Las personas no mienten porque crean que la verdad va a herir tus sentimientos, mienten porque la verdad podría provocar que tomes decisiones que no le sirven para sus intereses. Triste, pero cierto.
No hay razón válida para una mentira o para ocultar una verdad que cambie tu vida, ¿por qué prolongar tu agonía? Lo mejor es acabar con una fantasía para no seguir creyendo que es real y seguir adelante.
No hay excusas para las mentiras y menos si la razón es que fue para no herir tus sentimientos. ¿Y qué te causa entonces saber que te mintieron? ¿Qué no es lo mismo? De cualquier forma sales herida por la mentira y por su absurda excusa. Aboga siempre por saber la verdad, si vas a estar con alguien a largo plazo en tu vida hazle saber que tu prioridad es la honestidad. Siempre.
Es a través de la honestidad que una pareja sobrevive, que las amistades se fortalecen y que nacen las relaciones interpersonales. Toda confianza se construye bajo cimientos de honestidad y sinceridad. Ya basta de justificar nuestras mentiras, basta de detenernos al decir la verdad porque creamos que vamos a hacer daño, es peor si no la decimos, es más dañina, fomenta una oscuridad que con el tiempo se va haciendo más grande.
Además, las mentiras de los más atrevidos tienen objetivos. No quieren que tú sepas algo para que no tomes medidas que les hagan perder a ellos algún beneficio.
Tú mereces que te digan la verdad en tu cara, eso no es un insulto ni es una falta de respeto. La verdad no es más que una realidad, pero no una verdad inventada, porque eso es una mentira y caemos de nuevo en el círculo vicioso. Mentir no genera ningún bien, tal vez parezca lo más correcto en cierto momento, pero debes mirar más allá, lo que no ocasiona en ese instante, pero que puede desatar una tormenta más tarde.
¿Por qué los seres humanos engañamos? ¿Es por miedo? ¿Temes perder a una persona que te ama, pero quieres estar con alguien más? ¿Ese es tu miedo? Eso es egoísmo puro, inmadurez, falta de confianza e inseguridad. Mientes porque no tienes la seguridad de lo que quieres en tu vida y tratas de mantenerte ligado a las personas “por si acaso”. Mientes porque necesitas una salida para hacer lo que quieres y alimentar tus intereses. No te atrevas a decir que mientes para no herir los sentimientos de alguien más.
Y tú, mujer maravillosa, mira lo que tienes delante, observa todas tus posibilidades, no te aferres a personas que no les importas. No te apegues a quien ni siquiera se preocupa por ti. No creas esa excusa de que te miente o engaña para no herirte. Lo hacen porque no les importas, porque tienen algún interés. Evalúate, entiende lo mucho que mereces y las mentiras no son parte de ello.
De tus sentimientos y emociones te encargas tú de controlarlos, pero exige la verdad siempre, y no te creas esas excusas. Una relación sin honestidad se desintegra poco a poco y llega un momento en que el final se vuelve una explosión de dolor. Mereces más que eso.
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