La sonrisa de una mujer no siempre es genuina, a veces oculta mucha tristeza. Lo que sucede es que ella no quiere molestar a nadie con su dolencia y a cambio tiene una sonrisa para mostrar y seguir de largo sin afectar a nadie más. Ella entiende que cada persona lucha sus propias batallas cada día, ella comprende que no todos están dispuestos a escuchar a alguien más cuando tienen tanto por qué preocuparse. Así se la pasa mientras lo que la hace estar mal se la come por dentro. Ella tiene miedo.
No sabe cómo actuar frente a sus circunstancias y nadie la ayuda, por lo que se siente sola y sin apoyo en algo tan difícil. Ella duda de sí misma muchas veces y tiene miedo de lo que pueda suceder con cada decisión tomada, ella sabe que las cosas pueden ir mal porque ya le ha pasado. Finge ante el mundo que todo está bien porque no quiere compartir sus miedos ni quiere ser vista como una mujer débil. Ella lucha cada día contra sí misma.
Su sonrisa parece genuina, pero no lo es. Sus ojos gritan todo lo contrario a lo que dice su sonrisa, se está ahogando y es porque tiene miedo. No quiere molestar a nadie, no quiere alejar a nadie con lo que siente, pero muy en el fondo, ella necesita sacarlo para poderse sentir libre. A veces necesitamos liberar la presión que llevamos dentro para poder analizar mejor las cosas y ella lo necesita.
Necesita que alguien la escuche sin juzgarla, que alguien le aconseje pensando en lo que verdaderamente siente. Es difícil porque todos tenemos nuestros propios asuntos que nos quitan el sueño, pero cuando una mujer sonríe y muestra tristeza y temor en sus ojos necesita desahogarse aunque no diga que lo necesita. Pero como buenos amigos, familiares amorosos y parejas dedicadas que somos, debemos estar atentos a las expresiones de esa mujer especial y cercana a nosotros.
Hay una ligera línea que separa la tristeza y la preocupación de una depresión o un ataque de ansiedad. Y aunque no se den cuenta de que podrían llegar a eso, nosotros también podríamos evitar que alguien que nos importa tanto llegue a eso. A veces solo hace falta un buen rato de calidad permitiéndole decir todo lo que siente y lo mal que está para empezar a estar bien.
Una mujer que sufre no quiere ser una carga para nadie, se traga su orgullo y sus problemas para no afectar a nadie más con eso. Tampoco desea que las personas sientan lastima por ella, así que lanza sus sonrisas amables para pretender que todo está bien, pero por dentro es un océano de miedo. Teme por su futuro, por su presente, por las personas que le importan y por sus sueños. Algo la está afectando y podemos escucharla y tratar de ayudarla.
No ignores a esa mujer a tu lado de sonrisa fingida y mirada perdida. Ella está atravesando algo muy duro y quizá no pueda con ello sola. Quizá necesite de una mano amiga que sostenga la de ella y le diga, “aquí me tienes, yo te apoyo y sé que vas a salir de eso”. A veces solo se necesita ese tipo de frases para impulsar y motivar a superar cualquier cosa.
No te confíes de esa sonrisa, tú puedes hacer una diferencia en esa mujer triste y temerosa que trata de fingir que todo está bien.
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