No intentes cambiarme, no creas que hay algo malo conmigo o que necesito de tu ayuda para no sentirme mal en ocasiones. No hay necesidad de tanto sacrificio y trabajo, lo único que tienes que hacer, si realmente me quieres ayudar, es comprenderme. Entiende que esta es mi naturaleza y mi forma de ser.
No sabría cómo explicarlo, no sabría cómo decirte lo que siento y lo que lo causa. A veces, simplemente deseo escapar de los ruidos del mundo, los que se escuchan en la calle; de la hipocresía y las personas malintencionadas, del estrés de las cosas y de la falta de aire que me provoca. A veces la vida me agobia, y no significa que debas salvarme, solo necesito tiempo y espacio para pasar mi pena, porque sí, sí estoy triste. Me siento triste y la razón no la reconozco bien.
No quiero atormentarte, no quiero hacerte sentir mal, si me amas solo déjame estar, déjame ser, déjame llorar. No tienes que entenderme por completo, hay partes de mí que ni yo mismo entiendo. No quiero palabras de aliento, no quiero escuchar que no debería estar así porque no tengo razones. Si no vas a comprenderme, mejor no me digas nada.
Sí, hay personas que realmente tienen buenos motivos para estar tristes, la pérdida de un ser querido, la pérdida de un amor, una injusticia, la pérdida del trabajo soñado, las dificultades financieras y tantas cosas más. Pero eso no significa que no deba vivir mi lamento aunque no lo entienda. No quiero que me juzgues, por favor no lo hagas.
No espero que hagas algo, no espero que me arregles, no espero que planees formas de hacerme sentir mejor. Mi tristeza viene de algún lugar que no reconozco. No sé si fue aquella flor que dejé marchitar, no sé si fue cuando dije “no” a alguien por mi propio bienestar pero me siente igual haberme negado. No sé si es la lluvia, o el calor del verano. No sé si es mi cabello despeinado. Me siento triste y esa es la verdad, solo déjame estar lejos del mundo para recuperarme y pronto estaré de vuelta con una sonrisa y recuperado.
No quieras cambiar quien soy, así soy, no hay más opción. A veces me siento triste sin razón alguna. Quizá fue alguna mirada de desdén, o una película muy emotiva que vi, quizá fue la comida de esta tarde, o el postre de ayer. Puede que sea aquel dolor que sufrí hace mucho, quizá sean los recuerdos, quizá sea por algunos arrepentimientos, los riesgos que no tomé, los caminos que esquivé.
No lo sé, esa es la verdad. Pero cuando me sienta triste, por favor, no me juzgues, no me quieras cambiar. Solo compréndeme, entiende que a veces necesito llorar y pasar el dolor que a veces viene.
No quiero que me rescates, me tengo a mí para eso. No necesito sermones ni frases hirientes. Si quieres me puedes acompañar, pero no me juzgues, no lo hagas más.