Ignoras mis mensajes de texto y mis llamadas, pero dices que me amas. Te molestan tantas cosas de mí que a veces hasta prefieres alejarte, pero sigues diciendo que me amas. Confundes mi mente para hacerme dudar, para hacerme sentir temor, pero insistes en que me amas. ¡Ya basta! Deja de decirme que me amas, no es verdad.
¿Qué ganas con insistir en esa mentira? ¿Necesitas tener un plan de respaldo? ¿Una tonta a la que volver cuando nadie más esté disponible para ti? Ya basta de hacerme daño, ya basta de mentirme y hacerme sentir esperanzas vacías, ya basta de hacer promesas falsas que nunca ven la luz del día. ¿Es tan difícil para ti aceptar que no me amas y dejar de dañarme por ello? Supongo que eres el tipo de hombre que no le importa en lo más mínimo cómo se sientan los demás.
Jamás valoraste de verdad todo mi esfuerzo hacia ti, mi paciencia y mis ansias de que me amaras de verdad y que no lo dijeras solo por decirlo. Me has hecho tanto daño y sigues diciéndome que me amas, no me amas, no sientes respeto por mí, no te importan mis necesidades, nada de mí vale para ti lo suficiente como para esforzarte y dedicarte a la relación.
Nada de lo que me dices para hacerme sonreír es verdad, he sido una ilusa al creer esas cosas, pero ya no más. Ya no creo nada, ya me di cuenta que no eres el hombre maravilloso que me hacía creer a mí misma que eras. No voy a dejar que absorbas más de mi tiempo ni de mis energías. Lo ocurrido me está enseñando a comprender de lo que son capaces las personas, que debo resguardar mi corazón. Estoy aprendiendo a la mala que no debo dar todo de mí sin estar segura antes de la persona que tengo a mi lado.
No me amas y nunca me amaste. Tus palabras siempre fueron solo eso, palabras. Pero yo me las creí por mucho tiempo. Me redujiste, me hiciste sentir pequeña y vi cómo me pisoteabas, y aun así decías que me amabas. Algunas veces eras agresivo, tenía miedo, pero tú estabas muy seguro de que me amabas. No te gustaba que pensara en mis sueños, era poca cosa para ti, querías que siempre estuviera pendiente solo de ti y de lo que tú querías, y ese era el amor que me tenías.
¿Qué valor me diste? ¿Qué no soy una persona igual que tú? Al parecer no, para ti tenerme a tu lado solo fue algo sin importancia para tu vida. Así que deja de decirme que me amas, ya no me creo ese cuento, tú mismo me hiciste ver lo equivocada que estaba. La infelicidad que me produces finalmente me dejó en claro que ese amor que tanto dices tenerme son solo palabras.
¡Ya basta! Ya deja de decirme que me amas, no es verdad. ¿Qué ganas con ello? Deja de pensar en ti mismo, deja de ser tan egoísta y empieza a enmendar tu alma.
Texto original: albertespinola.com © Todos los derechos reservados.