Ya pasé esa etapa en la que permitía a cualquiera que entrara en mi vida, que le permitía tener cualquier tipo de actitud conmigo y que yo quedara cabizbaja sin saber qué hacer. La vida me ha enseñado muchas lecciones y me ha hecho ser hoy esa clase de persona que no permite más en su vida a quienes se quieran aprovechar o quienes quieran engañar o maltratar. Ya no más de eso.
Ahora, mi moral en la vida es tan simple como decir que si me tratas bien, entonces yo te trataré igual o mejor. Quiero recibir lo que doy, no dar todo de mí sin conciencia para que luego pisoteen mi corazón y me recuerden que las personas pueden ser una auténtica pesadilla. Ahora solo permito en mi vida personas honestas, sencillas y amantes de la vida. De esas luchadoras, trabajadoras y amigables más no nadie que crea que todo le llega en bandeja de plata y quiere que yo trabaje por ellos; y mucho menos esas personas que me tratan mal como una estrategia para conquistarme.
No soy una pequeña tonta, soy una persona real, fuerte y analítica que reconoce lo que es un buen trato y una buena actitud y la diferencia de una manipuladora y egoísta.
Me cansé de quienes solo quieren sacar ventaja de otros poniéndole piedras para que se caigan. Esas personas interesadas, desafiantes y mal intencionadas tienen un apartado muy lejos de mi vida. Si quieres acercarte a mí, tendrás que hacerlo de la forma correcta, con respeto y amabilidad. Si lo haces te puedo escuchar y si tu trato sigue siendo agradable, la alianza entre ambos puede ser muy sólida.
Pero si el trato que recibo es de lo peor, entonces yo doy de eso mismo que recibo. En esta vida nadie es mejor que nadie, ninguno tiene posición de oro, todo lo malo se paga así como lo bueno se premia de una forma u otra. Ya no quiero gastar mi tiempo y energía en intentar que las personas cambien, conmigo si no entras correctamente a mi vida, de la misma forma sales.
Esa es mi moral, si quieres respeto, muestra respeto. Si quieres comprensión, no entres juzgando. Si quieres que te escuchen, escucha de vuelta. Las relaciones interpersonales se forman a partir de los buenos valores, puedo tolerar la indiferencia a lo desconocido, pero no las reglas básicas al tratar con otras personas.
Trátame bien y podrías conseguir lo que sea de mí, mi ayuda, mi protección, mi consejo, mi compañía. Trátame mal y estarás muy lejos de mí al instante. No voy a educarte, no voy a cuidar de tu inmadurez. O bien llegas con buena actitud y seguro puedes aprender, o mejor no llegas.
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