Las amistades vienen en diferentes niveles de intensidad y confianza. Toda amistad es diferente porque cada persona es un mundo y los vínculos que se forman entre dos personas son únicos. Sin embargo, hay ciertos puntos básicos y comunes que hacen que una amistad sea genuina, real y muy positiva para ambos.
Una amistad positiva siempre sucede si es con personas positivas, agradables y desinteresadas. Es increíble cómo tu calidad de vida mejora de forma dramática cuando te rodeas de personas buenas, inteligentes, de buen corazón, positivas y amorosas. Así que esas personas negativas, tóxicas y agotadoras mejor aléjalas de tu vida.
Aunque se traten de personas completamente opuestas, las amistades verdaderas prosperan y se vuelven eternas siempre que sientas que suceden estas 7 cosas:
Se queda a tu lado
Un verdadero amigo se mantiene a tu lado sin importar qué. Ya te conoce a la perfección y tiene en la mente que su amistad traspasa muchas cosas. Si te metiste en problemas por hacer algo indebido, puede que te sermonee o te aconseje, pero de ninguna manera se aleja de ti. Se queda a tu lado apoyándote.
Te acepta tal como eres
Las amistades reales son esas en las que se aceptan tal como son, en las que se sienten libres de dejar salir su más genuina personalidad sin temor al reproche. Si una amistad te acepta tal como eres y no tiene intenciones de cambiar algo de ti, esa es una amistad que debes valorar siempre. Solo recuerda, que también espera que tú le aceptes tal como es.
Celebra todo lo bueno que te sucede
Un buen amigo siempre celebra las cosas positivas que te ocurren, no siente celos, ni siente que tomes protagonismo. Por el contrario, continúa dándote protagonismo porque sabe que lo mereces y quiere celebrar tus triunfos y logros. Si conseguiste un ascenso se emociona, si tu pareja ha decidido ir al siguiente nivel de su relación, se alegra muchísimo por ti.
Te inyectan energía positiva
Hay personas que son desgastantes, que sientes que te roban la energía y que ya quieres que se vayan porque necesitas descansar de ellos. Pues eso no pasa con las verdaderas amistades, éstas más bien te llenan de energía, te hacen sentir bien y te motivan. Su presencia te alegra y te incentiva a hacer cosas emocionantes y a trabajar duro por lo que quieres.
Te busca constantemente
Un buen amigo no solo espera a que tú lo busques, él también se acerca, se comunica, te invita a verse en algún lugar, ver una película, preparar una receta especial. Busca cualquier motivo para verse y conversar o pasar el rato porque sabe que cuando están juntos el mundo es un lugar mejor, sonríe más y es feliz.
No habla de ti a tus espaldas
Una buena amistad jamás es hipócrita, más bien es increíblemente honesta. No te esconde nada y si algo le molesta te lo dice sin dudar porque no busca estar de malas contigo, una amistad no cae en eso, solo busca que siempre sea genuina y sincera.
No es posesivo
Un buen amigo no se pone mal porque tú tengas una nueva amistad o una nueva pareja. Un amigo real se alegra de que te expandas; aunque bueno, si le olvidas quizá si se sienta mal por ello, pero no se va apegar a ti para reprocharte tus acciones o las personas con las que estás. Una verdadera amistad sabe que es saludable que tengas otros vínculos emocionales y lo respeta.
¿Y tú ya cuentas con verdaderas amistades en tu vida?
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