Hoy te quiero, no sé mañana, pero hoy daría todo por ti.
Te daría mi mano para que sintieras los latidos de mi ser en tus dedos.
Siento un amor y una ilusión que ilumina mi alma y hace descansar mi corazón a ratitos.
No puedo llegar a comprender el porqué, pero es lo que siento de adentro hacia fuera, por eso escribo y así me sale directo hacia ti.
Si ahora mismo pudiese ir a tu lado, lo haría sin pensarlo. ¡Bueno, no es cierto!, si lo haría pensando, y meditando el camino más corto, para así antes poder besar tus labios y estar a tu lado.
Del mismo modo, iría dejando los pétalos de las flores de mi jardín en el camino, para dejar mi rastro y darte la posibilidad, de si lo deseas, algún día poder seguir mi camino y venir a mí como hoy yo lo hago contigo. Aunque sea con solo palabras, sé que me sentirás en tu alma.
Veo tu sonrisa y veo mi alegría; veo tu cuerpo y veo pasión; veo tu piel y veo mis dedos; veo tus ojos y veo el mar como un día de marea fresca y soleada.
Te veo y te deseo y cuando te imagino, te quiero de nuevo y te vuelvo a desear.
Seguro que me encartaría aprender a amarte algún día.
¡Ahhh!, y tal vez, también tomar ese trago de vino entre reflexiones y sonrisas!
Albert…
Autoría, Edición y publicación: Albert Espinola