Cada persona tiene un mundo en su interior que desconoces. No será hasta que develes capa por capa que entenderás con certeza lo que llevan dentro. Así que no juzgues, no te atrevas a inferir lo que una persona es solo por cómo luce, por lo que tiene, por su educación o por sus decisiones del pasado. Las personas evolucionan cada día, cada experiencia las transforma; por lo tanto, por favor, ya deja de juzgar.
Algunas de las personas más generosas NO son las que tienen más dinero, y lo verás en la bondad de su corazón. Esas que aunque no tienen mucho igual dan de lo que tienen porque saben lo que es estar pasando por dificultades.
Algunas de las personas más sabias NO tienen educación, no saben de ciencias o medicina, no saben de finanzas o de enseñanza, pero sí saben cómo expresarse, cómo transmitir un mensaje y cuentan con las lecciones de la vida, lo que los hace increíbles consejeros.
Y algunas de las personas más amables son las que más han sido heridas. De hecho es constante que las personas arrogantes y que creen tener una respuesta y una solución para todo, son las que no saben de dolor. Esas que creen que las personas que sufren lo hacen porque quieren, quienes con seguridad ventilan que esas personas solo tienen que dejar de llorar y ya. Esas personas no saben de sufrimiento, no saben de dolor, y es por ello que las personas más amables son aquellas que les han roto el corazón, que han sido víctima de la maldad de otras personas.
¿Y sabes por qué? Porque conocen lo que es estar en esa posición y comprender las emociones y los sentimientos que tienen las personas. Así que en vez de creer que tienen la respuesta a todo, son humildes y entienden que las personas somos un universo entero, impredecibles y muchas veces incontrolables. Así que deciden ser amables.
No juzgues a nadie, no tienes idea de las batallas que ha vivido. No reprendas a quienes han sido víctimas por no ser valientes, no tienes idea de cómo les quebraron el alma ni sabes el miedo que le infundaron. ¡No juzgues! No señales a diestra y siniestra, tú no eres mejor que nadie y nadie es mejor que tú. Todos somos seres humanos que nos guiamos por las emociones, que cometemos errores y aprendemos de ellos, que vemos la vida cuesta arriba y a veces cuesta abajo.
No todas las personas son como crees. ¡PARA DE JUZGAR! Para de creer que tu opinión tiene la razón absoluta, para de herir a otros con tus juicios desmedidos. Esta sociedad necesita más empatía, esta sociedad necesita más humanidad porque como humanos que somos la perdemos. Nos dejamos llevar por lo que las masas piensan y terminamos siendo unos zombies que caminan sin rumbo hacia donde va el resto.
Seamos personas con mentes abiertas, entendamos que cada experiencia que tienen las personas… las viven y las sienten diferente a ti. No juzgues más.
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