La vida tiene ese lado que te deja un sabor amargo en el corazón. Hay veces en las que no tienes opción, aprendes a tropiezos y empujones. No te enseñan que los amores se marchan y que hay quienes sólo llegan para enseñarte lo que no debes permitirle a nadie. Él se fue sin importarle lo rota que te dejó por dentro, pero sabes qué… tú eres el tipo de mujer con la que un hombre siempre vuelve.
Eso no quiere decir que te hayas acostumbrado a ser el bote de basura emocional de un hombre inmaduro. Puede que él quiera regresar, pero que tú lo aceptes es muy distinto. Ya te fastidiaste, no vas a ser la que hoy quieren y mañana no. Si eres la que no cierra la puerta por completo, le estás diciendo que puede hacer contigo lo que se le antoje. No seas de las que se atreven a justificar que es el destino, porque alguien que te hace sufrir no puede ser el amor de tu vida. Tu salud emocional, mental y física, importa, no se la des a cualquiera por favor.
Tú sabes que fueron noches de desvelo, en las que te preguntaste una y otra vez qué fue lo que hiciste mal. Las horas pasaron y tú te hundiste sin límite alguno, no se vale. Recuérdate ahí, tan vulnerable y agotada. Fuiste la que se levantó a la mañana siguiente y con maquillaje cubriste todo el dolor de tu alma. Te aferraste a una sonrisa, de esas que te sacuden el pecho y te recuerdan que no estás bien, pero no te atreviste a decirlo. ¿Por qué vas a permitir que regrese? Sí, eres el tipo de mujer con la que un hombre siempre vuelve, pero en su imaginación, porque contigo ese cuento se acabó.
Él siempre vuelve porque… no está listo para construir una relación madura, feliz, en la que no te tenga que tratar con la punta del pie. Vuelve porque ya sabe qué mensaje enviar y a qué hora llamar. Vuelve porque se volvió experto en clamar oportunidades que te cuestan rechazar. No es sano que te deje varias veces y siga como si nada, como si no te hubiera dejado una cicatriz. Eso es dependencia afectiva y alguien como tú no merece estar ahí.
Eres el tipo de mujer con la que un hombre siempre vuelve, porque tienes una manía loca de encontrarle todo lo bueno a gente que no vale ni un centavo. No eres débil, es tu corazón el que se termina doblando, ¿sabes por qué? Porque amas con sinceridad y no conoces los filtros a la hora de dejarte llevar. Lo malo es cuando te entregas a alguien infantil, porque por más que lo intentes cambiar eso no va a funcionar.
Tú no estás para ese tipo de migajas, ya lloraste, gritaste, hasta te cortaste el cabello. Eres diferente, no sólo por fuera, también por dentro. Hay algo en ti que no volverá a ver las cosas de la misma manera y deberías agradecer, porque esa mujer del ayer ya no existe y, ese hombre tendrá que enfrentar las consecuencias de haberse marchado como si no le hubieras dado hasta la última gota de tu alma.
Te olvidaste de ti, de tus ambiciones, tus sueños y ese montón de proyectos se fueron acumulando. Cada vez que regresa a tu vida como un huracán inesperado te vuelves a apagar. Basta con que te detengas y te observes, lo opaco en tu mirada es señal de que no te hace feliz.
Creo que es mejor si cambiamos eso de que eres la mujer con la que un hombre siempre vuelve, por un NUNCA. Vuélvelo a leer, seguro sentiste alivio, como si te quitaras un peso de encima, porque no estás aquí para ser amada a medias. Eso del ‘Ni contigo ni sin ti’, es para los cobardes y tú eres mucho más valiente de lo que crees. Deja que ese hombre trague su frustración y su miedo a la soledad. No vas a ser tú la que firme su propio calvario.
Si no se compromete ni repara, ese hombre no va a cambiar. La vida es tan corta que mientras lees este par de líneas, alguien ya dio su último suspiro, no le entregues tu aliento a alguien que ya no tiene remedio. Recuerda no siempre tienes lo que mereces, pero sí lo que permites. Así que, ten mucho cuidado a quién dejas entrar, porque un ‘Hola’, te puede fortalecer o destruir.
Texto original: Albertespinola.com © Todos los derechos reservados.