Hay despedidas que te rompen para toda la vida y no porque no vayas a superarlas, es que dejan una cicatriz que al volver acariciarla te hacen recordarte al lado de un hombre que lo único que hizo fue humillarte y hacerte sentir la mujer más insegura de este mundo. Lo que más duele, es que esa persona es la misma a la que tus hijos llaman papá. Jamás un hombre debería hablar mal de la mamá de sus hijos. Sin embargo, son muchas las historias de mujeres que tienen que seguir soportando la inmadurez de alguien que no sabe cerrar ciclos.
Definitivamente, da coraje y no es algo que te tengas que negar a sentir, porque las emociones negativas también deben soltarse. Hace un tiempo decidiste ponerle punto final a la relación y no porque te daba igual, al contrario, fueron tantas oportunidades las que diste, que tu autoestima quedó tendida sobre el suelo y con ella el montón de ilusiones que tenías de formar una familia. Sí, fuiste la mujer con la esperanza de disfrutar de las vísperas navideñas juntos, paseos al parque, fiestas y todas esas celebraciones que un día te pasaron por la cabeza. Pero no, poco a poco, el cuento se fue desmoronando y aquel hombre que sólo existía en tu imaginación, desapareció.
Los hijos son los que más sufren
Por favor, no te culpes, no te atrevas, porque diste todo de tu parte para que funcionara. El problema es que por más amor que des nunca será suficiente para los dos. No te correspondía a ti salvar la relación, él no quiso y tú no pudiste hacer más. Al principio, callaste muchas cosas y permitiste otras tantas, porque te partía el alma saber que tus hijos no crecerían con sus padres juntos, pero ahora sabes que eso es mejor que obligarlos a vivir un infierno a su lado.
¿Cómo se atreve? Después de que hizo lo que se le antojó con tu corazón, todavía habla mal de ti. Sinceramente, ya se te resbala cualquier cosa que pueda salir de su boca, desde hace mucho tiempo entendiste que hay personas que no van a cambiar y que aunque te cueste trabajo aceptarlo, lo único que dan es basura emocional. Por eso ya no te vas a desgastar, si él decide ser una mala persona al hablar mal de ti, es su problema, que se hunda en su propia amargura, porque tú ya no piensas volver a pisarla.
No toleres su inmadurez
Lo peor de todo es que no se da cuenta del daño que le hace a sus propios hijos. Es tan inmaduro que no sabe cómo canalizar la rabia que hay en su interior y lo único que puede ofrecer es una relación tóxica, pero, ¿Por qué lo vas a tolerar? Ya ni siquiera es tu pareja, no se vale que se convierta en una tormenta constante. De ti puede decir lo que se le antoje, pero no vas a permitir que envenene el alma de tus hijos y estás en todo tu derecho de ponerle un límite, incluso si eso significa que ya no los vuelva a ver.
No es por orgullo ni nada, pero si tú estás viendo que una persona es mala influencia para tus pequeños, es comprensible que busques la manera de concluir con esa relación. Lo que está haciendo se denomina maltrato infantil, una huella que difícilmente se va a borrar y no es justo que los niños carguen con traumas que no les corresponden. ¿Te está castigando? A ti no, a los niños sí.
No te corresponde a ti salvarlo
En definitiva, un hombre que no es capaz de ver las cosas de manera objetiva no va a cambiar nunca y no te corresponde a ti hacerlo entrar en razón. Es su rol paterno el que está ejerciendo. Es cierto, nadie te enseña a ser padre, pero son millones los que todos los días se esfuerzan para dar su mejor versión. Alguien que habla mal de la mamá de sus hijos para manipularlos, no merece ningún tipo de respeto.
En medio de todo ese caos, el dolor, el enojo y el rencor, están almas inocentes, que no merecen ser tratadas como si fueran un mueble más. Ese niño siente, piensa, tiene comportamientos que gritan lo mal que la está pasando. Está siendo dañado emocionalmente por su propio padre. No sólo tiene que lidiar con la separación sino también con toda esa energía negativa, que le ensucia el corazón.
El Síndrome de Alienación Parental
Un padre que es capaz de llenar de calumnias la cabeza de un hijo, no debería estar cerca, porque su objetivo sólo es que el menor deteste a la madre. ¿Qué tan poco amor debe tener una persona para gozar de algo así? Eso es irreparable, incluso el niño puede entrar en depresión, porque no se va a sentir nada cómodo sintiendo rechazo hacia su madre. En psicología se conoce como el Síndrome de Alienación Parental, es decir, niños que son manipulados por uno de los padres para faltarle el respeto al otro.
Jamás un hombre debería hablar mal de la mamá de sus hijos, pero si lo hace es porque no sabe lidiar con todo ese odio y quiere que el resto también sufra. Por ello, te insulta, le cuenta a los niños la versión de su separación, pero él se pone como la víctima, tú eres la mala del cuento. Un niño no tiene que enterarse de los problemas de pareja, ni de dinero ni de infidelidades, de nada. Eso sólo le genera confusión, miedo y demasiada ansiedad.
Mujer, tienes derecho a ser escuchada, a que tus hijos sean evaluados psicológicamente y que se determine que no es sano que tengan una relación con su padre, mientras este no acuda a terapia. Por supuesto, que los hijos no van a dejar de querer a ninguno de los dos, los ama, pero también uno de los dos tiene que ser lo suficientemente maduro para luchar por su bienestar. Ellos merecen una vida tranquila, libre de culpas.
Mamá, tú no eres la mala
Cuando un padre le habla mal a sus hijos de su madre, hace que tengan sentimientos negativos que ni siquiera saben explicar, porque no es algo que ellos sientan de verdad. Hay veces en las que hasta les meten escenas en su cabeza que nunca sucedieron, con tal de que justifiquen frente al resto, lo malas que supuestamente son las madres.
Esto lo único que provoca es afectar el desarrollo sano en el menor. Es su felicidad la que está en juego. Un niño con todas esas preocupaciones encima empezará a tener problemas en la escuela, incapacidad para concentrarse, un bajo rendimiento escolar y baja autoestima. ¿Qué está aprendiendo el niño? Le queda claro que mentir, manipular y dañar al otro, es válido en las relaciones.
Si tú como madre sientes que tu hijo está siendo agredido de esa manera haz valer sus derechos, nadie debe dañarlo. Además, puedes llevarlo a que reciba terapia psicológica, reforzar su autoestima es uno de los mejores regalos que le puedes dar en su vida. Jamás minimices las emociones de tu hijo, la separación es un duelo que no debe vivir solo. Llegar a un acuerdo en el que ambos padres lo frecuenten, pero aprobado por especialistas es lo ideal.
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