Te pido que no malinterpretes mi negativa. Sé que un sábado por la noche es perfecto para salir, distraerse y tomar algunas copas, pero no quiero. No quiero no porque quiera despreciarte y me esté comportando como una perra contigo, simplemente estoy demasiado cansada y solo quiero estar en mi cama.
A veces solo quiero estar en casa y descansar de toda la locura que ocurre afuera en el mundo. A veces solo quiero enrollarme en mi manta de dormir y sentir su calor, de hecho no creo que haya mejor forma de pasar la noche. Piensas que el hecho de negarme a ir de fiesta implica que estoy deprimida y no tengo ánimos para ser feliz, pero te equivocas. Nada me hace más feliz que estar cómoda en casa, tomando mi té favorito, escuchando un disco que me encante y escribiendo o leyendo un libro.
Estoy cansada, soy un ser humano más abrumado por el ruido del mundo. Soy una persona que se siente perdida y que todo lo que ocurre afuera es lo que me absorbe la vida.
Estoy exhausta de levantarme cada mañana a la misma hora, ir al trabajo y ver la cara de mi jefe mientras piensa en alguna forma de hacer mi día terrible. Estoy cansada de la rutina, de los días difíciles y mentalmente agotadores. Quiero descansar. Ya no quiero pensar en darme prisa por no llegar tarde, en terminar sí o sí mis quehaceres. No quiero salir con algún amigo y hablar de cosas que ya no tienen sentido. No quiero escuchar los problemas de los demás, no quiero desperdiciar mis días.
Estoy exhausta y ya es hora de simplemente ir a casa y liberarme de toda esa maraña de cosas que oscurecen mi vida. No quiero quedarme dormida con el maquillaje puesto y despertar como el desastre que siento que soy ahora.
No es lo que quiero para mi vida. La verdad ya no sé cuándo fue la última vez que pude descansar como debía. Ya no recuerdo la última vez que solo me senté para estar conmigo misma y conversar con mi ser interior. Son muchas las cosas que quiero lograr, pero de tanto que hago siento que he logrado muy poco. Los días se van como polvo con el viento, pasan las semanas y los meses y nada grandioso sucede. Me siento atrapada y no encuentro la salida.
Tengo listas de tareas pendientes desde hace tanto tiempo que no logro recordar. Pospongo una y otra vez las cosas que deberían ser más importantes. Me miento a mí misma fingiendo que estoy organizando mi vida, pero la cruda realidad es que entre más lo intento, más energía pierdo. Me pierdo a mí misma en ese trayecto.
Este mundo se ha vuelto demasiado para mí, siento que no puedo más con su peso.
Por lo tanto, no, no soy una perra cuando cancelo los planes de esta noche y cuando digo NO cuando realmente lo deseo. No soy egoísta por querer dedicar tiempo a mí misma. No está mal querer estar sola, no comprenden que estoy agotada mental y emocionalmente y necesito un respiro. No puedo seguir con tanto agite.
Hay días en que no me siento como yo misma, y debo reparar eso. Hay días en que la presión de las personas, el trabajo y el mundo exterior me hacen querer salir corriendo y llorar. Hay días en los que ya no quiero ni levantarme. Me consta que el agotamiento mental y emocional puede llevarme a condiciones terribles. Y no es algo que solo pueda curar con una jornada de sueño de ocho horas o más.
Necesito más que eso, necesito parar, necesito tomarme mi tiempo y encontrarme. No me digas que soy una perra por decir NO cuando solo estoy pensando en mi bienestar. Lo necesito y debo hacerlo.