Sientes que lo amas y que no puedes liberarte de este amor que sientes, pero al mismo tiempo sientes que dicho amor no te deja vivir. Es un círculo cerrado de amor y de desamor que te ahoga en ocasiones y que te hace pensar que debes aguantar, porque tarde o temprano todo volverá a ser como antes.
Dejar ir
En la vida hay que dejar ir para seguir con vida. Como muy bien sabes, aferrarse con fuerza puede hundirte y dejarte sin el aire que precisas para vivir.
En el amor esto pasa sin siquiera darse cuenta. Puedes vivir un ahogamiento constante de amor, que no te deja respirar y que te hace pensar que debes seguir luchando con el fin de sacar la cabeza a flote. Cuando la solución, en realidad, puede ser soltar y salir totalmente de esta presión y encarcelamiento emocional e espiritual en el que vives sometida.
Si tu relación te ahoga y no te deja vivir en paz, y si llevas mucho tiempo así, debes plantearte qué es lo que te amarra de esta forma a dicho hombre y plantearte el porqué se debe de seguir en dicha relación de sufrimiento y agonía constante que vives.
Asumir la verdad
Asumir la verdad que vives y hacer de observador neutral de tu propia vida, podrá darte una nueva visión de lo que estás aguantando. Haz cómo si tú fueras tu propia hija… ¿Verdad que le darías algún consejo, y le dirías que tratará de poner fin a semejante infierno? entonces, mirando tú propia realidad, como si fueras una testigo y no la persona que lo vive en sí, podrás ser más justa contigo misma y poner orden y justicia a tu propio castigo.
El amor no es sufrimiento. No es verdad que hay que aguantar todo por amor, eso es una mentira muy dañina que normalmente las persona se creen y que a raíz de dicha creencia, puede llegar a tirar una vida entera a la basura.
La piedra en el zapato
Estar con un hombre que te da sufrimiento y que sabes que debes dejar ir, es como vivir con una piedra en el zapato, que sientes alivio cuando la consigues quitar a ratos. Y seguir en la relación, es como nuevamente volver a poner dicha piedra adentro y seguir caminando hasta no poder más y volver a quitarla, para así seguir viviendo en este ciclo enfermizo de alivio/dolor incesante, indigno, insalubre y fatal. La piedra es tu hombre y tú eres la persona que siente el dolor y el alivio al quitarla. Por supuesto, también eres quien la vuelve a poner justo allí donde más duele. Tus paso se convierten en un camino de dolor y de pocas sonrisas.
Dejar ir, es quitar la piedra, e incluso, porqué no, cambiar de calzado.
Dejar ir es valentía y amor propio. Es volver a vivir.
Es volver a tener la oportunidad de encontrar un nuevo amor.
Albert 😉
Autoría, Edición y publicación: Albert Espinola Todas las imágenes de We Heart It