Dime, ¿Te recuerdas ahí? Ese momento en el que sentiste que el alma se te salía del pecho, cuando la persona a la que le entregaste todo, tomó la decisión de irse. Su argumento fue duro y directo, dejó de amarte. No hubo necesidad de más explicaciones, le dio igual verte hecha pedazos. Sin embargo, lo superaste, te volviste a levantar, aunque no te tenías ni un poquito de fe. Ahora, ¿Qué pretende?, ¿Qué significa que tu pareja te deje y después te busque como si nada hubiera pasado?
Es verdad, las relaciones son complicadas, porque implica ponerse en los zapatos del otro, pero, ¿Quién lo hace? Son contadas las personas que se atreven. La mayoría sólo se enfoca en lo malo del otro y ahí es cuando estar juntos se vuelve una guerra constante. Sin embargo, no es saludable que tu pareja se sienta con el derecho de dejarte, ver que pasas un duelo duro y después quiera regresar. He visto, con bastante decepción, que hay mujeres que todavía se atreven a preguntar si es normal.
Ese hombre carece de madurez emocional
Las cosas como son, alguien que no posee la capacidad de comunicar lo que siente, de decir cuando está enojado, triste o algo no le agrada del otro, simplemente no tiene madurez emocional. En ocasiones, se vuelve el peor enemigo en la relación, porque da entrada a los silencios que se van acumulando hasta que ya no puedes más y te rompes. Te das cuenta de que estás conviviendo con un desconocido, que te hace sentir la mujer más insegura de este mundo.
¿Por qué se va y luego regresa?
Es posible que esa persona esté pasando por un momento de crisis. Es decir, no estaba del todo seguro cuando decidió marcharse y ahora que está viviendo el duelo como tal, siente que todo se le está yendo como agua entre las manos. Esto lo hace sentirse frustrado, no está listo para perder, quiere volver a lo que ya conoce, porque le aterra el cambio. Sin embargo, eso no significa necesariamente que todavía te ame.
Hubiera esto, hubiera aquello… ¿Cuántas veces no te ha pasado eso por la mente? Estás tan desesperada por salvar lo que hay entre los dos, que se te facilita plantear escenarios en los que todo hubiera terminado con un final feliz. Bueno, lo mismo le sucede a él. Piensa que quizás las cosas pudieron haber sido distintas y por eso se aferra a la reconciliación, tiene la esperanza y la ilusión de que todo puede ser mejor.
No puede con la culpa
Por supuesto, entrar en proceso de duelo, no es fácil, incluso si uno de los dos ya no tiene sentimientos tan fuertes. Sin embargo, la costumbre pesa, todo lo vivido te hace pensar muchísimas cosas. Esa es una de las otras razones por las que ese hombre regresa como si nada, porque no puede con la culpa. Se siente mal al saber que tú no lo has superado y de alguna manera quiere reparar el error. Pone encima tus sentimientos sobre los suyos. La pregunta es, ¿Realmente quieres seguir con alguien que está contigo por compasión? Sé que duele, pero si no afrontas la verdad, vas a seguir en ese círculo vicioso.
La dependencia emocional te está borrando tu sonrisa, ¿No te das cuenta? Más que sonrisas te provoca lágrimas, ansiedad y dolor. Eso no es amor, no normalices las subidas y bajadas en la relación, porque están acabando con tu salud mental, física y emocional. Entiendo que él quiera volver, pero tú, ¿Por qué?, ¿Sientes que lo necesitas? Lo has intentado y no lo consigues. Tu cerebro se volvió adicto a su compañía, como si se tratara de una sustancia indispensable. Ya es tiempo, no puedes sola y está bien, busca ayuda profesional.
Ya es tiempo de que sepa, que no va a volver cada vez que se le antoje, no hay más.
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