Uno de los temas con más confusión en el mundo de las relaciones, a veces, es el de la economía en pareja. A decir verdad, cuando se inicia una relación uno se tiende a fijar en afinidades, pasiones, gustos y todo aquello que hace que esa persona te atraiga y desees amarla. Pero nunca, o casi nunca, se tiene en cuenta el tema económico. Suena frívolo, lo sé, pero es un tema que hay que abordar y vivir. Y una relación de pareja es un proyecto de vida en el cual, ¿cómo no?, el tema económico está de lleno dentro de la relación.
Hay muchos estudios que confirman que muchas parejas rompen porque no terminan de llegar a una acuerdo o tienen ideas muy diferentes con los aspectos de la economía. Los hay que prefieren hacer las cosas conjuntas o los que no. Para gustos los colores.
Todo es muy personal y muy íntimo al fin de cuentas; y cada pareja es un mundo. Pero voy a abordar dos opciones que pueden ser claras y que cada uno elija la que le parezca más acertada. No hay nada absoluto, claro que no, pero como tema delicado que es, pues también hay que trabajarlo y asumirlo de una forma madura y coherente. Legal.
Dos ejemplo claros de cómo llevar la economía de pareja
La economía en pareja no deja de ser como una empresa en la cuál existen socios que aportan y ganan de la misma forma. Normalmente todo tiene que ser equitativo y que no haya personas dentro de la misma que ganen más o gasten más que otros, sin razones justificables y de peso.
En el tema de pareja yo veo que hay dos opciones muy claras. Son dos opciones que te enseñarán y te ayudarán a llevar los temas económicos desde un punto de vista constructivo y legal para ambos.
Ejemplos:
1- Es que cada miembro, independientemente del sueldo, aporte el 50% de sus ganancias a un fondo común, para pagar gastos, y todo lo que conlleva mantener una casa, hogar o relación. Aportando, también el restante a un fondo común.
2- Es que cada miembro de la pareja aporte el 50% de los gastos de la relación o familia. Independientemente del sueldo. Quedándose con el restante.
Puede sonar igual, o parecido, pero no es lo mismo.
Pongamos ejemplos:
Caso 1: Si Maria cobra 2000 Euros, y Juan 1600 Euros, ambos aportarán el 50% de su sueldo (ganancias) para los gastos comunes. En el caso de Maria 1000, y en el caso de Juan 800. Quedando los ingresos restantes para un fondo común. Si los gastos de la casa son de 1000 Euros, quedaría en un bote conjunto el restante. En este caso sería un bote mensual de 800 euros que quedan en común para viajes, compras extraordinarias o cualquier cosa que en pareja se quiera hacer. También y no menos importante, que dicho fondo común siempre se debe informar si se acude a él para dar detalles para que se usa el dinero. Siempre con transparencia y claridad. Es una buena estrategia de empresa familiar, para que el capital general de la misma vaya en aumento a largo plazo.
Caso 2: Si Maria cobra 2000 Euros, y Juan 1600 Euros, y los gastos de la casa son de 1000 Euros, ambos aportarán el 50% de los gastos mensuales del hogar. Si los gastos, como decía, son de 1000 euros, a Maria le quedarán 1500 y a Juan 1100 para cada uno y sus cosas. Sin bote común, cada uno tendrá su independencia económica y cada uno hará lo que desee con su dinero restante.
Habrá muchas opiniones al respeto y seguro otras opciones, pero estás dos son dos opciones básicas con bastante sentido común y dependerá de cada pareja o situación. No olvidemos que a veces se desestructuran estos patrones por perdidas de trabajo etc. Y es ahí cuando el amor de pareja debe comprender y apoyar al otro con dicha situación. Cada casa es un mundo, pero hay un código moral que tal vez no deba romperse nunca: que es el de la comprensión y la ayuda. Y en casos así, si tu pareja queda sin trabajo, y ves que se esfuerza para lograr un nuevo trabajo, lo más normal es que todo tu sueldo sea para todo y para todos. Pero cada uno que decida con su vida y sus relaciones lo que quiera hacer
¿Cuál es la mejor opción para llevar la economía familiar o de pareja?
Pues a mi pensar ambas opciones pueden ser acertadas, todo dependerá del grado de individualismo que cada uno quiera tener en la relación. Si es verdad que en el caso nº1 todo queda más compartido, y puede potenciar el capital general a largo plazo de una forma muy exitosa. Pero no fomenta tanto el espacio personal. Y en el caso dos de alguna forma sí lo fomenta y da lugar a que una persona pueda decidir mejor qué hacer con su propio dinero. Incluso dando lugar a poder hacer una regalo precioso a tu pareja sin que sepa el costo o sin que tenga que dar explicaciones de porqué agarró el dinero.
Es muy subjetivo y relativo. Pero lo que está claro es que si estás en una relación de pareja en la que no hay equilibrio económico, si no hay una reglas, por así decirlo, los problemas, tarde o temprano, aflorarán y serán difíciles de solucionar.
Siempre lo mejor en una relación es sentarse maduramente frente a frente y exponer todo con el fin de lograr llegar a los acuerdos más acertados para cada uno y para la relación.
Desde mi parecer creo que lo ideal sería hacer una combinación del caso nº1, con el caso nº2. Es decir, usar la política del nº1, pero del bote común que haya parte del caso dos para que cada uno tenga su independencia y al mismo tiempo no se pierda el capita general de empresa familiar.
¿Tú con cuál de los dos casos te quedarías?
Autor: Albert Espinola © Todos los derechos reservados.