A veces, te levantas y sientes ese peso extraño en el alma, es como si todo lo que has construido no valiera la pena. Te sientes apagada, tus ganas se las han ido llevando todos y no has podido ponerles un alto. ¿En qué momento te volviste el pilar? Asumen que eres la fuerte, la que siempre se levanta, la que no permite que la humillen y que encuentra la solución a todo. Es cierto, la vida te ha enseñado que hay momentos en los que no tienes tiempo ni para llorar, pero eso no significa que no lo hagas. Te has guardado tanto que te estás ahogando y nadie lo nota. Esto es para la buena mujer que vive con la sensación de que da y no recibe lo mismo a cambio. Esto es para ti.
Tu alma está tan llena de bondad que la gente lo percibe a la primera, lo malo es que tienes tanta esperanza de encontrar lo mismo en el otro, que le abres las puertas a las personas equivocadas. A esas que sólo quieren absorber hasta la última gota de tu energía. Llegan a tu vida con un montón de capas, no quieren que veas que su intención es utilizarte y luego marcharse. ¿Cuántas más? Has ido soportando traumas que no te corresponden, te están dejando una carga tan grande sobre tus hombros, que tu andar ya se volvió lento.
Están apagando tu sonrisa
Ya no eres la misma, dime, ¿Te echas de menos? En dónde quedó aquella mujer que siempre tenía ganas de sonreír, de vivir, de gozar. ¿Cuándo fue la última vez que bailaste tu canción favorita? Ya no cantas, ya no lees, ya no dejas que tu niña interior se asome. Estás cansada, preocupada, no ves salida, quieres resolver la vida de todos, pero te estás olvidando de la tuya. Sé que duele lo que te voy a decir, pero por más que ames a una persona, tú no estás aquí para resolverle la vida. No te corresponde a ti ser la rescatista, ese rol se está llevando tu esencia y si no haces nada te vas a hundir en soledad y depresión.
Tu corazón es el que da a ojos cerrados, porque en tu ser no hay maldad, tu objetivo no es actuar desde la conveniencia. Si te nace, lo haces, sin esperar nada a cambio. Sin embargo, la vida no se trata de padecer, no tienes que hacerle favores a los demás todo el tiempo, para sentirte querida. Si quieres conocer verdaderamente a alguien, mira cómo te trata cuando ya no te necesita. Hay muchos así a tu alrededor y no es fácil aceptarlo, porque algunas de esas personas son tus seres amados, quizás tu pareja, tus hijos, tus padres, tus hermanos, tus amigos.
Duele soltar, pero duele más quedarte
Lo entiendo, no es fácil dejar ir, no te estoy pidiendo que te alejes de todos y empieces de nuevo. Aunque si eso quieres, está bien, mientras hagas algo para que tu bienestar mejore, todo es válido. Sigue a tu intuición, escucha esa voz interior que te dice cuando algo no está bien, porque rara vez se equivoca. Lo que quiero que sepas es que ya es tiempo de que abras los ojos, de poner límites y de que te conviertas en tu propia prioridad.
Amar es mutuo, no lo dudes ni un segundo, porque te mereces relaciones recíprocas, almas que en verdad tengan la intención de conectar contigo a un nivel más profundo. Esas personas que te quieren por lo que eres y nada más, a las que no necesitas demostrarles todo el tiempo que eres capaz de lo que sea por ellas. Te mereces a los que están contigo en las buenas y en las peores.
Ten presente que las únicas personas que se van a sentir ofendidas cuando empieces a poner límites, son las mismas que se aprovechaban de que no sabías decir que NO. Hoy puedes empezar, regálate decir que no quieres, que no te gusta y punto. Vas a ver cómo te empiezas a liberar, no sólo de tus emociones, también de quienes no valen la pena.
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