Pues aunque parezca dura esta reflexión y pueda hacerte sentir un poco mal, será interesante que puedas analizar bien esto:
Cuando el amor llega, o mejor dicho “EL ENAMORAMIENTO”, sin darte cuenta de alguna forma te ciegas e idealizas a esa persona que tienes en tu nueva vida amorosa. Es decir, tus mariposas te nublan los pensamientos y tiras de lleno hacia adelante sin freno alguno. No digo que esté mal, pero esto también puede ser una arma de doble filo, por supuesto.
Es sencillo. Si analizas tus relaciones anteriores, podrás ver que si te pregunto:
¿Por qué elegiste a ese hombre para tu nueva relación de amor? y tú me dirás muy probablemente:
“Pues me gustaba, era romántico, guapo y teníamos una química especial. ¡Me atraía mucho!”
Pero si te fijas, eso no lo es todo. Ahora una vez a terminado la relación, es muy probable que digas:
“Bueno, pero le faltaba lealtad, fidelidad, cariño, amistad, cuidados, atenciones. Vaya, que en definitiva mi príncipe azul, se me ha convertido en una sapo verde sin corazón y sin sentimientos. Sólo quería lo que quería.”
¿O no? Dime si esto no es cierto. Dime si no conoces casos así e incluso tal vez, sea este tu caso…
Yo diría que hay que meditar un poco la balanza y ser atrevido, pero cauteloso. Y sobre todo, la cautela, que sea personal. Es decir, que seas siempre consciente de que muchas veces, eres tú misma la que te haces películas muy pronto, sin forjar y crear el amor con tiempo, detalle y espacio, para así ir construyendo una relación de pareja sólida y bonita.
Una relación más real y sin tanto cuento de por medio. Una relación de más hechos y sentimientos, que de palabras y sensaciones. El amor hay que construirlo con el tiempo, y no hay que dar por hecho, bajo las sensaciones del principio, que: “este es el hombre de mi vida” porque de aquí salen muchos desengaños personales y muchas depresiones, que una vez termina la relacion, encima, te tratas mal a ti misma diciéndote que eres estúpida por haber aguantado a un hombre así. Y también culpas a dicha persona. No falla. Pero está claro que, con amor propio, filtras mucho mejor esto y no te dejas engañar tan fácilmente a ti misma. Es duro, pero es así.
Tú lo elegiste así desde un principio. Tú creaste, de alguna forma, esta mentira mental en ti y cuando has topado con la realidad, una realidad que deberías haber asumido con más tiempo, te duele y no comprendes que está pasando. Pero, es normal, somos humanos y a veces nos movemos por sensaciones. Que repito, no están mal, mientras no te hagas películas de por vida. El tema es vivir sin apegarte tanto a las cosas y a las personas que topas en la vida y saber seleccionar con amor propio y con una gran dosis de criterio y realidad.
Medita esto, te ayudará para nuevas relaciones.
Autoría, Edición y publicación: Albert Espinola Todas las imágenes de We Heart It