Muchas personas no le dan importancia a la ansiedad como lo que es en verdad, un trastorno mental real, para ponerla como que solo es una excusa o una forma más en la que te preocupas por algo. Muchos creen que alguien con ansiedad lo que hace es fabricar problemas de la nada. La verdad es mucho más triste que eso y si no es algo que hayas experimentado y no eres tolerante jamás entenderás lo que significa tener ansiedad.
Solo quien la padece comprende lo extenuante que es, te debilita física y emocionalmente. Solo quien la ha experimentado entiende lo paralizante que es. Provoca un congelamiento mental del que no puedes salir. La ansiedad oscurece tus días, y hasta semanas, meses y años enteros porque controla los hilos de tus pensamientos y las emociones que te provocan.
La ansiedad afecta tu estado de ánimo y te somete dentro de una sensación de hundimiento y terror. Te vuelve incompetente para disfrutar de las pequeñas cosas y de cada día de tu vida porque siempre habrá peligro y temor. Cuando alguien sin este problema simplemente ignora las cosas que le pasan y sigue adelante, una persona con ansiedad no puede, no consigue sacar de su cabeza todo lo que eso significa y lo que puede provocar.
Si aún no lo terminas de entender, la ansiedad es esa sensación constante e intensa de que algo está mal y que seguramente empeorará. Y peor, la sensación transgrede y te hace sentir que si no lo solucionas de inmediato algo horrible va a suceder. No se trata de capricho, se trata de un temor infundado en tu interior que siempre está presente. Y lo más triste es que entre más tiempo pasa sin poder resolver lo que cree tendrá consecuencias terribles, la sensación es más devastadora y destructiva.
La ansiedad es un agotamiento que no tiene remedio, ningún descanso quita la tensión que se acumula instantáneamente en tu cuerpo. Incluso los obstáculos más pequeños hacen mella en tu mente. Lograr lo que sueñas se convierte en un camino de espinas que ya no quieres recorrer. Así que muchas veces la ansiedad acaba con tus deseos.
La ansiedad es esa obsesión con los detalles del pasado y con los eventos del futuro que ni tienen probabilidad de ocurrir. Este trastorno te hace preguntarte una y otra vez si eres una carga, si las personas te odian o si no quieren compartir contigo. Te hace retraerte y evitar a las personas, incluso a las que se preocupan por ti.
La ansiedad te hace incluso llegar a las lágrimas por cosas triviales como no recibir una respuesta por mensaje de texto porque te hace creer y suponer muchas cosas. La ansiedad es esa condición que te hace disculparte una y otra vez porque siempre crees que haces las cosas mal. Sientes que una mirada que se desvía, o un ligero cambio en el tono de vos de las personas, tienen mucho que ocultar y que te consideran alguien desagradable.
La ansiedad es un proceso de implosión lenta que ocurre en tu interior. Es una especie de autodestrucción mental que no puedes evitar por más que quieras. Quienes viven con ansiedad y tienen el coraje de aprender a vivir con ello son dignas de admirar. Son guerreros fuertes que se arman de paciencia y amor a sí mismos para tolerar lo que su mente no puede controlar.
Sin embargo, hay quienes no resisten esas batallas y si tú dudas de cómo se sienten y haces ver insignificante lo que padecen, solo lo empeora.