Ella es la mujer que tiene la soberbia en la mirada, la que no está esperando que nadie salga a luchar por ella. Es frágil, pero basta con que llore un par de horas para limpiar su alma y volver a levantarse. Llámala, dura, fría e intensa, lo es, no le asusta decirlo. Porque cada una de sus piezas la han llevado a convertirse en la mujer que hoy ve su reflejo y sonríe. Es la que viste de negro, la inteligente, que tiene algo especial que enamora.
Definitivamente, no es como las demás, su belleza se esconde debajo del grosor de sus labios, las hebras de su cabello y lo tibio de su piel. Vamos, que es preciosa por fuera, pero la magia que guarda vive en sus más profundas emociones. En lo que habita en su corazón, ahí está todo su atractivo, esa la elegancia que te roba la mitad del aliento. La mujer que viste de negro marca un antes y después en tu vida. No es su intención, le sale al natural.
Es la que pisa firme, porque sus pasos están llenos de poder, arrebatos y ganas de sobresalir. El negro en su vida realza su seguridad, pero al mismo tiempo le da ese toque de sencillez. Es curioso, porque la psicología dice que el negro tiene ese toque maligno y la verdad es que esa mujer no lo niega. La manera en que te trata depende mucho de lo que tú le ofrezcas. Puede ser tan dulce o cruel, según tu comportamiento. Sin embargo, nunca pongas en duda su instinto negativo, porque si se lo propone puede hacer que le pidas de rodillas perdón para después ignorarte.
El color negro no es del todo negativo, depende del lado que lo veas. Las mujeres que lo prefieren son mucho más fuertes, no se toman la vida a juego, porque están conscientes de que todo puede cambiar en un pestañeo. El color negro es de aquellas que prefieren pedir perdón, que pedir permiso, no les asustan los pecados. Al contrario, que tire la primera piedra, quien no ha cometido alguno.
Esa mujer tiene algo especial, algo que enamora, que te invita a sumergirte entre el bien y el mal. Sus besos tienen sabor a ilegalidad, al clima de la noche y la luminosidad de la Luna. La mujer que viste de negro no se anda con cuentos, ya se cansó de los grises, a ella le entregas todo o mejor no la hagas perder el tiempo. Es la que hace las cosas, aunque por dentro sienta miedo. Ella se quiebra como cualquier otra, pero luego se limpia las lágrimas y se pone su mejor escote.
Ella tiene algo especial, porque los duelos no le asustan, sabe que en la vida muchas veces se trata de lanzar una moneda al aire y punto. En ese aire se pueden ir sus sentimientos y terminar estrellados contra el suelo. Dicen que las mujeres que visten de negro se sienten vacías, rotas y con un sufrimiento que no le cuentan a nadie. Quizás, tengan algo de razón, pero sólo podrás averiguarlo hasta que una mujer así te dé la oportunidad de navegar en las grietas de su corazón.
Ella es muy inteligente, basta con que se plantee un objetivo para que lo logre. A veces, no le queda más que usar sus dotes de manipulación, no lo hace con cualquiera, pero hay personas que la sacan de quicio y tiene que ponerles un alto de alguna manera. Viste de negro, porque combina con su lado intimidante. Ni de broma creas que terminará siguiendo tus órdenes.
Tiene la habilidad de enamorar, porque te envuelve su independencia. Ella no necesita esconder sus problemas en nadie, simplemente agradece que la acompañes durante el trayecto. Es así, infalible, loca, pasional, es la mujer que vuelve polvo tus cenizas y te ayuda a volver a encender el fuego. Con ella los colores no son necesarios, basta que te pierdas en el negro de su alma para que te llene de vida.
Si quieres amar sin poseer, quédate con ella, porque te vas a enamorar de su sonrisa letal.
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