Tal vez no tuviste la suficiente madurez para darte cuenta que la chica que tenías a tu lado era precisamente esa mujer ideal que más nunca volverá a llegar a tu vida. Tal vez el ego es lo que te mueve y jamás tuviste la idea de comprometerte con esa chica increíble; solo querías mantenerla cerca y seguir indagando otras opciones. Tal vez solo fuiste un tonto, pero no faltará mucho tiempo hasta que esa pérdida te empiece a afectar.
Tú mismo terminarás preguntándote, ¿cómo pude permitirme perder a esa chica única y especial? ¿Cómo fue que hice que la chica que me amaba incondicionalmente se alejara de mí? Pues esa chica solo deseaba ser tuya, quería ser la protagonista de tu historia y que tú fueras el héroe de la suya.
Apenas sí necesitaba una razón para quedarse y tú no fuiste capaz de darle un motivo. Ella necesitaba sentir que te preocupabas por su bienestar y sus emociones, solo necesitaba que la amaras como ella te amaba a ti. Deseaba con todas sus fuerzas ganarse un lugar especial en tu corazón, así como tú ocupabas un lugar de honor en el suyo. Pero tú no le diste nada de eso.
En cambio tú eras todo lo que ella siempre quiso.
Esta chica estaba decidida a ser parte de tu vida, trabajaba duro para demostrarte que con ella podías ser muy feliz. Jamás le importó tu pasado, tus equivocaciones, y mucho menos tus fracasos o defectos; siempre buscaba lo bueno en ti y eso era lo que más valoraba. Ella también tenía defectos, así que no era quien para empezar a juzgar.
Quería estar a tu lado cuando las cosas se pusieran difíciles, quería ser tu apoyo y ayudarte a levantarte cuando te sentías en una posición muy baja. Ella tenía un único propósito cuando estaba contigo, hacerte feliz. Se sentía tan enamorada y emocionada de una vida a tu lado porque no conseguía creer que un hombre como tú la considerara. Así que empezó a planear toda una vida juntos.
Quería un amor sano y libre, quería que hubiese una buena actitud mutua; nunca te exigió nada que no pudieras darle ni intentó cambiarte para que fueras alguien que no eras. Lo único que ella deseaba era ser amada, sentirse correspondida y ganarse tu atención incondicional. Solo debías respetarla y tratarla como merecía. Debías mostrarle que la tenías en lo más alto de tus prioridades. Necesitaba saber que ella era tu mejor y única opción.
¿Consideras que te pidió demasiado? No lo creo.
Merecía todo eso y mucho más porque ella es un tipo de mujer que solo pasa por tu vida una vez; es una mujer especial que ama sinceramente y sin interés alguno, sin esperar nada a cambio más que un amor como el que ella da. Es una mujer que lo entrega todo a riesgo de perder porque no sabe amar de otra forma. Entrega su alma y su corazón y se esfuerza por demostrar su lealtad.
Ella es una joya muy valiosa que si te llegas a encontrar jamás la debes dejar marchar. Pero tú lo hiciste, no solo la dejaste ir, le diste muchos motivos para que se marchara. Ella siempre fue una opción más y aunque se esmeró en hacerte ver que no tenías necesidad de seguir buscando, ella también tenía un límite de tolerancia. ¿Para qué iba a insistir en ti si le demostraste una y otra vez que no era lo suficientemente especial?
Para lo único que la mantenías cerca era para alimentar tu ego, para sentirte superior porque tenías allí a una mujer que hacia lo que fuera por ti y eso cualquiera no lo tiene. Pues no, cualquiera no lo tiene y tú lo arruinaste hasta el fondo. Ahora la perdiste para siempre y tu ego va ser un dolor en tu vida.
Perdiste a la chica que te habría hecho el hombre más feliz del mundo si le hubieses dado la oportunidad. Perdiste a la chica que cualquier otro hombre sería feliz de tener. ¿Sabes? Perdiste a una chica que jamás volverás a encontrar.