Las horas no perdonan, avanzan y avanzan, aunque hayas llorado hasta que entró el sol por tu ventana. Estás ahí, preguntándote en qué momento terminaste enredada con ese corazón. Te sientes frágil, algo se partió en el interior de tu alma y lo único que puedes hacer es mirar a la nada. ¿Cómo le haces para continuar? De pronto, tus motivaciones dejaron de importar, quieres quedarte en cama y no salir de ahí por semanas. Estás tan lastimada que no tienes fuerza para continuar. Estoy hablando de esa mañana, la que tienes que enfrentar después de un punto final. Es el momento más duro de una mujer que es dejada por el hombre que ama con locura.
Dicen, que de amor no pierdes la vida, pero la verdad es que pierdes mucho más. ¿De qué sirve sentir los latidos del corazón si no estás? Ni siquiera puedes controlar las lágrimas que te corren por el rostro. Es muy duro, verte así, una versión tuya que te asusta, porque no estás segura de lograr vencer esta etapa de tu vida. Te encuentras con tu reflejo y ves a una mujer tan agotada, seca, con su esencia por los suelos. Ya no sabes en dónde quedó tu autoestima y, de amor propio, por el momento mejor no hay que hablar.
La gente no entiende tu dolor
Hasta parece mentira que crean que por decirte que todo estará bien, lo estará. No es cierto, estás asustada, cansada, enojada. Te duele cada espacio de tu cuerpo y del alma, pero sigues aquí y esa presión te duele el doble. ¿Cómo les dices que estás tan deprimida que lo único que quieres es desaparecer? Dicen que pronto saldrá el sol de nuevo, que la tormenta no dura para siempre, que eres muy guapa, que afuera hay un montón de hombres dispuestos a ponerse a tus pies. Lamentablemente, es un hombre al que quieres, con el que soñabas una vida entera, el que es dueño de tus pensamientos y de tu corazón. El hombre que te dejó.
Entonces, cuando quieres levantar la mirada de nuevo, los recuerdos te vuelven a tumbar, te duele muchísimo cada momento vivido. Tu mente es cruel, recrea las tantas veces en las que te dijo que te amaba y ahí es cuando te cuestionas cómo es posible que se haya acabado el amor de un momento a otro. Miras el techo, miras la ventana e imploras que se trate de una pesadilla. Quieres que se arrepienta, que te envíe un mensaje o que te llame diciendo que se equivocó. Así que, te obsesionas viendo tu teléfono una y otra vez, hablándole con tu mente. Sin embargo, te decepcionas cuando ves que no es así, él ya no quiere volver.
¿Cómo se atreven a decirte que le veas el lado bonito a la vida? No tienes ánimos para escuchar las lecciones que el destino tiene para ti. Estás intentando comenzar el día, pero la depresión te está hundiendo, no estás lista para encontrarte con las miradas, los comentarios, esa gente que no tiene ni idea de lo que es vivir el duelo de que te dejen. ¿Qué seas fuerte? Por favor, apenas y puedes sostenerte sentada a la orilla de la cama, que no digan falsedades.
No estás preparada para soltar
Tu alma está confundida, no está lista para dejar ir al hombre que ama, aunque sabe que se terminó, no es ingenua, pero sí tiene la esperanza de que su amor sea tan grande como para recuperar lo que tenían. Nadie dijo que entrar a la etapa de la aceptación es fácil, te mereces vivir tu dolor como puedas. Ninguna persona tiene derecho a juzgarte, sólo tú sabes lo que sientes y si necesitas más tiempo en cama, hazlo.
A veces, tu cuerpo se siente mejor después de llorar en posición fetal. Definitivamente, sabes que hay gente que no te va a dejar sola, pero necesitas valerte por ti misma. Está claro que no te vas a quedar toda la vida metida en tu habitación, pero si esa mañana todavía no te sientes lista para salir y seguir avanzando, quédate un día más y empieza a dar pasos pequeños. Sé que no tienes ganas de cuidar tu aspecto personal, pero si te cepillas los dientes o lavas tu rostro, ya es un paso.
Quizás mañana puedas tomar una ducha y ponerte tu blusa favorita. No te presiones, no hay un tiempo indicado para soltar a un amor y hasta el más mínimo detalle debes aplaudirlo. Porque levantarte con el corazón roto es de valientes, de las mujeres a las que hacen pedazos y tienen el valor de recogerlos y volver a reconstruirse.
Tus cambios son reales
Estás rota, lo siento mucho por eso, pero no permitas que nadie decida por ti. Si crees que esta ruptura está sobrepasando tus emociones, pide ayuda. Tu vida cambió en un pestañeo, no es fácil decirle adiós a ningún capítulo de tu historia, incluso cuando es malo, así que sé paciente contigo y da un paso a la vez.
Tus cambios también son físicos, el agotamiento es real, el dolor de cabeza, el estrés. Tu cuerpo está produciendo una menor cantidad de melatonina y eso te provoca insomnio. Mientras que tu apetito desaparece porque tu sistema nervioso está intentando defenderse, se siente amenazado ante un dolor emocional repentino. Es tu cerebro luchando para adaptarse al cambio, pero requiere tiempo. Tiene que comprender por qué piensas eso, por qué te sientes así y por qué te comportas así.
Sí, duele y mucho, pero vas a salir de esta, sólo no lo olvides, un paso a la vez.
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