de lo que quieren y no se sienten agobiados por conocer qué es lo que quieren, solo van de un lado a otro, formándose, creciendo. Pero cuando una mujer despierta pasión en ellos todo su mundo cambia.
Es algo que los atropella de frente como un automóvil sin frenos, quedan inconscientes sin entender qué pasó ni cómo. Ven sus vidas pasar frente a sus ojos sin saber por qué, y la razón es que están muriendo, no es que se les acabe la vida, es que dejan de ser quien eran para convertirse en hombres nuevos, con una nueva forma de ver las relaciones, a las mujeres y a la vida.
La pasión de una mujer es capaz de desatar toda una tormenta en la mente de un hombre. Creen tener todo controlado en su interior, creen que los sentimientos jamás podrían manipular sus emociones y sus acciones, y es que nada de eso pasa hasta que se enamoran, hasta que entienden el poder que tiene una sonrisa viniendo de ella, una frase amistosa, un abrazo o un beso apasionado.
Claro está que eso no sucede con cualquier mujer, cada persona en este mundo se ve afectado por otros en diferentes niveles, pues hay seres humanos que nos afectan muchísimo más que otros. Nos mueven el piso, nos descontrolan, hasta pueden modificar nuestra temperatura corporal. Y es que cuando un hombre se consigue con una mujer que desequilibra su mundo, todo cambia en él. Es esa mujer que solo con su mirada le transmite confianza, seguridad y una sensación de placer inexplicable.
Es esa mujer que con su tono de voz emite una melodía que lo hace soñar, que lo hace imaginarse una vida juntos. Siente la posibilidad de una vida al lado de ella como algo muy real y algo que desea. Esa mujer que abre su mente porque es astuta, porque tiene una respuesta a cada pregunta y es muy segura de sí misma, es la que lo hace volar. La observa con admiración, como si se tratara de un tesoro medieval nunca antes visto. La observa con parsimonia temiendo perderla de vista.
Es cuando empieza a tener miedo por primera vez, al desamor, a la indiferencia, al olvido. Cuando antes lo veía todo trivial, soso y sin vida, ahora que una mujer ha despertado pasión en él, nada es calma, nada es tranquilidad, tiene una avalancha de emociones que no comprende, pero lo hacen sonreír. Tiene sentimientos que nunca había experimentado, su mente se abre camino a la conexión humana más profunda, al deseo y el amor juntos.
Es esa mujer que con solo rozar su piel ya se siente complacido, que con solo abrazarla un buen rato ya se siente en casa aunque estén en medio de la calle. Eso pasa cuando una mujer despierta pasión en un hombre, el amor lo transforma porque el amor construye y nos cambia.
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