Cuando una persona significa tanto para ti, separarte es como permitir que te quiten una extremidad, una parte de ti que necesitas y con la que sientes que no puedes vivir. Así que duele, pero muchas veces, dejar ir a esa persona es lo mejor que puedes hacer para preservar tu bienestar emocional y tu felicidad. No se trata de dejar a alguien solo porque sí, sino porque te afecta, porque te confunde, porque te hace mal.
Sé que es difícil alejarte de alguien en quien te has esforzado tanto, y no lo logras de un día para otro, es vital que te des cuenta de cómo te está afectando y tomar la decisión. Y es doloroso, te lleva tiempo superarlo. Dejar ir a alguien que amas es crítico cuando esa persona ya no te ama más de vuelta, cuando te ha decepcionado y lastimado ya muchas veces.
Es alguien que traiciona tu confianza una y otra vez, que te habla de un futuro, pero sigue desilusionándote. Ya te ha roto mucho el corazón, así que necesitas dejarle ir, aunque duela, por tu bien a largo plazo. De no hacerlo el sufrimiento que sientes estando a su lado y al que te sometes por miedo a dejarle, te atormentará toda la vida.
Cuando ya le has entregado tu corazón a alguien que amas, pero que no ha sabido valorar, es hora de decirle adiós. Es hora de pensar en ti, darte cuenta que no tienes nada de lo que quieres a su lado y sabes que lo mereces. No hay razón para aferrarse a alguien que solo te daña poco a poco, que te hace sentir que no vales un amor de verdad.
Sé que es difícil alejarte porque tienes un corazón demasiado bueno y no pierdes la esperanza en las personas, sigues dándole oportunidades, sigues creyendo y armándote de valor para seguir adelante a su lado. Pero te estás desgastando, no puedes ignorar así nada más las heridas, las relaciones no se tratan de una persona que ama y la que otra sea perseguida siempre. ¡No! En una relación el amor debe ser recíproco, si solo te esfuerzas tú, la otra persona no te ama, no le interesas y debes dejarlo ir.
Tienes que aprender de esa experiencia, tienes que aprender lo mucho que vales antes de estar con alguien más; si tú no te valoras, no sabrás nunca si alguien más lo hace porque tú misma tienes que ver lo que eres, lo que quieres y lo que mereces. Y esa experiencia negativa te enseña; un corazón roto te hace valorar más un buen trato y alejar más rápido a una persona que no te quiera. Esas experiencias te llevan al lugar en el que debes estar.
Un día verás que todo ese dolor tuvo un propósito, el de transformarte, convertirte en alguien más fuerte, con mucha más seguridad. Dejar ir no es cosa fácil, es un proceso en el que sufres, pero también te restauras, con el tiempo reconoces qué quieres para tu vida y te convences de no aceptar nunca más menos que eso.
Sabes que debes alejarte, pero el miedo te toma de la mano con más fuerza. Debes vencerlo, debes soltarlo, sabes lo que duele y que mereces algo mejor. Será difícil, pero necesario.
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