A estas alturas ya no estás esperando la aprobación de nadie. Dicen, que te volviste fría, que nada te llena y que dejaste de ser la misma. Sin embargo, tú sabes que los que hablan son los mismos que un día te manipularon y ya no pueden hacerlo. Fuiste la mujer que escondió sus verdaderos sentimientos con tal de no lastimar a nadie.
La que se conformó con algo que no quería hacer. La que seguía sonriendo aunque no le nacía. Sin darte cuenta te hiciste pequeña, cada día más hasta que tuviste el encuentro más bonito de tu vida. Contigo, te sumergiste en tus miedos, en esos secretos que habías guardado y ahí fue cuando entendiste que no habías hecho nada malo. Eras tú luchando para convertirte en tu mejor versión y eso está bien.
Abrazas la verdad
Lo cierto, es que no necesitaste que la ciencia te lo dijera, tú lo descubriste, ahora sabes que entre más sincera y directa seas, más sola te quedarás. No te asusta, porque prefieres abrazar la honestidad, te costó muchísimo hacerte responsable de tus emociones como para bajar la guardia. Quien lo acepte bueno y quién no que se marche. Me atrevo a decir que son contadas las personas que toleran la verdad, la mayoría se anda por las ramas porque no quiere quedar mal con nadie.
La realidad es que eso a ti ya te da flojera, entendiste que es sumamente desgastante intentar complacer a todo el mundo y ya no piensas poner en riesgo tu salud mental, física y emocional, por gente que ni siquiera se toma la molestia de darte los buenos días o preguntarte si todo está bien.
Más sola te quedarás
¿Qué te vas a quedar sola? ¡Por favor! Eso no es algo que te quite el sueño, ya aprendiste a verle el lado bueno a tu compañía y la verdad es que cada día que pasa te has ido enamorando más y más de ti. La vida no te dejó otra opción, tuviste que aprender a quererte, a ver tu serie favorita sola, comer ese rico helado sola, levantarte de una crisis sola. Es así, por más positiva que quieras ser, es imposible que siempre esté contigo un familiar, amigo o pareja. Así que no te asusta si las personas se van alejando de tu vida, porque se van a marchar esas que no encajan para nada, las que te rompen más de lo que te aportan.
Por supuesto, que sueñas con un amor bonito, amistades leales y familiares que te impulsan. Eres como cualquier otra mujer, con un corazón enorme y un montón de ilusiones por cumplir. Sin embargo, el hecho de que todavía no lleguen a tu vida no significa que te vas a poner a llorar.
Tú no vas a dejar de decir lo que sientes, no vas a esconder verdades por miedo a que alguien se ofenda. Vamos, que tu intención nunca ha sido lastimar a nadie, pero no vas a reprimirte. Fueron noches largas, mucho llanto y la lucha contra tus inseguridades, ya no puedes rendirte. Ahora, encontraste la libertad, la manera de amarte, rompiste miedos. La soledad te ha enseñado mucho más de lo que imaginaste.
No quieres encajar
Lo que más detestas de la gente es que quieran obligarte a encajar, porque no toleran que brilles sin cumplir con sus objetivos. Les asusta tu opinión, porque saben que no vas a maquillar nada, incluso cuando se trata de algo doloroso. No es tu culpa que seas tan genuina, la transparencia de tu alma es una virtud, por favor, nunca permitas que nadie te haga sentir mal por ello.
Ya lo confirmó un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, entre menos le des vueltas a un asunto, más sola te vas a quedar. Esto significa que eres una mujer mucho más racional, a ti no te importa causar sonrisas a la gente, no estás para divertir a nadie. Para bien o para mal, no se te da eso de fingir o decir chistes. Y no tiene nada que ver con tu sentido del humor.
Por supuesto, que te diviertes, pero de una manera más inteligente, con los que sí escuchan a su conciencia y no están acostumbrados a vivir como en los cuentos de hadas. Es así, la vida no es color de rosa, tiene su lado blanco y negro, no vas a ser de las que se esmeran en decir que todo es perfecto, cuando no es cierto.
Quieres algo más
Ya te cansaste de las pláticas superficiales, quieres personas que en verdad te aporten en todos los sentidos, que te inspiren y que no busquen la manera de ponerte el pie durante el camino. Ya te tocó ser la mujer que pensaba que entre más personas hubiera en su lista de amigos, más feliz sería, pero no. Te diste cuenta de que es mil veces mejor tener a una sola persona a la que le puedas contar tu día a día, que rodearte de un montón de caras falsas.
Lo que aprendes cuando estás sola
¡Bendita! Seas mujer, porque tienes las agallas de quererte por encima de todo y no permites que nadie te manipule. Cuando decides algo lo haces y ya, si te hace feliz a ti es suficiente, pocas personas entienden que ese es el verdadero significado de la vida. Todo gracias a estas lecciones:
Eres dueña de ti
Tú sabes que no hay sensación más bonita que respirar libertad, no hay necesidad de rendirle cuentas a nadie. Puedes ir por la vida a tu antojo, salir a divertirte o quedarte en casa. Simplemente, eres y ya.
Te estás reparando
Antes estabas tan preocupada por otros, que te dejaste de lado, pero la soledad te ha ayudado a prestarte atención, trabajar en ti misma, escuchar cada una de tus emociones y encontrar una solución.
Te falta mucho por conocer
Estar sola te ha caído como anillo al dedo, porque tienes la ilusión de conocer muchos sitios y tu energía te está diciendo que no te quedes con las ganas. Ya no conoces límites, sabes que eres capaz de hacer lo que sea y en donde sea.
Lazos verdaderos
Sin duda, estar sola te ha llevado a valorar a la gente que sí vale la pena. Esas amistades que no te sueltan, no te juzgan, las que aplauden cada uno de tus pasos y se alegran al verte tan completa, porque no necesitas a nadie más que a ti.
Sin la negatividad
Es claro, que no vas por la vida con positivismo tóxico, tú sabes que hay días en los que no tienes ganas de nada y la simple convivencia te pesa. Sin embargo, ya aprendiste a levantarte y ya no quieres hundirte en la queja. No vas a ensuciarte con la energía negativa de los demás.
¿Ves? Lo estás haciendo muy bien, estás sanando, avanzando y valorando cada parte de tu esencia. No mires atrás, sigue ignorando a los que no soportan tu brillo y enfócate en tu felicidad. Definitivamente, no es tu responsabilidad cargar con la amargura de nadie, si quieren hacer daño que se lo hagan a ellos mismos. Estarás sola, pero feliz y sin ser el bote de basura emocional del resto.
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