Es cierto, no todos los hombres son iguales. Allá afuera hay muchos que le hacen honor a la inteligencia y no sólo hablo del cerebro, también de las emociones. Son contados los que tienen la madurez emocional como para iniciar un vínculo a futuro. Por supuesto, que el físico es un papel importante, mentiría si dijera que no, pero no es lo único. Hay muchos otros aspectos que roban la mirada de un corazón que sí vale la pena. ¿Qué es lo que verdaderamente busca un hombre inteligente en una mujer?
Para empezar, te lo dejo claro, la ciencia confirma que los hombres se guían más por la mirada. Ahí es donde las mujeres se clavan en sus sentimientos. Si le llamaste la atención desde el primer instante, seguramente se tomará el tiempo de indagar en tu vida. Sin embargo, si ese hombre sólo quiere una buena noche bajo las sábanas, seguramente no le prestará atención al resto de tus cualidades. En cambio, si quiere algo más, tomará en cuenta que cumples con lo siguiente:
Cero dependiente: uno de los atributos que un hombre inteligente no deja pasar, es la independencia de una mujer. Sin duda, le atrae que sea capaz de luchar por lo que quiere y no dejarse intimidar por nadie. Su autoestima y su fortaleza se vuelven un imán para sus ojos. Dicen que los hombres se asustan cuando ven una mujer así, pero… les da miedo a los que no valen la pena. Con esos ni pierdas el tiempo.
Afinidades: cuando te relacionas con el otro es prácticamente imposible que no tomes en cuenta las similitudes. Un hombre intelectual experimenta lo mismo. Si esa mujer habla de la música que le gusta, sus pasatiempos favoritos o metas, pone atención y cuando se siente cómodo con el tema no habrá poder humano que lo haga desistir, te conquistará.
Originalidad: no hay nada más bonito en una mujer, que cuando se permite ser ella misma. Por favor, no lo dudes, no permitas que nadie nuble tu esencia, porque ahí está tu valor. Eres divertida, alocada, tierna, seria, valiente o tímida. Eres como eres y punto, nunca te rebajes para que alguien te acepte. Ya llegará el hombre sabio que sepa valorar cada fragmento de ti.
Sin miedo a nada: hay mujeres que sienten que cuando están con un hombre deben bajar la guardia, sólo para elevar su ego y que quieran protegerlas. Sin embargo, alguien con un nivel de inteligencia alto, no va a caer en esas tonterías. Un hombre de verdad se queda con la que no es sumisa. A la que no le importa quedarse sin nadie con tal de decir lo que piensa.
No le asustan las cuentas: a ver, la pareja es un apoyo. El hombre, en general, está un tanto cansado de que sólo lo vean como un cajero. Es agradable cuando encuentra a una mujer que se vale por sí misma a nivel económico. Sin duda, cuando una mujer exitosa se une con un hombre inteligente suceden las mejores cosas.
Que rompa con la rutina: en estos tiempos ya urge que tanto el hombre como la mujer le agreguen un toque de creatividad a la relación. Es muy satisfactorio cuando ella toma las riendas y es capaz de brindar momentos únicos. Una mujer que no le teme a lo nuevo, vale demasiado.
Sin fantasmas: algo que tienen muy claro los hombres inteligentes, es que no quieren terminar enamorados de una mujer que vive en el pasado. No están dispuestos a someterse a ese daño emocional bajo la sombra de algún ex.
Sin filtros: un hombre inteligente apuesta su corazón cuando esa persona le demuestra que pone la transparencia por delante. Si algo empieza con mentiras se van.
Emociones a flor de piel: no temas mujer, porque te darás cuenta de que estás con un hombre inteligente cuando no minimice tus emociones. Si quieres llorar, gritar o reír, él estará ahí y le encantará.
Que doble el orgullo: a ver, no hay que confundir este punto, un hombre inteligente no quiere a una mujer que se resigne a lo que le diga el otro. Simplemente, es bonito que tenga el valor de la humildad y que sepa pedir perdón cuando se equivoca.
¿Lo notas? Ese tipo de relación sana, bonita, duradera y honesta, es la que tú te mereces. Tal vez has estado perdiendo energía con hombres carentes de inteligencia. Sin embargo, estás a tiempo, abre bien los ojos.
Quizás siempre ha estado ahí, pero no te has dado cuenta.
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