A medida que envejeces, solo quieres rodearte de gente buena. Gente que sea buena para ti, buena contigo y buena para tu alma. Son esas las que refrescan tu alma, que te hacen sentir en casa, aunque estés en plena calle; que te toman de la mano y entonces ya sabes que todo estará bien. Rodéate de personas buenas, que alimenten tu felicidad, no que la disminuyan. No aceptes en tu vida a quienes solo quieren sacar ventaja cada vez que quieran.
La gente que es buena para ti es la gente que piensa en positivo, que no se rinde, que se levanta después de caer y no permite que las circunstancias lo derrumben. Esa es la gente buena para ti, quien trabaje duro por lo que quiere, quien te enseñe lecciones de forma positiva, que te enseñe sin humillarte, que te quiera lo suficiente para ser siempre honesto.
La gente que es buena para tu alma te hace sentir libre, te hace sentir que está bien ser tú misma, sin temor, sin retenerte. La gente que debes permitir en tu vida es esa que no se acobarda ante los desafíos, que no se detiene ante las dificultades, sino que saca provecho de las oportunidades y lecciones de cada experiencia. Esa es la gente buena para ti. Que no solo sea maravillosa por sí misma, sino que sea buena contigo.
Que te traten con respeto y dignidad, que te quieran de verdad en su vida. Jamás aceptes hipocresía, te puedes dar cuenta de eso, en su forma de hablar, en los comentarios que tengan los demás de ti o las sonrisas fingidas. Habrá quienes solo se acerquen para sacar algún tipo de ventaja, por lo que debes ser desconfiado hasta que de verdad sientas que te valoran.
No entregues todo de ti, no permitas que te arrebaten los sentimientos, no seas tú quien les des permiso para romperte el corazón. Mereces rodearte de positivismo, y eso, además de llevarlo dentro de ti, es esencial conseguirlo de las personas que están a tu lado. Así como buscas alimentar tu cuerpo con lo mejor, tienes que alimentar tu alma de la mejor forma también. Con paz y tranquilidad, con esperanzas, con motivación, con amistades reales, con amor real.
Así que recuerda, las personas que son buenas para tu alma, deben cumplir ciertos requisitos, y no se trata de ser arrogante, es que por tu bienestar emocional es necesario asegurarte de rodearte de personas de calidad. Seres humanos honorables, dignos, que te hablen con la verdad, aunque duela, que no se quejen del trabajo duro, que luchen por lo que quieren y griten lo que les disgusta sin temor.
Esas son las personas buenas que necesitas. Que no estén encima de ti para mirarte con desdén, que no te quieran pisotear, que te vean como un par en igualdad de condiciones, con las mismas posibilidades y oportunidades. Que te valoren, que te saquen una sonrisa, que te quiten las lágrimas y te motiven a ser feliz.
Quédate con la gente que sea buena para ti, buena contigo y buena para tu alma.
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