A menudo, la mujer va por ahí, despistada, no se da cuenta de que conforme avanza deja una esencia única y no me refiero al aroma que la distingue, es algo más, eso que la vuelve inconfundible y que te provoca ganas de conocerla de pies a cabeza. Quieres descubrir lo que esconde, lo que calla, con lo que sueña. Eso va mucho más allá del físico, ¿Qué es lo realmente hace una mujer atractiva que la convierte en un imán para cualquiera?
Por supuesto, que no estoy negando su belleza física, es hermosa por el lado que la veas. Las líneas de su boca envuelven tanto como la luz que hay en su piel y, de las curvas que la adornan, ni hablar. Sin embargo, es algo más fuerte lo que cautiva de verdad. Ella es de esas mujeres que dejan huella, incluso si sólo está de paso en tu vida, es el tipo de mujer a la que sin querer vas a terminar mencionando a tus nietos, cuando el tema sea el amor.
Ella es tan bonita, que entra en tu corazón
La razón por la que ella entra hasta lo más profundo de ti, es porque logra establecer una conexión que pone a prueba tus emociones. No tira la chispa que hay entre los dos a la basura, al contrario, se da la oportunidad de indagar en tus miedos, tus sueños, tus ganas de disfrutar la vida. Entonces, surge lo que llaman atracción psicológica, es decir, un montón de conversaciones en las que sus caparazones quedan en el suelo, porque el objetivo es encontrarse alma con alma.
Luego, viene lo que se conoce como interacción conductual, esto significa que hay un punto intermedio entre lo físico y lo emocional. Es la manera en la que esa mujer se comporta, sus detalles, sus atenciones, la confianza que te brinda, eso es realmente atractivo. Su madurez es la que te lleva a que imagines una vida a su lado, incluso sin darte cuenta te descubres pensando en ella. De pronto, en tus pensamientos vuelven, una y otra vez, sus bromas, sus locuras, ese sentido del humor extraño que te provoca todas las reacciones y aunque te asusta, te encanta, porque no lo experimentas con nadie más.
La mujer bella que despierta la aventura
Hay una clase de mujer que está dispuesta a todo, tiene miedo como cualquiera, pero de todas maneras se lanza al ruedo. Le gusta la emoción de que la adrenalina le recorre cada rincón del cuerpo. Ella es la que te motiva a que te atrevas, te llena de vida, de ganas, de romper con la monotonía. Sus parejas no la olvidan, porque las alienta a ser mejores en todos los aspectos.
Eso sin contar que su lado amable y dulce es excepcional. Es la fiel representante de la tranquilidad y no porque siempre está quieta, lo que pasa es que te invita a pensar y disfrutar de una manera única y honesta, en donde los prejuicios no son recibidos. Es confiable, quizás esa es la palabra que más la define, te hace sentir tan seguro y escuchado, que cuando menos te das cuenta se vuelve tu refugio, la válvula de escape a la que siempre quieres recurrir.
Ella es la que atrae como un imán, la que no está esperando un príncipe azul, la que lucha por lo que quiere, la que no se calla, la que vive, grita, baila, la que deja que su lado intenso hable por ella. Es ella, la mujer que pone a temblar a varios, pero sólo uno es capaz de conquistar su corazón. Afortunado el que lo logre, al resto le toca verla brillar de lejos.
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