El abuso emocional tiene graves consecuencias en la vida de una persona. Los efectos pueden ser a corto plazo, pueden ser superados y se pueden usar como barrera de protección para próximas relaciones interpersonales. Mientras que otros efectos son a largo plazo y ameritan de tratamiento y mucho amor propio para seguir adelante con la vida.
Las emociones son las que nos mueven cada día, de ellas nos alimentamos, nos hacemos ilusiones y tenemos las motivaciones para cumplir metas. Y también están estas emociones desgarradoras e incontrolables que solo sentimos cuando nos dañan, cuando el dolor nos invade. Para controlar tus emociones necesitas tener momentos de reflexión para pensar cómo te sientes, cuáles son los sentimientos que más habitan en ti. Necesitas analizar cómo te sientes respecto a otras personas y controlarte a tiempo para evitar un abuso emocional demasiado tóxico.
A menudo las personas ni siquiera perciben que estás siendo víctimas de este tipo de abuso, pasan inadvertidos, y cuando se dan cuenta tienen el alma y el corazón destrozados. Dudan de toda su existencia y temen por el futuro que les depara. Es importante para ti, para tu propio bienestar, tomarte un tiempo cada tanto para reflexionar y entender si podrían estar abusando de ti. Ten en cuenta que el abuso emocional puede ser más grave que el abuso físico, peor en verdad.
Los golpes y las marcas van desapareciendo y hacen más fácil el tomar una decisión de distanciarse; pero el abuso emocional es silencioso, nadie se da cuenta y solo la víctima sufre los estragos. Lo peor es eso, que nadie lo percibe para ayudarla.
Si no te sientes segura sobre si estás siendo víctima de abuso emocional, aquí te contamos algunas señales que no puedes ignorar por tu propio bien:
- Insultos sutiles.
- Invasión a la privacidad, además que lo hace ver como si fuera completamente válido.
- Burlas.
- Disminución de tus cualidades y habilidades.
- Cuestiona tu cordura.
- Quiere tener control de tu vida y tus decisiones.
- Te hace sentir culpable hasta por las cosas que él hizo.
- Te amenaza
- Te aísla de amigos y familiares.
El abuso emocional puede destruir tu alma, te confundes tanto que quedas aislada del mundo. Te vuelves una persona sumisa, intimidada, con miedo, sin afecto y dudando de todo y de todos. Terminas culpándote a ti misma de un abuso que no fue tu culpa. Tienes que entender que esa situación nunca es culpa de la víctima.
Además, el abuso emocional también te puede generar dolencias físicas insostenibles y permanentes como la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica. E incluso condiciones cardiovasculares.
Los efectos a corto plazo de un abuso emocional incluyen:
Ritmo cardiaco acelerado, elevación o disminución de la presión arterial. Dolor muscular por tensión, dolor generalizado, pesadillas, cambios de estados de ánimo constantes, dificultad para concentrarte.
Los efectos a largo plazo de un abuso emocional incluyen:
Trastornos mentales como depresión o ansiedad. Dolor crónico muscular y en articulaciones, hipertensión y otras condiciones cardiovasculares. Baja autoestima, desconfianza, aislamiento social, culpa, insomnio, y en algunos casos trastorno de estrés postraumático.
Lo primero que necesitas para poder tratar todas esas condiciones es reconocer que has sido víctima de abuso emocional. Es posible que necesites ayuda profesional para guiarte en tu recuperación o puedes empezar por ti misma alejándote de esa persona tóxica.
Puedes hacer actividades como escribir un diario, hablar con alguien de confianza, perdonar, invertir tu tiempo y energía en ti misma, buscar apoyo, mejorar tu alimentación, hacer ejercicio físico, leer un libro inspirador o cualquier pasatiempo que te ayude.
Lo importante es que te recuperes lo más pronto posible. La vida es demasiado corta para vivirla en oscuridad y con temor.